RESTABLECIMIENTO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS (26/08/1836)

Pasados 69 años de su expulsión de América, el 26 de agosto de 1836 el gobernador de Buenos Aires, JUAN MANUEL DE ROSAS dispuso el restablecimiento de la Compañía de Jesús.

Un regreso que significó un capítulo conflictivo para su gobierno y que terminó en una nueva y esta vez definitiva expulsión pocos años más tarde.

En 1767 el rey Carlos III, por razones políticas, ordenó la expulsión de los jesuitas de todo el territorio de las colonias americanas y de esta manera se produjo el cierre de los numerosos establecimientos de la orden, que había llegado a tener una intensa actividad económica y educativa.

Pero contrariando esta disposición de la ahora inexistente autoridad real, ROSAS dispuso el retorno de los jesuítas y en diciembre de 1836 se les otorgó a los pocos jesuitas que habían logrado eludir la orden de expulsión y aún se hallaban en el país, permiso para dar clases de gramática latina, griego, retórica, teología, filosofía y derecho, entre otras materias,

Las aulas se abrieron en el viejo colegio de la compañía, se logró la presencia de 39 sacerdotes de la orden y se anotaron numerosos alumnos.

Pero al poco tiempo fue evidente que en la compañía no toleraban el culto a la personalidad de ROSAS que tenía lugar en la Iglesia, fomentado por el mismo obispo, quien impedía el ingreso en los templos a aquellos que no usaban el distintivo federal.

Los jesuítas tampoco predicaron a favor de los federales, no exhibían la divisa en el colegio ni prohibían a sus alumnos el uso de prendas azules o celestes, considerados colores unitarios.

Según el gobernador ROSAS, «los que no están del todo con nosotros están contra nosotros» y esa regla fue aplicada a la compañía.

Las agresiones de los partidarios de ROSAS fueron creciendo hasta que, en octubre de 1841, las calles de la ciudad se estremecieron al grito de «¡mueran los jesuítas salvajes unitarios ingratos!».

Los alumnos fueron retirados de la escuela y el padre MAFRIANO VERDUGO, rector del colegio, buscó refugio para varios sacerdotes en casas amigas. Finalmente, en marzo de 1843, la compañía fue nuevamente expulsada (ver Los Jesuitas en el Río de la Plata).

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