LAS PATRULLAS NOCTURNAS (1804)

Un Bando del Cabildo recuerda a los vecinos la obligación de formar en las patrullas de vigilancia nocturna. Estas patrullas estaban al mando de un «alcalde de barrio», cargo creado por el virrey JUAN J. VÉRTIZ Y SALCEDO con funciones más o menos similares a las de los actuales comisarios. Los vecinos obligatoriamente debían formabr parte de ellas por turno, pudiendo optar por poner en su lugar a un «personero». Esto era lo que hacían en su mayoría los más pudientes, ya que pagando una pequeña suma, podían recurrir para que los reemplazaran, personas de muy escasos recursos. El personero costaba generalmente unos veinte o treinta centavos, cantidad ínfima por la cual se evitaban pasar en vela una noche y estar expuestos a los inconvenientes que podían presentarse.

Durante la noche las patrullas daban la voz de ¡alto! a toda persona que hallaban en su camino, y una vez reconocida le permitían continuar la marcha. Cuando el encuentro era entre patrullas, después del ¡alto! Se acercaban los jefes y rendían el santo y seña. Los Integrantes de las patrullas eran en general ancianos que, por sus condiciones físicas, nada hubieran podido hacer en caso de tener que intervenir. Hubo veces en que algunas patrullas simplificaban su misión entrando en casas donde había fiesta, y pasaban la noche allí; esto no les impedía retirarse al amanecer con la satisfacción del deber cumplido.

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