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LAS INVASIONES REALISTAS POR EL NOROESTE
Las invasiones realistas por el noroeste fueron una serie de ataques del ejército español entre 1810 y 1821, principalmente contra Salta y Jujuy, para intentar recuperar para la corona española, el territorio perdido el 25 de Mayo de 1810 y que fueron contenidas por MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES y sus milicianos, protagonizando lo que se conoce como “la guerra gaucha”.
Primera invasión realista por el Noroeste (1810)
La primera gran invasión realista por el noroeste argentino fue la expedición militar española de 1810 al mando del brigadier JOSÉ MANUEL DE GOYENECHE. Esta ofensiva, que se dirigió hacia el Alto Perú (actual Bolivia) y el noroeste argentino, fue contenida principalmente por la victoria patriota en la Batalla de Suipacha.
Librada el 7 de noviembre de 1810, fue la primera victoria de las armas patriotas en su lucha por la Independencia y en ella, el general ANTONIO GONZÁLEZ BALCARCE derrotó al general realista JOSÉ DE CÓRDOBA Y ROJAS logrando detener su avance hacia el sur.
Luego hubo tres intentos más de los realistas para entrar al territorio de las Provincias Unidas del Sur con el objeto de retomar el control de esta región, perdido luego de que triunfara la revolución del 25 de Mayo de 1810.
Fueron realizados entre 1812 y 1820 y durante ese período, el Ejército de Observación (enviado por Buenos Aires), los “Infernales” (los gauchos de GÜEMES) y el Ejército de Tarija, enfrentaron al Ejército Real del Perú, en una serie de combates, pequeñas escaramuzas y maniobras nada ortodoxas (Volcán, Bañado, Huacalera I, Reyes, Hornillos, Casabindo, Acoyte, Itaú, Salinas, Huacalera II, Chamical, Las Cañas, Pedrera, Yala, Marlopa, Día Grande y Salta), libradas en el territorio de la Intendencia de Salta de Tucumán, en aquella época integrada por las provincias de Salta, Jujuy y Tarija. (ver La guerra gaucha).
Como resultado de las mismas, los realistas no lograron sostener sus posiciones ni en Salta ni en Jujuy y no pudieron pasar más allá de Salta; la independencia de las Provincias Unidas quedó consolidada, pero Tarija y su zona de influencia se separó de la Intendencia de Salta y pasó a formar parte de Bolivia y Salta quedó definitivamente incorporada a las Provincias Unidas.
Segunda invasión realista (00/08/1812)
El 26 de marzo de 1812 MANUEL BELGRANO reemplazó a JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN en el mando del Ejército del Norte y recibió la orden de reorganizarlo y ejercer presión sobre los efectivos realistas que se hallaban en el Alto Perú, preparando presumiblemente nuevas acciones en contra de Buenos Aires.
BELGRANO se encontró con su nuevo Comando en Tucumán y allí se enteró de la inminencia de una nueva operación de los realistas para marchar sobre Córdoba y tomó la decisión de dirigirse hacia Jujuy, para ubicarse cerca de las avanzadas realistas.
Efectivamente, lo informado por BELGRANO era una realidad. En agosto de 1812 GOYENECHE ordenó el avance hacia el sur de la vanguardia de sus tropas al mando del general peruano PÍO TRISTÁN (luego reemplazado por JOSÉ DE LA PEZUELA) en lo que fue el segundo intento de invasión.
Cuando BELGRANO le comunicó esta noticia al gobierno, temeroso de que se produjera otro Huaquí, le ordenaron replegarse hasta Córdoba. Los españoles entonces, al mando de JOAQUÍN DE LA PEZUELA invaden el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata a través de la Quebrada de Humahuaca, dando comienzo a la “guerra gaucha”, protagonizada por MARTÍN MIGUEL DE GUEMES y sus gauchos.
Tercera invasión realista por el Noroeste (24/12/1816)
INVASIÓN DE JOSÉ DE LA SERNA. En 1816, España había logrado ya recuperar el control de la mayor parte de Hispanoamérica, con la excepción del territorio del Río de la Plata y esta era una situación que le preocupaba a la corona española, por el temor que lo sucedido en Buenos Aires en mayo de 1810, estimulara el ejemplo en la región. Dispuso entonces, una nueva invasión a los territorios independizados.
Al mando de una fuerza compuesta por 7.000 veteranos, JOSÉ DE LA SERNA partió desde Tupiza (en el Perú), asegurando que recuperaría Buenos Aires para España. En su avance, seguro de la victoria, su vanguardia, al mando de coronel ANTONIO SEOANE, entró y tomó por asalto la Villa de Humahuaca (en la provincia Jujuy), iniciando así, lo que será el tercer intento de los españoles para entrar por el norte del país, con el fin de retomar el control de estas tierras, que perdieran en mayo de 1810.
El jefe militar de la villa, MANUEL EDUARDO ARIAS, que había sido puesto a cargo de la misma por GÜEMES y los efectivos criollos, gauchos y milicianos que defendían el lugar, fueron obligados a replegarse hacia Jujuy y lo hicieron sin dejar de hostilizar el avance de los realistas, esperando la oportunidad para atacar al invasor (ver Toma de Humahuaca).
DE LA SERNA fortificó la población de Humahuaca y prosiguió su marcha hacia San Salvador de Jujuy y después que sus hombres derrotaran y mataran a los líderes de las “Republiquetas”, coroneles MANUEL ASENCIO PADILLA e IGNACIO WARNES, con el grueso de su ejército, el 6 de enero de 1817 ocupó Jujuy y poco después Tarija, Salta y algunos pueblos de la zona. Pero GÜEMES con sus gauchos logró vencerlo en “San Pedrito” y lo dejó incomunicado y sin víveres, por lo que se vio obligado a retirarse de los territorios tomados (ver Guerra de las Republiquetas).
En 1818, el coronel PEDRO ANTONIO DE OLAÑETA intentó nuevas invasiones, tomando Jujuy en enero de ese año y nuevamente en marzo, pero las tropas realistas se retiraron hostigadas por los gauchos. En 1819, OLAÑETA y el coronel JOSÉ MARÍA VALDÉZ tomaron Jujuy en marzo de ese año, pero nuevamente fueron obligados a retirar por la presión de los “infernales” de GÜEMES.
Comenzaron entonces varias acciones ofensivas del ejército realista en la región del Alto Perú, siendo la más significativa la que lideró el general JOSÉ DE LA SERNA a fines de 1816. El jefe realista se infiltró desde el Alto Perú y llegó a ocupar temporariamente las provincias de Salta y Jujuy, mientras el grueso de las fuerzas realistas comandadas por el coronel PEDRO ANTONIO OLAÑETA, realizaban acciones simultáneas en otras regiones del Alto Perú y ocuparon Tarija
Pero la tremenda presión que con sus gauchos ejercía GÜEMES con sus tácticas guerrilleras, desbarató este nuevo intento de invasión y el ejército realista debió abandonar las plazas conquistadas y retirarse a Tupiza, habiendo perdido gran cantidad de hombres y suministros.
Cuarta invasión realista por el Noroeste (1820)
INVASIÓN DE JUAN RAMÍREZ OROZCO. En febrero de 1820, el brigadier general JOSÉ DE CANTERAC fue sustituido por el general JUAN RAMÍREZ OROZCO como comandante de las fuerzas españolas en el Alto Perú. El 8 de mayo, RAMÍREZ OROZCO salió de Tupiza al mando de un ejército de 5.000 hombres y avanzó sobre Jujuy, ocupando la ciudad el 28 de mayo y la ciudad de Salta el 31 del mismo mes. El 2 de junio, las fuerzas realistas lograron el triunfo en el combate de “Chamical” (al suroeste de la ciudad de Salta)., pero fueron derrotados por los patriotas en “Las Cañas”, en el combate de la “Cuesta de la Pedrera” (al sureste de Salta) el 8 de junio y más tarde, en el combate de “Yala”, Los realistas se retiraron entonces el 5 de julio de 1820, a sus bases en Tupiza, dando por fracasado este nuevo intento de invasión.
El fin de las invasiones
Las últimas grandes invasiones realistas fueron detenidas por la resistencia de los gauchos. En 1821 El coronel JOSÉ MARÍA VALDEZ logró llegar a Salta y el coronel JORGE ENRIQUE VIDT, que había ocupado el lugar de GÜEMES, muerto en una emboscada el 17 de junio de 1821, logró liberar la plaza y la lucha continuó hasta que el 1º de abril de 1825, el jefe realista, el general PEDRO ANTONIO OLAÑETA se enfrentó en la batalla de “Tumusla” a su antiguo subordinado, el coronel CARLOS MEDINACELI LIZARAZU, que se había unido al bando independentista y luego de ser vencido, firmó un Armisticio por el que se comprometía a retirarse con sus tropas del territorio de las Provincias Unidas y dirigirse al Alto Perú, poniendo así fin a las luchas por la independencia de España.