El arcón de la historia Argentina > Crónicas > EL RECADO DEL GAUCHO ARGENTINO
EL RECADO DEL GAUCHO ARGENTINO
Antiguamente, el recado era un simple armazón de madera retobado con cuero (A). Tenía forma de silla militar y se cubría con pellones y piel de carnero teñida; no se estilaban hebillas para asegurar la montura, siendo utilizada para ello la cincha, delgadas tiras de cuero, adheridas a una argolla de hierro o madera que pasando por debajo de la panza del caballo, se unían mediante un correón, a otra argolla más chica cosida a la silla. Los «estribos» eran de madera y en algunos casos de plata. En caso de usarse el primero, se estribaba solamente apoyando el dedo grande del pie. El «freno» era como el de los mamelucos, con barbada de hierro, duro y áspero. La “matra”, que iba debajo del recado era también la cama del gaucho y así se aseguraba alojamiento dondequiera que lo tomara la noche”.
Este simple recado evolucionó. El armazón de madera retobada, fue reemplazada por los bastos (o lomillo) y luego se fueron incorporando la sudadera, el jergón, la carona de vaca, la cincha, el pellón, el sobrepuesto, o sobrepellón y la sobrecincha (imagen inferior)).
En tiempos idos, los había para todos los gustos y posibilidades: desde el más humilde de los aperos, que llevaba cabezada y rienda de tientos y un simple pellón de oveja, hasta el recadito “cantor”, que costaba miles de pesos y que tenían argollas y pasadores de plata, cabezada del mismo metal, chapas de plata en las cabezadas (chapeado), espuelas hasta de tres libras de peso, estribos más o menos pesados, pasadores en las estriberas, rebenque, etc., todo de plata y a veces con rosetas o adornos de oro.
Puede decirse que el gaucho pasaba su vida a caballo. Superó por ello en destreza a su maestro: el andaluz, discípulo a su vez, del árabe, pero adoptó muchas de sus costumbres. Montaba “a la jineta” (B) y la primera silla de montar que usó era “de jineta”, igual a la andaluza, que era similar a la usada por los árabes.
Para ello colocaba unos “cojinillos” o cueros de oveja sobre la silla (C) para hacerla más confortable. El nombre de esta prenda, “cojinillo” proviene del “cojín” que colocaba el andaluz sobre la dura silla que usaba. Poco a poco, los altos arzones originales fueron disminuyendo de altura y las sillas, adaptándose a las distintas regiones del país.
En Buenos Aires, sólo se conocía el “lomillo”: Era un basto con cabezadas confeccionadas con juncos, cuero, madera y partes rellenas con cerdas (D). Completaban ese antigüo apero varias “bajeras” que se colocaban en el siguiente orden: Primero colocaban un cuerito grande de oveja (o dos cosidos) con la lana hacia arriba (E). Luego ponían una gran matra doblada (F), sobre esto una carona o cuero de vaca (G), luego una suela labrada (H) y finalmente el “hijar”, pequeño cuero crudo de potro. Todo esto, con el “lomillo”, la encimera, la cincha, el cojinillo y el cinchón (I), completaba el apero de entonces.
En la zona andina, adoptó una silla con arzones (o borrenes) altos, donde quedaba calzado para los repeches y descensos a los que lo obligaba las características del terreno que debía transitar (J). El salteño por su parte, ideó una de arzones cerrados, con amplios guardamontes para defenderse de la agresiva selva y muchas veces espinosa selva (K). El gaucho de la pampa, en cambio, al principio, uso el lomillo de borrenes bajos y hacia 1870, adoptó el recado grande y plano (L). El cordobés usó un apero similar al entrerriano (LL) y en la Patagonia, se usó un apero que era más parecido a la “cangalla” chilena (M) que era una copia del apero tehuelche.Durante la época de JUAN MANUEL DE ROSAS, poquísimas personas usaban silla de montar; el recado estaba a la orden del día, aun entre los hombres “mas decentes”, al decir de la época. Temían que se los tildara de “salvajes unitarios” y salían a caballo con vistosos aperos, chaqueta, chaleco colorado, cintillo ancho del mismo color, en el sombrero y divisa para agradar al Gobernador.
Vocabulario
Sudadera. También conocida como “la pelera”. Es la primera prenda del recado y es la que se coloca directamente sobre el lomo de animal, para que protegerlo. Sobre ella, se irán colocando las demás.
Mandiles. Son tejidos de lana, mayormente de colores rojo, azul, amarillo verde o violeta. Aunque muchos recados ya vienen con los mandiles más la carona cocidos ambos al basto para comodidad a la hora de ensillar.
Matra. es un tejido de lana grueso de 1 metro por 0,50 m. que se coloca sobre la sudadera que sirve para proteger el lomo del caballo del roce con los bastos. Sirve complementariamente, como abrigo cuando el gaucho, usa el recado como cama improvisada.
Carona. Pieza grande de suela o cuero crudo, que se coloca entre los mandiles o matras y el basto. Protege al recado del roce producido por las argollas.
Bastos. Son dos cilindros de suela rellenos con paja o juncos, unidos con tientos, que colocados sobre la carona, se apoyan en los riñones del animal y reciben el paso del jinete evitando lastimaduras en el lomo.
Cojinillo o pellón. Prenda hecha con cuero de oveja que con la lana hacia arriba, va sobre la encimera, para hacer más mullido el asiento del jinete.
Sobrepuesto. Es un “lujo” del recado, que generalmente es de cuero de carpicho y va sobre el cojinillo.
Encimera. Trozo de cuero crudo que se coloca sobre el cojinillo (o sobre el sobrepuesto si lo había), que se sujeta mediante la “cincha” que sirve para “cinchar el caballo”. Mide de 25 a 30 cm de ancho, por más de 50 o 70 cm. de largo. Unidas las dos argollas que lleva en sus extremos por un “corrión” o soga que se ajusta según sea el tamaño de la panza del caballo.
Fuentes: «Cosas de nuestra tierra gaucha». Enrique Rapella, , Ed. Syndipress, Buenos Aires; «Estampas del pasado». José Luis Busaniche, Ed. Liberería Hachetté S.A., Buenos Aires, 1959; “Equitación gaucha”. Justo P. Sáenz, Ed. Letemendía, Montevideo 1942; «El caballo criollo». Guillermo Alfredo Terrera, Ed. Círculo Militar, Buenos Aires, 1970; «Raíces de la sabiduría». Helen Buss Mitchell (traducido por Rosa Erika Hernández Martínez, Ed. Cengage Learning Latin América, 2005; «Estampas del pasado». José Luis Busaniche, Ed. Librería Hachetté S.A., Buenos Aires, 1959.
No puedo menos que diferir, y expresar mi desidencia. El recado dibujado en A parece ser una silla de los bereberes o xenetes. El gaucho heredo de los españoles el estilo de cabalgar «a la jineta», que usaba una silla que ya tenia los «bastos». Todas las sillas argentinas tienen bastos, sean rellenos de junco o madera, retobados con cuero sin curtir o suela, y recibio de esa silla el «caparazon» o sea. un material que ablandaba el asiento. Asi, despues se uso el cojinmillo, un cuero de oveja o un tejido de hilos, El freno a que se hace referencia es el freno de argolla, tambien recibido de la escuela de jineta,
Señor Keilty: Gracias por su aporte. Es evidente que Usted es un experto en este tema y su información, servirá para que nuestros usuarios puedan disponer del mayor número de opiniones para formarse la que esté más aproximada a la realidad.
Según Alexander Caldcleugh, autor de » Viajes por América del Sur», ( ediciones Argentinas Solar 1943 ), » en 1821, el cojinillo de lana se teñía de azul » ( pág. 105 ).
Sería así ?