UNA FORTINERA DE AGALLAS (01/09/1879)

CARMEN FUNES, era una fortinera apodada «Pasto Verde», que se instaló en el antiguo «Fuerte Roca»  y acompañó a las tropas que hicieron la campaña al desierto.

Durante seis meses, seis mil soldados, que soportaron durante su marcha la dureza del clima y las enfermedades que hacían más graves los rigores de la guerra, protagonizaron los último episodios de la conquista del desierto que terminó con el dominio indígena sobre un vasto territorio de 20.000 leguas.

Y compartiendo con ellos estas condiciones extremas, marcharon muchas mujeres que la historia ignora, como es el caso de «doña Carmen».

No quedaron constancias de su bravura en combate, ni de su estoicismo para soportar los rigores de una vida en campaña, pero sí se sabe que al terminar las operaciones, se quedó en un pueblo cercano a Bahía Blanca e instaló una cantina.

En 1899 cuando el progreso llegó bajo la forma del tren, abandonó el pueblo y se trasladó a Plaza Huincul, un sitio desolado y sin agua, donde parecía que la vida humana era imposible.

Pero doña Carmen conocía la existencia de un manantial y allí levantó su rancho. Ese lugar se convirtió en una parada obligada para los viajeros que encontraban un refugio, después de una larga marcha bajo el sol ardiente y fuertes vientos.

En 1913 el ferrocarril llegó a Zapala y nuevamente doña Carmen vio arruinado su negocio, dedicándose entonces a cuidar un poco de ganado que había logrado reunir. Cuando en 1915 el Gobierno envió una comisión de geólogos para investigar la presencia de petróleo, el rancho de doña Carmen les sirvió de primer alojamiento.

La mujer murió en 1920 y fue enterrada cerca del lugar donde se levantaba su rancho. Allí se construyó un monolito que la recuerda y donde siempre hay alguna flor colocada por la gente de los pueblos cercanos.

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