RIVERA, FRUCTUOSO (1788-1854)

Brigadier General, caudillo uruguayo involucrado en los asuntos políticos y militares del Río de la Plata durante la independencia y el primer período de la reorganización nacional. Una de las figuras de mayor relieve de la historia rioplatense, tenaz opositor de JUAN MANUEL DE ROSAS.

Nació en Montevideo en 1788 y sus padres, argentinos de noble origen eran Pablo Hilarión Perafán de la Rivera, nacido en la provincia de Córdoba y doña Andrea Toscano, porteña. Su carrera militar fue agitada: llena de triunfos y de controversias.

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En 1811 formó parte de las fuerzas reunidas por su hermano FÉLIX DE RIVERA en Durazno, Banda Oriental, al pronunciarse éste por la revolución y ponerse a las órdenes de Artigas, en su lucha por la independencia de su patria.

En 1811 intervino en el primer sitio de Montevideo y en 1812 en el segundo. En 1816 fue Comandante de las fuerzas uruguayas que lucharon contra la toma del poder por los portugueses provenientes del Brasil pero en 1821 firmó el acta mediante la cual el Uruguay quedaba incorporado al Brasil  portugués.

Fue Comandante militar a las órdenes del imperio durante algún tiempo pero luego, desilusionado, se alió a Juan Antonio Lavalleja y sus famosos “Treinta y Tres” en la lucha por libertar al Uruguay del Brasil. El Congreso de Buenos Aires le dió el grado de general en las fuerzas argentinas en guerra con Brasil.

En 1826, se dirigió a Buenos Aires pero se encontró con que sus ideas federales chocaban con las ideas centralistas de los porteños y marcho a Santa Fe donde permaneció algunos años bajo la protección de ESTANISLAO LÓPEZ. Fue gobernador de Misiones y estableció su límite en el río Cuareim en donde todavía está. En 1830 Rivera fue elegido Presidente constitucional del Uruguay y designó a Manuel Oribe Ministro de Guerra y Marina. Cumplió con sus cuatro años de mandato y en 1835 entregó la presidencia a Manuel Oribe, quien había sido elegido para sucederle, mientras él, conservaba su cargo de Comandante Militar.

Casi de inmediato, cuando ORIBE intentó relevarlo de ese cargo, comenzaron los enfrentamientos por las diferencias políticas que existían entre sus respectivos partidarios.

Oribe, partidario de Juan Manuel de Rosas que soñaba con ser el centro de un gobierno férreamente dirigido y administrado desde Buenos Aires y que lo tendría a él como “ad láter” en el Uruguay y Rivera, soñando un destino de grandeza que lo tendría como líder de un nuevo Estado, se lanzaron a una disputa por el poder que involucró a la Argentina y que tuvo las siguientes etapas: El 17 de julio de 1836 se hizo el primer disparo y se derramó la primera sangre en la Banda Oriental del Uruguay.

El general FRUCTUOSO RIVERA, uniéndose al partido unitario en combinación con el general JUAN GALO DE LAVALLE, líder de los exiliados unitarios en Montevideo, se subleva contra el orden constitucional del Estado oriental en oposición al Presidente MANUEL ORIBE, dando inicio a la guerra civil en ese país.

Y desde ese momento hasta su muerte, Rivera estuvo involucrado en este conflicto político del Uruguay que también afectó a la Argentina, ya que Rosas apoyó firmemente a Oribe y luchó contra Rivera, quien por su parte, se alió con todo aquél que lo ayudara a oponerse a Rosas, incluyendo los exiliados unitarios argentinos, los federales provinciales del interior y las fuerzas francesas que bloqueaban el Río de la Plata (ver Rivera, un caudillo implacable).

El 19 de setiembre de 1836, Fructuoso RIVERA, con emigrados políticos argentinos enemigos de Rosas, es derrotado por  Manuel ORlBE (aliado de Rosas) en la localidad de Carpintería (Uruguay). En esta campaña, las fuerzas de RIVERA, llevaban como distintivo una divisa “punzó”, mientras que las de ORIBE, llevaban un distintivo color “blanco”.

De allí la denominación existente hasta nuestros días en el estado oriental de los dos partidos políticos más importantes de ese país en “blancos” y “colorados”.

El 15 de junio de 1838, Rivera derrota en “El Palmar” a las fuerzas de ORIBE, y el 24 de octubre de ese año, éste resigna la presidencia del Uruguay para la cual había sido elegido por el voto popular, debido a las violentas acciones encaradas en su contra por facciones armadas encabezadas por RIVERA y sus aliados los unitarios argentinos exiliados en Montevideo, agravadas por la presencia de la flota francesa en aguas del Río de la Plata y la toma por parte de ésta, de la Isla Martín García, acción que implicaba una peligrosa amenaza para la incipiente república oriental.

El 31 de diciembre de 1838 RIVERA firma un Tratado de Alianza con BERÓN DE ASTR5ADA, Gobernador de la provincia de Corrientes.

El 24 de febrero de 1839, Fructuoso Rivera asume como Presidente de facto del Uruguay y rompe relaciones con ROSAS, aclarando que su acción no estaba dirigida en contra del pueblo argentino. el 28 de febrero de 1839, el Gobernador de la provincia de Corrientes, Berón de Astrada decide unirse a Rivera, rompe relaciones con el gobierno de Rosas y le declara la guerra, anunciando que lo hace “para combatir en bien de la patria grande”.

En 1839 Rivera asumió la presidencia del Uruguay. Oribe huyo hacia Buenos Aires y Rosas, a quién éste le era útil para conducir las fuerzas que luchaban contra sus propios opositores, residentes en la Banda Oriental y que discrepaba con la alianza que Rivera había establecido con éstos, lo recibió con honores y lo reconoció como el auténtico Presidente constitucional del Uruguay.

Durante casi una década (1836-.1845) la guerra civil que estalló en el Uruguay entre estos dos personajes y la revuelta unitaria contra Rosas, sumieron a toda esta región del Río de la Plata en una prolongada lucha. El 1º de agosto de 1839, Juan Manuel de Rosas expidió dos Decretos:

En uno se  prohibía dar pasaporte a persona alguna con destino al Estado Oriental, sin permiso superior expreso para ello. El segundo disponía el castigo y la aplicación de severísimas penas a quién tomare participación en la sublevación protagonizada por el general FRUCTUOSO RIVERA en su lucha por el poder contra MANUEL ORIBE.

El 12 de marzo de 1839 impulsado por los exiliados argentinos enemigos de Rosas, le declara la guerra a éste, con la intención de borrar lo que consideraba el último obstáculo que se oponía a su ambicioso plan de formar, con la ayuda de Francia,  un nuevo estado independiente que incluyera a la Banda Oriental, Corrientes, Paraguay y Río Grande y del que sería su Presidente.

El 22 de marzo de 1839, desde la Banda Oriental, el general unitario JUAN GALO DE LAVALLE, aliado del Presidente de facto uruguayo RIVERA en su guerra contra ROSAS, invade la provincia de Entre Ríos, gobernada por PASCUAL ECHAGÜE, adicto a  ROSAS.

El 6 de agosto de 1839, el gobernador de Santa Fe general ESTANISLAO LÓPEZ, ante los hechos que se habían producido en la Banda Oriental, donde el general FRUCTUOSO RIVERA se había sublevado contra el Presidente MANUEL ORIBE, dictó un Decreto adoptando medidas de incomunicación con ese Estado, imponiendo severas penas para los que no acataran esas resoluciones.

El 29 de diciembre de 1839, las fuerzas uruguayas al mando de Rivera, reforzadas por exiliados argentinos antirosistas, derrotan en la batalla de Cagancha, a las tropas federales de PASCUAL ECHAGÜE que ROSAS había mandado a enfrentarlos. Luego de este sangriento enfrentamiento, Echagüe es obligado a regresar a Entre Ríos y Rivera queda dueño del campo, pero con el ejército destruido ya que ECHAGÜE le había provocado más de 1.500 bajas y le tomó más de 15.000 caballos.

A pesar de éstos hechos, en Corrientes y en el Uruguay, se festejó la batalla como una gran victoria de RIVERA. El 31 de diciembre de 1839, los gobiernos de la República Oriental del Uruguay y de la provincia de Corrientes ajustaron en la ciudad de Montevideo una Convención de alianza ofensiva y defensiva contra JUAN MANUEL DE ROSAS y su gobierno, reconociendo como aliada de hecho, a la escuadra francesa que bloqueaba los puertos argentinos.

El 16 de diciembre de 1840, el general JUAN GALO DE LAVALLE, pese a su irreconciliable posición frente a ROSAS, le escribe al coronel MARTINIASNO CHILAVERT diciéndole: «…Estos hombres – se refiere a la unión de Fructuoso RIVERA con los franceses y los emigrados unitarios en Montevideo- conducidos por un interés propio muy mal entendido, quieren trastornar las leyes eternas del patriotismo, del honor y del buen sentido.

Pero confío en que toda la emigración, preferirá que la Revista la llame estúpida, a que su patria la maldiga mañana con el dictado de vil traidora. Pero si se realizan las ideas de hoy, es decir, si llega el caso de llevar la guerra a nuestra patria, los pabellones francés y oriental, entonces haremos nuestro deber…».

El 15 de agosto de 1842, El almirante GUILLERMO BROWN, enviado por el gobierno de Buenos Aires, enfrenta y vence en el combate naval de Costa Brava, librado en el Río Paraná,  a la escuadrilla de Montevideo que al mando de JOSÉ GARIBALDI, había sido enviada por el general RIVERA con el objeto de llevar auxilios a Corrientes, en apoyo del gobernador de esa provincia en su lucha contra ROSAS.

El 13 de octubre de 1842, los gobernadores de Corrientes, PEDRO FERRÁS y de Santa Fe, JUAN PABLO LÓPEZ, firman con RIVERA el Tratado de Paysandú, por el cual se comprometen a unir sus fuerzas para combatirlo a ROSAS y el 5 de diciembre de ese mismo año, se incorpora a esa alianza el gobernador de Entre Ríos y en Galarza, firman una nueva alianza contra Rosas, reconociendo a RIVERA como su líder militar.

El 6 de diciembre de 1842 las fuerzas rosistas comandadas por el general uruguayo MANUEL ORIBE, auxiliado por la caballería del gobernador de Entre Ríos, JUSTO JOSÉ DE URQUIZA, vencen a los  antirrosistas firmantes de la Alianza de Galarza, conducidas por Fructuoso RIVERA y Pedro FERRÉ. El 16 de febrero de 1843 ROSAS dispone el Sitio de Montevideo dando comienzo así a la “Guerra Grande” que durará hasta 1852.

Un ejército argentino-oriental, compuesto de catorce mil hombres a las órdenes del general MANUEL ORIBE, puso sitio a la ciudad de Montevideo. Gran parte de las fuerzas defensoras de la ciudad, eran emigrados de la Argentina que habían salido de Buenos Aires, víctimas de la persecución de  ROSAS. El 16 de febrero de1843, ORIBE, comandante de las tropas que por orden de ROSAS, sitiaban la ciudad de Montevideo, instala el llamado “Gobierno del Cerrito”, para oponerse al gobierno de FRUCTUOSO RIVERA.

El 1º de marzo de 1843, Manuel Oribe, Presidente electo del Uruguay, derrocado por Rivera, envía comunicaciones a los cónsules extranjeros acreditados en ese país, informándoles que no respetará la calidad de extranjeros ni los bienes de las personas, mientras persistan en su lucha contra la Confederación Argentina y se expresen como aliados de Rivera y de los exiliados argentinos en ése país.

El 30 de marzo de 1843, ROSAS dispone que se refuerce el bloqueo de los puertos uruguayos y el almirante BROWN es el encargado de impedir el ingreso a esos puertos de buques de cualquier nación que vayan cargados de provisiones, municiones o aprovisionamientos de guerra.

En la orden emitida a este respecto, deja constancia que la guerra declarada por el gobierno de ROSAS, es contra FRUCTUOSO RIVERA, y no contra el pueblo oriental. Al día siguiente, 31 de marzo de 1843, el almirante BROWN con su escuadra, termina de establecer el bloqueo de Montevideo, plaza que estaba sitiada por tierra por el general MANUEL ORIBE.

El 18 de noviembre de 1843, el Teniente Coronel LUCAS MORENO, siguiendo las órdenes del general rosista JUSTO JOSÉ DE URQUIZA, salió al mando de un importante destacamento para efectuar un reconocimiento sobre las fuerzas enemigas que mandaba el general RIVERA, aliado de los unitarios en su lucha contra ROSAS y en el paraje llamado “El Sauce”, se encontraron ambos ejércitos, trabándose en un reñido combate, que dio por resultado el triunfo de las fuerzas federales.

El 6 de diciembre de 1843, el General ANACLETO MOLINA, con una división que componía la vanguardia del ejército del general FRUCTUOSO RIVERA, dirigió un formidable ataque a la ciudad de Mercedes, en Río Negro, Uruguay, siendo completamente rechazado con muchísimas pérdidas por la guarnición al mando del general ANACLETO DÍAZ, integrante de las fuerzas de Oribe, aliado de Rosas.

El 30 de diciembre de 1843, después de haber sido derrotado en Cuareim, en la Banda Oriental, el coronel de las fuerzas federales FERNANDO MORENO, pudo recomponerse inmediatamente y se dirigió en socorro del poblado del Salto, que estaba sitiado por el coronel unitario BÁEZ.

El 30 de diciembre de 1843, al llegar a las Puntas del Ceibal, próximo a Salto, le salió al encuentro el caudillo unitario RAMÍREZ CHICO con una fuerza de 1.000 correntinos que acababan de atravesar el río Uruguay para reforzar las tropas de FRUCTUOSO RIVERA, en acciones contra ROSAS.

El combate tuvo lugar en el mismo momento y lugar, disputándose el triunfo ambas fuerzas con la mayor bravura hasta que los correntinos de Ramírez Chico fueron derrotados, dejando el campo sembrado de cadáveres y cientos de prisioneros. El resto de esta fuerza se refugió en el Salto, que ya había sido tomado por BÁEZ.

Este combate, a pesar de haber sido muy menores las pérdidas que sufrieran las fuerzas federales del coronel Moreno, fue uno de los más sangrientos y reñidos que se dieron en esa época de enfrentamientos entre los federales y los unitarios.

El 24 de enero de 1844, las fuerzas que comandaba Fructuoso Rivera fueron completamente derrotadas en la batalla del Arroyo del Sauce, sobre el río Yí, por una división del ejército federal al mando del general JUSTO JOSÉ DE URQUIZA.

El 27 de marzo de 1845, las fuerzas de JUAN MANUEL DE ROSAS, comandadas por JUSTO JOSÉ DE URQUIZA derrotan en “India muerta”, localidad cercana a la frontera del Uruguay con el Brasil, al general RIVERA, que huye al Brasil y deja en el campo de batalla a numerosos muertos y heridos.

Regresó por poco tiempo en 1846 pero tuvo que volver al exilio. En 1853, vuelto nuevamente al Uruguay, fue nombrado miembro del Triunvirato junto con LAVALLEJA y VENANCIO FLORES, en un intento de formar un nuevo gobierno uruguayo y falleció el 13 de enero de 1854, en las costas del arroyo Conventos, República Oriental del Uruguay, cuando regresaba para asumir este cargo.

Su cadáver fue embalsamado en Melo y luego conducido a Montevideo, donde fue sepultado con solemnes ceremonias, a las que asistió, en representación del gobierno de la provincia de Buenos Aires, el general cordobés JOSÉ MARÍA PAZ (ver El pardejón Rivera).

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