PRIMERA EXPORTACIÓN INDUSTRIAL (02/09/1587)

Partió del Puerto de Buenos Aires la primera exportación industrial con destino a un puerto extranjero.

Desde que Juan de Garay fundó por segunda vez Buenos Aires, en 1580, ya habían transcurrido varios años de decepción. Las tierras del Río de la Plata no tenían oro ni plata ni piedras preciosas y su única riqueza natural se basaba en el ganado cimarrón del que podía obtenerse carne, cuero y grasa.

Sin embargo, la colonia no pudo escapar a las duras leyes del monopolio establecidas por la corona española que limitaban el comercio de la región. Como respuesta, floreció un permanente e incontrolado contrabando.

Pero la creciente población de la colonia necesitaba de la exportación e importación de mercaderías para poder subsistir y en esa situación se hizo ver el espíritu de iniciativa del padre Francisco de Vitoria, obispo de Tucumán.

Con notable visión comercial y política, el obispo envió a Salcedo, su capellán, a Buenos Aires a Salcedo, para que estudiara la posibilidad de iniciar el comercio con el Brasil.

Salcedo partió de Buenos Aires en una fragata y fue muy bien recibido por el gobierno del Brasil. Allí compró el navío «San Antonio» con el que continuó viaje hacia Bahía cargando arroz y otras mercaderías.

En enero de 1587 inició el regreso al Río de la Plata pero entonces fue atacado por tres naves corsarias inglesas que prácticamente vaciaron al «San Antonio».

Aunque la nave llegó a Buenos Aires desmantelada, el obispo no se desanimó. Desde San Miguel de Tucumán despachó treinta carretas hacia Buenos Aires llevando harina, telas, frazadas y sombreros, obra de las primitivas artesanías coloniales. La mercadería iba a dejar importantes réditos a la corona y a la Iglesia, que se beneficiaban con descomunales impuestos.

De Vitoria volvió a cargar el navío «San Antonio», que partió con rumbo al Brasil. Pero otra vez la suerte estaba en contra. Un temporal arrojó la nave sobre la costa oriental donde fue incendiada por los indios. Pero a pesar de las desgracias naturales y del complicado mecanismo de la burocracia española, el comercio estaba en marcha (ver El Comercio Exterior Argentino. Sus comienzos).

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