PARADIGMAS DEL PASADO ARGENTINO

Hechos de nuestro pasado protagonizados por personajes que con su actitud ante tentadoras ofertas, dieron muestra de los valores morales y la honradez que los caracterizaba,  nos permiten considerarlos como paradigmas, cuyo ejemplo, lamentablemente, parece que ha quedado sepultado con ellos.

Insólita renuncia a un sueldo, por no considerarse merecedor de él
Nuevamente MANUEL BELGRANO nos dejó un mensaje, que no supimos descodificar. Cuando fue designado Comandante del Regimiento Patricios en noviembre de 1811, renunció a la mitad de su sueldo diciendo: ““fiando a mi cargo un servicio a que tal vez mis conocimientos no alcanzarán, procuraré con todos mis esfuerzos no desmentir el concepto que he debido a él y hacerme digno de llamarme hijo de la patria.

En obsequio de ésta, ofrezco a V.E. la mitad del sueldo que me corresponde, siéndome sensible no poder hacer demostración mayor, pues mis facultades son ningunas y mi subsistencia pende de aquel, pero en todo evento sabré también reducirme a la ración del soldado, si es necesario, para salvar la justa causa que con tanto honor sostiene V.E.””.

Feliz destino del premio por una batalla ganada
Otra vez nos sorprende MANUEL BELGRANO. En marzo de 1813,  solicitó a la Asamblea que los $40.000 que se le habían adjudicados como premio por haber derrotado a los realistas en la batalla de Salta, sean destinados a la construcción de cuatro Escuelas (en  Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero)

La ética del General San Martín
En 1817, siendo JOSÉ DE SAN MARTÍN jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo, el gobierno ascendió a Teniente a Manuel Escalada. Inmediatamente San Martín solicitó se deje sin efecto el ascenso porque no era ético que Escalada ascendiera en el regimiento en el que él era jefe, siendo que Escalada era su cuñado.

Recordemos también que, siendo gobernador de Cuyo SAN MARTÍN donó la mitad de su sueldo al Estado, “porque las arcas fiscales estaban exhaustas” y que en febrero de 1817 el Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, luego del triunfo logrado por el general SAN MARTÍN en la batalla de Chacabuco, lo promueve al grado de Brigadier de los Ejércitos de la Patria, pero éste rechaza el ascenso aduciendo que no debía ser premiado quien solamente cumplía con su deber de soldado. Y no sólo eso,  cuando el Cabildo de Santiago de Chile le regaló la suma de $ 10.000, los donó para la creación de una biblioteca Nacional por cuanto “ la ilustración y el fomento de las letras es la llave maestra que abre las puertas de la abundancia y hace felices a los, pueblos…” (ver otros renunciamientos de San Martín)

Dorrego rechaza un ascenso
En 1828 el coronel MANUEL DORREGO en nota dirigida al Cabildo de Buenos Aires rechaza el ascenso a Coronel Mayor que se le había discernido por  diciendo que a lo largo de su carrera tuvo por principio ““no aceptar grado alguno que no le fuese conferido en premio de acción de guerra o algún suceso marcable”. Recuerda además que se negó en el pasado a aceptar incluso el ascenso a general “porque eran en retribución de servicios aunque importantes a la provincia, pero hechos contra enemigos hermanos”.

Las declaraciones juradas de DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO
El sanjuanino fue el precursor de las declaraciones juradas de los funcionarios públicos. En su Diario de gastos durante el viaje por Europa y América emprendido desde Valparaíso, el 28 de octubre de 1845” dio una lección de transparencia, con una rendición de cuentas que, para los códigos actuales de la política, suena increíble (ver Hombres públicos con cuentas muy claras)

Un General cambia un  “retorno” por tres mil fusiles
En 1900, el Presidente JULIO ARGENTINO ROCA envíó a su ministro de Guerra, general PABLO RICCHERI, a Alemania a comprar 40.000 fusiles máuser para equipar al Ejército. En la entrevista final con los alemanes, terminada ya la operación comercial, un representante de la empresa vendedora, le entregó un sobre con la «Comisión de Costumbre» por la compra realizada. RICCHERI abrió el sobre encontrando allí un cheque por un considerable monto. Sin decir una palabra lo endosó y se lo devolvió al funcionario, diciéndole: «Muchas gracias por la atención, mande a la Argentina el importe de este cheque en armas o sea tres mil fusiles más».

Un Almirante donó una “coima” al Estado Argentino.
En 1914 la Armada envío a Inglaterra al almirante ONOFRE BETBEDER, para fiscalizar la última etapa de la construcción de los acorazados «Moreno» y «Rivadavia», que   el gobierno argentino había encomendado construír al Astillero “Fore River Shipbuilding Corporation, de Quincy y New York Building Company de Nueva Jersey” de los Estados Unidos. El Almirante viajó a Massachusets, sede de este astillero y durante cuatro meses fiscalizó la construcción de esos barcos hasta en su más mínimo detalle.

Al concluir satisfactoriamente la construcción de los buques, un distinguido funcionario, vestido de levita, le solicitó audiencia en nombre de los Astilleros que habían construido las naves, expresándole: «Señor Almirante, permítame que le entregue este sobre en reconocimiento a su trabajo y la seriedad con que ha cumplido su misión». BETBEDER abrió el sobre, retiró el cheque y llamando a su Secretario, en presencia del funcionario que había venido a entregárselo, le dictó la siguiente nota:

«El Gobierno de la República Argentina cumple en agradecer a los Señores Directores del Astillero, la rebaja por la cantidad de 300.000 dólares, que han tenido a bien hacerle al País, sobre el precio de los dos Acorazados construidos.- Atte.- Almirante Betbeder». Seguidamente le entregó en devolución el cheque y la nota que acababa de firmar al sorprendido y confundido emisario de levita

Un Presidente que paga los vinos que se toman en su casa
En 1916 al llegar a la Argentina el ex Presidente del Brasil, MANUEL FERRAZ DE CAMPOS SALLES, nuestro presidente, el Doctor VICTORINO DE LA PLAZA, le ofreció una recepción en su casa particular, porque la Casa de Gobierno estaba en reparaciones.

Al día siguiente del Banquete, el Presidente llamó a su ama de llaves y le entregó un cheque de su propia Cuenta Personal para que pagara los vinos que durante la reunión se había consumido. El ama de llaves sorprendida,  intenta devolverle el cheque al Presidente expresándole que como la reunión era oficial, había solicitado la entrega de esos vinos a la Bodega de la Casa de Gobierno así que no había que pagarlos.

Rechazando el cheque el Presidente le contestó: «Señora, vaya al almacén, compre los vinos que se consumieron y devuélvalos a la Casa Rosada. En mi casa particular, el Gobierno no paga los vinos que consumo con mis amigos.

Y YA FUERA DEL PERÍODO QUE ABARCA ESTA PÁGINA, NO PODEMOS DEJAR DE MENCIONAR OTROS TRES CASOS  QUE LAMENTABLEMENTE HAN QUEDADO REDUCIDOS A SIMPLES RECUERDOS DE UN PASADO,  CUYOS VALORES ÉTICOS NO LOGRARON SUPERAR LA BARRERA DEL TIEMPO PARA HONRAR A MUCHOS DE LOS HOMBRES PÚBLICOS DE HOY.

Un ex Vicepresidente de la Nación  rechaza una jubilación de privilegio.
La existencia de las jubilaciones de privilegio, una práctica que hoy todos repudiamos -ya que se ha convertido en sinónimo de falta de ética y aún de corrupción-, se la debemos a un radical, o mejor dicho, a un yrigoyenista, pero que lejos de ser el iniciador de esta práctica corrupta, fue el iniciador de una conducta que hoy todos añoramos,  porque quizás nunca fue imitada.

Después de haber trabajado en política toda su vida y de haber ejercido varios cargos públicos, entre ellos la vicepresidencia, durante el gobierno de MARCELO TORCUATO DE ALVEAR, el doctor ELPIDIO GONZÁLEZ se retiró de la política y nadie supo más de él. Cierto tiempo después, un diputado en ejercicio lo vio en las recovas del barrio del Once, con una valijita, vendiendo betunes, pomadas, cordones para zapatos y otras cosas afines, por lo que se dijo: “no puede ser que alguien que ha dado tanto por la Patria viva en estas condiciones”.

Presentó en el Congreso un proyecto de Ley, para que se permitiera darle al viejo político una vejez decente y así fue aprobada en 1936 la primera “Jubilación de Privilegio”  que se concedió en el país. Pero lo más sabroso de esta historia es que cuando le fueron a dar la noticia al viejo caudillo, éste la rechazó diciendo: que mientras tuviera dos manos para trabajar, no necesitaba limosnas, ni depender del Estado para su subsistencia”.

Un embajador devuelve parte de su sueldo porque “son pocas sus necesidades”
ALFREDO PALACIOS fue uno de los grandes líderes del socialismo criollo. Parlamentario y Embajador en el Uruguay. En 1956 viajó a Israel y escribió a un amigo: «Mi sueldo de embajador es de once mil dólares. Si no regreso, disponga usted lo siguiente: 4.000 dólares entrégueselos a mis hermanas. Lo demás devuélvalo a la Cancillería. No quiero hacer uso de ese dinero que me parece excesivo para un hombre de tan pocas necesidades».

Un ex Presidente que renunció a su jubilación de privilegio
ARTURO ILLIA. Presidente de la Nación entre 1963 y 1966, fue el único que renunció a sus haberes como ex jefe de Estado. Cuando volvió a Córdoba, retomó el ejercicio de su profesión de Médico y se lo veía ir de un lado al otro, como pasajero en el transporte público.

SABE USTED DE ALGUIEN QUE MEREZCA FIGURAR EN ESTE ESPACIO? Envíenos la información que tenga acerca de otros casos que como los relatados, deban ser considerados hoy como paradigmas . Quizás si son muchos,  su ejemplo pueda servir para que hoy, otros se sientan tentados y los imiten (ver Hombres públicos con cuentas bien claras).

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