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NUEVO ENFRENTAMIENTO DEL DIRECTORIO CON ARTIGAS (1814)
El enfrentamiento de JOSÉ GERVASIO DE ARTIGAS (imagen), con el Gobierno de Buenos Aires, iniciado en 1812, hace eclosión en 1814 y el «Protector de los Pueblos Libres», asume un rol protagónico en nuestra lucha por la Independencia.
En los primeros meses de 1814, todo parecía pronosticar que el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, atravesaría la época más crítica de su existencia.
En el orden externo, el retorno de Fernando VII al trono significaba una seria amenaza, teniendo en cuenta que los dos baluartes españoles para lograr su penetración en estos territorios (el Norte y Montevideo), podían consolidarse como bases esenciales para una combinada estrategia de pinzas para invadirlo.
El General español JOAQUÍN DE LA PEZUELA ya había ocupado Salta y Jujuy y el ejército auxiliar del Alto Perú poco podía hacer diezmado y desarmado como estaba.
Pero un nuevo elemento, el gaucho, intervino en la lucha y acaudillado por MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES, hostiliza constantemente al enemigo, hasta el extremo, dice el Teniente ARÁOZ DE LAMADRID a cargo de una compañía, «de sacarles arrastrados de noche por las calles a muchos de sus centinelas, valiéndose sus milicianos para esta operación de sus lazos», por lo que esta frontera resulta entonces, una barrera infranqueable para la táctica realista, meramente defensiva en ese sector.
Para desbaratar los planes realistas, era por lo tanto necesario tomar inmediatamente Montevideo, pues en el caso de realizarse la temida expedición peninsular, esta plaza sería usada como base de desembarco
Pero la acción sobre Montevideo se vio retrasada por el abandono que el 20 de enero de ese año (1814), hizo JOSÉ GERVASIO DE ARTIGAS del sitio al que la sometían las tropas al mando de JOSÉ RONDEAU. Al complejo panorama de la lucha independentista se agregaban ahora entonces, graves disidencias internas de honda repercusión en los planes de la Asamblea y del Directorio.
Es probable que la actitud de ARTIGAS haya obedecido a varias causas. Primero, resulta evidente la aparición de factores humanos cuyos ideales exigen nuevas pautas de gobierno y de un ámbito geográfico —el litoral— que ya se perfilaba como un teatro importantísimo de futuras operaciones. Y es evidente también, que el gobierno veía con verdadero temor el creciente poder del Caudillo Oriental y de los grupos “artiguistas”, que en cierta forma entorpecen su accionar.
Desde hacía un año, efectivos porteños llevaban a cabo una intensa represión en ambas márgenes del Uruguay. Con la excusa del avance portugués, los jefes de las tropas destacadas en Corrientes y Misiones y en Entre Ríos, los coroneles BERNARDO PÉREZ PLANES e HILARIÓN DE LA QUINTANA, respectivamente, sembraban el terror entre los partidarios de ARTIGAS. Según versiones, los fusilamientos y degüellos formaban parte de una política de exterminio. Un testigo afirmó que PÉREZ PLANES llegó a decir:
«Todo cuerpo es regido de una sola alma: por eso nuestro cuerpo político nacional es regido por un solo gobierno”. Quien atente contra él es un delincuente; es reo; a éste la Santa Religión y las leyes lo condenan a que sea separado del conjunto de los hombres buenos y obedientes vasallos de su nación y para separarlo, es de necesidad la muerte».
Artigas, en conocimiento de esto, al abandonar el sitio se dirigió a Belén dispuesto a terminar con estos excesos. El coronel austríaco EDUARDO HOLMBERG. que se hallaba en Santa Fe construyendo baterías, fue enviado a Entre Ríos por el Director Supremo POSADAS, para reforzar la acción de DE LA QUINTANA y de PÉREZ PLANES.
Pero ya la sublevación cundía en la provincia y las deserciones eran constantes. Se dice que en Nogoyá no encontraron a su arribo «ni un solo hombre, a excepción de las mujeres, el cura y el maestro de posta».
En febrero de 1814 el oficial artiguista BLAS BASUALDO, derrotó a DE LA QUINTANA en Gualeguaychú y en el mismo mes, a orillas del arroyo Espinillo, EDUARDO HOLMBERG, fue vencido por EUSEBIO HEREÑÚ y tomado prisionero, mientras que PÉREZ PLANES es fusilado en marzo de ese mismo año por orden de ARTIGAS.
En pocos meses el dominio de ARTIGAS sobre el litoral es absoluto. Entre Ríos declara al jefe oriental “Protector de Entre Ríos”. Misiones ya antes había levantado la bandera artiguista y en Corrientes, una sublevación militar depone al gobernador porteño y declarándose “otro Pueblo Libre», acoge al caudillo oriental como “Protector”.
Ante el fracaso de las operaciones militares porteñas, el Director POSADAS, a pesar del decreto del 11 de febrero de 1814, envía a FRANCISCO ANTONIO CANDIOTI (un amigo de ARTIGAS) y al sacerdote MARIO AMARO (pariente de ORTOGUÉS) en una misión pacificadora al campamento artiguista de Belén. Los emisarios son recibidos dignamente, pero las bases propuestas por ARTIGAS no serán aceptadas por el Directorio (ver El gobierno de Buenos Aires declara infame a José Gervasio de Artigas).
En la lucha de ARTIGAS en defensa de un auténtico federalismo, no cabían componendas ni se aceptaba contemporizar con el enemigo. Sus rotundas negativas a negociar con el Directorio, fueron semejantes a las que le expresara a los españoles instalados en Montevideo, que trataron por todos los medios, de atraérselo a sus propósitos.