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INDIOS, NEGROS Y ESCLAVOS EN LAS COLONIAS (1729)
“Los Negros forman el mayor número y la América está llena de ellos, no porque haya alguna nación de Negros, sino porque son traídos continuamente de África por los ingleses, donde los compran a millares como ganado por bagatelas, o bien a sus padres que conducen al mercado tropas enteras de sus hijos, o bien a enemigos prisioneros de guerra y vienen a venderlos en todos los puertos de América a cien y doscientos pesos por cabeza” (Carta del Padre Cayetano Cattáneo desde la reducción de Santa María en el Paraguay, fechada el 20 de abril de 1730, publicada en La Revista de Buenos Aires, Nº31).
«La ciudad de Buenos Aires es bastante grande en extensión y será de veinticuatro mil personas, un tercio de las cuales, por lo menos, será compuesto de negros africanos esclavos. Sólo nuestro Colegio tendrá repartidos en las posiciones, fábricas y otros servicios, más de trescientos, dado que todo pasa por manos de los esclavos, no habiendo por aquí español por miserable que sea, que al poner el pie en tierra no eche al momento peluca y espada, desdeñando toda ocupación que no sea la de comerciante.
“En mi concepto, habrá en el casco de la ciudad de Córdoba y su estrecho ejido, entre 500 y 600 vecinos, pero en las casas principales, es crecidísimo el número de esclavos, la mayor parte nativos de cuantas castas se puede discurrir, porque en esta ciudad y en todo el Tucumán no hay fragilidad de dar libertad a ninguno y como el alimento principal, que es la carne, está a precio muy moderado y no hay costumbre de vestirlos, sino de aquellas telas ordinarias que se fabrican en casa por los propios esclavos, siendo muy raro el que trae zapatos, se mantienen fácilmente y alivian los gastos de sus amos con otras granjerías (1), y con esta sugestión no piensan en la libertad, con la cual se exponían a un fin funesto como sucede en Lima.
Hay casas particulares que tienen 30 y 40, de que la mayor parte se ejercitan en varias grangerías de que resulta una multitud de lavanderas excelentes. Se precian tanto de esto, que jamás remiendan sus sayas, porque se vea la blancura de los fustanes. Lavan en el río con el agua hasta la cintura y dicen por vanagloria, que no puede lavar bien quien no se moja mucho. Trabajan ponchos, alfombras, fajas y otras cosas, Los varones, en cambio, entre otras cosas, lo que más hacen es vender petacas de cuero guarnecidas por 8 reales, utilizando restos de cueros que no tienen otra salida por la gran distancia que los separa del puerto…
A mi tránsito se estaban vendiendo en Córdoba 2.000 negros, todos nativos de las Temporalidades y sólo de las dos haciendas de los colegios de esta ciudad. He visto las listas, porque cada uno tiene la suya aparte, y se procede por familias, que las hay desde dos hasta once integrantes, todos negros puros, y nativos hasta la cuarta generación, porque los regulares vendían todas aquellas criaturas que salían con mezcla de español, mulato o indio. Entre esta multitud de negros había muchos músicos y de todos oficios, y se procedió a la venta por familias” (1) Granguería”: Ganancia o beneficio económico que se obtienen de una ocupación o de otra cosa, a veces de manera ilícita. Ocupación, trabajo o actividad de las que se obtiene una ganancia o fruto).
.Aquí no permiten a los esclavos, y aun a los libertos, que tengan mezcla de negro, usen otra ropa que la que se trabaja en el país, que es bastante grosera. Me contaron que recientemente se había aparecido en Córdoba, cierta mulatilla muy adornada, a quien enviaron a decir las señoras que se vistiese según su calidad, y no habiendo hecho caso de esta recomendación, la dejaron descuidar y llamándola una de ellas a su casa con otro pretexto, hizo que sus criadas la desnudasen, azotasen, quemasen a su vista las galas y les vistiesen con las que le correspondían por nacimiento, y sin embargo, a pesar de que a la mulatita, no le faltaban “protectores”, se desapareció para que no se repitiese la tragedia” (Concolocorvo en “El lazarillo de ciegos caminantes desde Buenos Aires hasta Lima (1773).
Sólo a los ingleses le es permitido conducir y vender esclavos y traen trescientos o cuatrocientos en cada viaje.. Ahora, a causa de su ruptura con España, no es permitido ni aún a ellos conducir esclavos. Sin embargo, ellos los traen continuamente a la Colonia de los portugueses, y comprados allí de contrabando, los hacen desembarcar en una playa desierta y los introducen en Buenos Aires» (fragmento de una carta enviada desde Buenos Aires, por el padre Carlos Gervasoni. al padre Comini de la Compañía de Jesús. El 9 de junio de 1729, que fuera publicado en el Nº 30 de “La Revista de Buenos Aires).
“Los indios y los negros: son considerados como elementos de trabajo. “Sin suponer cosa que no sea cierta, ni hacer ponderación que aparte nuestra narración de los términos de la verdad, podemos suponer como cosa indisputable, que todas cuantas riquezas producen las Indias y aún su misma subsistencia se debe al sudor de sus naturales; con ellos se trabajan las minas de oro y plata, con ellos se cultivan las tierras, ellos crían y guardan los ganados; en una palabra: no hay trabajo fuerte en que no se empleen en ellos, todos los indios de mita en sus labores y tareas, y hay también algunos corregimientos en donde los indios no hacen mita porque las haciendas se trabajan con negros esclavos.
Todos los corregimientos de la Provincia de Quito, y los demás que siguen en las otras provincias del Perú hacia el sur, y son de serranía, tienen mita: y todos los de valles, hasta las jurisdicciones de Pisco y Nasca, no son de mita, por no haber en éstos minas de labor, y cultivarse la mayor parte o todas las haciendas que corresponden a valles con negros esclavos.. (“Relación histórica del viage a la América Meridional”, Juan, Jorge y Antonio de Ulloa, Madrid, 1748)-
Fuentes: “Actas y Asientos del extinguido Cabildo y Ayuntamiento de Buenos Aires”. Manuel Ricardo Trelles, Ed. Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1885; “La trata de negros: datos para su estudio en el Río de la Plata”. Diego Luis Molinari, Buenos Aires, 1916; “La trata de negros en el Río de la Plata durante el siglo XVIII”. Elena de Studer, Buenos Aires, 1958); “El consulado de Buenos Aires y sus proyecciones en la historia del Río de la Plata”. Germán O. E. Tjarks, Buenos Aires, 1962; “La esclavitud en Buenos Aires”. Contenido en “Observaciones sobre Buenos Aires y Montevideo”. Emeric Essex Vidal, Ed. EMECE, Buenos Aires, 1999; “El comercio de esclavos en el Río de la Plata”. Liliana Crespi; “Crónica Argentina”. Editorial Codex S.A., Buenos Aires, 1979; “Estampas del pasado”. Busaniche J. L. Solar, Ed. Hachette, Buenos Aires, 1971; “Mármol y bronce”. José M. Aubin, Ed. Ángel Estrada y Cía., Buenos Aires, 1911; “Con sangre de negros se edificó nuestra Independencia”, José Octavio Frigerio, Revista Todo es Historia Nº250, Buenos Aires 1988; “La ruta del esclavo en el Río de la Plata”. Herman Hoff y Manuel Bernalez Alvarado, Ed. UNESCO, Montevideo, 2005; “La esclavitud en el Río de la Plata a partir de 1810”. Andrés Eduardo Guillén, 1997; «Historia Argentina». José María Rosa, Ed. Juan C. Granda. Buenos Aires, 1965; Más información y apoyo gráfico puede encontrarse en el Suplemento Nº 7 y en los números 15, 34, 40, 139, 145, 162, 227, 228 y 234 de la Revista “Todo es Historia”.