LAS LOMILLERÍAS (1892)

Las lomillerías en el pasado argentino eran modestas fábricas de monturas, recados y aperos que existían esparcidas por varias partes de la ciudad de Buenos Aires, especialmente en los barrios de Monserrat y la Concepción; pero donde se encontraban aglomeradas, era por la Plaza Nueva (Mercado del Plata), en las calles Cangallo y Artes.

En esas cuadras se oía un ruido fastidioso y continuo todo el día y aun en las primeras horas de la noche, producido por los golpes de maza sobre los fierros o pequeños instrumentos con que tallaban o floreaban las orillas de las caronas de suela, etc.

Las lomillerías eran entonces tan numerosas, como escasas eran las talabarterías. El consumo de recados de todas clases era inmenso, como que era lo que más generalmente se usaba. Muchos dueños de lomillerías ganaron dinero y se díce que el señor Adrogué, fundador del pueblo que lleva su nombre, hizo una fortuna, como proveedor de monturas, correajes, etc., para el ejército, en tiempo de Rosas.

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