LA YAPA

Así se llamaba (y aún se llama hoy) al pequeño exceso del producto que se regalaba  a quien compraba  algo en un almacén o en una pulpería. Así, cuando el puestero pesaba un kilo de yerba (o de lo que fuera),  le agregaba una pequeña porción de la misma, diciendo: “va de yapa”. También los niños que acudían a hacer las compras, solían reclamar esta atención, diciendo “me da la yapa patrón?, esperando con una pícara sonrisa en sus caras, la golosina que creían merecer por su gestión..

La yapa y la paz
Con respecto a “la yapa”, sin saber qué relación tiene con esta costumbre de nuestra campaña con las expresiones de los indios, cuando vieron que llevaban prisionero al general PAZ, dice LEÓN BENARÓS: “Tenía doce años cundo leí por primera vez las memorias del general JOSÉ MARÍA PAZ y no obstante mi corta edad, creo no haber digerido del todo mal lo que dice en ellas, el famoso “manco de Venta y Media”.

Pero algo que no pude interpretar por más vueltas que le di, fueron los gritos con que lo recibieron los indios, cuando las fuerzas del brigadier ESTANISLAO LÓPEZ lo llevban prisionero, camino a la cárcel de la Aduana vieja en la provincia de Santa Fe.

Cuenta PAZ que los indios se le venían al humo a toda carrera, como si quisieran alzarlo con sus chuzas y que, cuando llegaba casi a rozarlo, daban rápida y ágilmente la vuelta con sus fletes, mientras gritaban “la yapa, la paz !!.. !! la yapa,  la paz !!.

Los indios suelen ser medio duros para hablar “la castilla” (como llaman a nuestro idioma), del mismo modo como los castellanos, somos duros del todo para chapurrear cualquier dialecto indígenas. Pero no me podía explicar que querían decir con aquello de “la yapa, la paz.

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