LA CASA DE LA VIRREINA (1807)

Ocupada y tenzamente defendida por las fuerzas inglesas bajo el mando del teniente coronel HENRY CADOGAN durante la segunda invasión de los ingleses (28/06/1807), fue escenario de encarnizados combates, luego de los cuales las milicias criollas lograron recuperarla, quedando sobre la azotea ,  tendidos los cuerpos de más de 30 soldados ingleses, mientras, según la dramática descripción del Teniente  MARTÍN RODRÍGUEZ, protagonista del ataque, «corriendo sangre por los caños».

La construcción primitiva databa  de mediados del siglo XVIII. La propiedad, aun existente está ubicada  en la actual esquina noroeste de Perú y Belgrano con entrada por la primera de esas calles, a mitad de cuadra de la “Manzana de las Luces”. Perteneció originariamente  al 9º virrey del Río de la Plata, don JOAQUÍN DEL PINO Y ROSAS ROMERO Y NEGRETE.

Después de su muerte siguió habitando en ella su viuda, doña RAFAELA DE VERA Y MUJICA y de esa circunstancia provino su nombre de «Casa de la Virreina» o «Casa de la Virreina vieja». BERNARDINO RIVADAVIA también residió en ella, después de su matrimonio con la hija del virrey del Pino.

En su interior, la casa ostentaba lujosos tapices, alfombras de Persia, colgaduras de Damasco, sillas y sillones de ébano. También vivió allí monseñor MARIANO MEDRANO, obispo de Buenos Aires desde 1832, y por esa razón también fue conocida en esa época como la «Casa del Obispo».

Más tarde, funcionó en ella una casa de empeños conocida como “ el Monte de Piedad», y a principios del Siglo XX fue ocupada ilegalmente y se convirtió en un “conventillo” donde se establecieron, además, comercios de todo tipo: pesas y medidas, zapatería, taller de costura y planchado hasta que después de los festejos del Centenario, luego de desalojar a los intrusos, se la reconstruyó en el mismo solar que ocupaba y hoy está ahí,  como mudo testimonio de su protagonismo durante los dramáticos sucesos de aquel año. La pintora LÉONIE MATTHIS, trasladó al lienzo escenas que muestran escenas de esta lucha en circunstancias tan dramáticas para los porteños.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *