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LA ASAMBLEA DEL FRONTÓN BUENOS AIRES (13/04/1890)
El 13 de abril de 1890 se realizó un gran mítin de protesta contra la política del Presidente JUÁREZ CELMAN, en el Frontón de Buenos Aires.
Se reunieron allí 30.000 personas para escuchar la palabra de MITRE, ALEM, FIDEL LÖPEZ, PEDRO GOYENA, JUAN MANUEL ESTRADA y ARISTÓBULO DEL VALLE y al terminar el acto se formalizó la creación de la “Unión Cívica de la Juventud”, un nuevo partido político cuyo programa era de oposición a la inmoralidad política y al desastre financiero de la administración de JUÁREZ CELMAN. Comienza así a gestarse la revolución radical de 1890 (ver La revolución de 1890).
Antecedentes.
El 20 de agosto de 1889, en el diario La Nación se publicó un artículo firmado por FRANCISCO BARROETAVEÑA donde censuraba al juarismo y a ciertos jóvenes que se habían proclamado «incondicionales» del presidente y finalizaba efectuando una convocatoria: «La grandeza de las naciones depende del ideal que se forme en las aulas; y la humillación de aquéllas proviene de las traiciones que los hombres hacen a sus ideales de jóvenes» .
Entre los firmantes de las invitaciones que se cursaron, estaban Barroetaveña, Alvear, Le Bretón, Gallardo e Ibarguren. El texto, publicado en los diarios decía:
«Tu quoque, juventud» (del latín “tu también”): Los que suscriben, invitan a la juventud independiente de la capital, al meeting que tendrá lugar en el Jardín Florida, el domingo próximo 1º de setiembre) a la una y media p.m., para proclamar con firmeza la resolución de los jóvenes de ejercitar los derechos políticos del ciudadano, animados de grandes ideales, con entera independencia de las autoridades constituídas y para provocar el despertamiento de la vida cívica nacional».
El mítin del Frontón
Consecuencia inmediata de este artículo fue un acto público organizado por jóvenes universitarios y alumnos del Colegio Nacional.
El 13 de abril de 1890, decididos ya a constituirse en una nueva fuerza política, se reunieron en lo que se conoce como el «Mítín del Frontón» y se nombró una junta ejecutiva para poner en marcha el proyecto que los había convocado. Ubicado en la esquina de Florida y Paraguay, el Jardín Florida, era un recreo que ocupaba gran parte de la manzana, extendiéndose hacia Córdoba y Maipú.
En la concurrencia, principalmente juvenil que llenó el lugar (inclusive un grupo de cadetes del Colegio Militar, quienes no trepidaron en concurrir con sus uniformes), estaba la semilla de la Unión Cívica Radical.
ALEM habló a las 30.000 personas que se encontraban presentes y en su discurso, atacó duramente al gobierno y exigió la participación del pueblo en la toma de decisiones.
Otro de los oradores en esas circunstancias fue el general BARTOLOMÉ MITRE que dijo: «la resistencia y la protesta contra los que abusan del poder y contra la corrupción política que ha falseado las instituciones», era un arma legítima de los pueblos. En su discurso el general Mitre recalcó que el gobierno del doctor MIGUEL JUÁREZ CELMAN estaba excluido de la vida pública, expulsado del terreno de la Constitución.
Como no había altoparlantes en aquel entonces, fueron varios los oradores que hicieron uso de la palabra desde distintos sectores del amplio terreno, destacándose de entre ellos FRANCISCO BARROETAVEÑA, MANUEL MONTES DE OCA, DAMIÁN TORINO, NARCELO TORCUATO DE ALVEAR, ARISTÓBULO DEL VALLE, LEANDRO ALEM, PEDRO GOYENA, VICENTE FIDEL LÓPEZ y DELFÍN GALLO.
Por el momento, lo que allí nacía, se iba a llamar Unión Cívica de la Juventud. La chispa estaba encendida. El entusiasmo popular encontraba nuevamente a sus voceros e intérpretes, que supieron resumir en su «Declaración de Principios», las preguntas y respuestas de toda la ciudadanía contemporánea (1),
Cuando el mitin terminó, se organizó una manifestación hasta la Pirámide de Mayo. Había nacido un gran partido de oposición y eran los prolegómenos de la revolución que se avecinaba contra aquel presidente de la Nación y que iba a estallar en el mes de julio del mismo año.
(1). Declaración de Principios de la Unión Cívica de la Juventud;
1º. Constituir en esta capital un centro político bajo la denominación de Unión Cívica de la Juventud.
2º. Concurrir a sostener dentro del funcionamiento legítimo de nuestras instituciones, las libertades públicas, en cualquier punto de la nación donde peligren.
3º. Levantar como bandera el ejercicio del derecho da sufragio, sin intimidación y sin fraude y condenar toda intervención oficial en los trabajos electorales.
4º. Protestar contra todo acto que turbe o impida el libre ejercicio del derecho electoral y perseguir el castigo de los culpables por todos los medios legales.
5º. Proclamar la pureza de la moral administrativa de todas sus ramas.
6º. Hacer propaganda para levantar el espíritu público, inspirando a los ciudadanos un justo celo por el ejercicio de sus deberes cívicos.
7º. Propender a garantir a las provincias, el pleno goce de su autonomía y a asegurar a todos habitantes de la República, los beneficios del régimen municipal.
8º. Ayudar las iniciativas que tengan por objeto asegurar, por la acción propia de los ciudadanos, los elementos de la defensa nacional.
9º. Tomar parte activa en los movimientos electorales, considerando el ejercicio del sufragio, como un deber del ciudadano. 10º. Invitar a la juventud independiente del resto de la República a constituir centros políticos, de acuerdo con los propósitos que quedan enunciados.
11º. Concurrir a un movimiento político general, que encarne los altos fines que persigue la juventud independiente.