EL TEATRO COLISEO DE BUENOS AIRES (1804)

El Teatro Coliseo era un tradicional y antiguo teatro ubicado en el Barrio Palermo de la ciudad de Buenos Aires, en la actual calle Marcelo T. de Alvear 1125 (entonces Charcas), frente a la Plaza Libertad, cuya historia registra varias etapas que se inician en 1804  (ver El Teatro en la  Argentino. Sus orígenes).

Coliseo provisional, una huella definitiva |

Ese año, viviéndose todavía como colonia de España, durante el virreinato de JOSÉ OLAGUER Y FELIÚ, se inauguró el que fue el Primer Teatro Coliseo o Viejo Teatro Coliseo que, habiendo desaparecido en 1792, víctima de un incendio el de La Ranchería,  fue la única sala de espectáculos de la ciudad hasta 1838

Fue construido por el empresario cafetero RAMÓN AIGNASE y el cómico JOSÉ SPECIALI, luego de obtener un permiso del Cabildo que los autorizaba a crear el “Coliseo Provisional de Buenos Aires” y estaba ubicado en un terreno que era propiedad de un vecino llamado ALMAGRO, frente a la Iglesia de la Merced, en el cruce de las actuales calles Reconquista y Presidente Perón, a dos cuadras de la Plaza de Mayo.

En su frente no llevaba ornamento alguno y sólo daba a la calle un portón de pino. En el interior, las decoraciones eran pobres y fueron pintadas en su mayor parte por MARIANO PIZARRO, artesano argentino y maquinista del teatro. El alumbrado se hizo por mucho tiempo por medio de velas de cebo y, luego, por medio de aceite. Sobre las tablas o proscenio en el centro y parte anterior, aparecía la boca del apuntador. Al frente del proscenio se leía un cartel: “La comedia es espejo de la vida”.

La platea contenía aproximadamente 250 asientos; unos bancos largos, muy estrechos divididos por brazos, formaban las lunetas, cubiertos con un pequeño cojín forrado de pana. La entrada general valía diez centavos y las lunetas quince; costando algo menos cuando se tomaba por temporada, que era de aproximadamente diez funciones.

El contorno de la platea en forma de herradura, estaba formado por 20 o 25 palcos bajos, que costaban un peso y otros tantos altos, de tres pesos por función. En cada uno, cabían aproximadamente seis asientos, pero el público tenía que llevar sillas desde su casa o alquilarlas a la empresa teatral.

Frente al proscenio y en el centro de la herradura, en la hilera de palcos altos, se hallaba el palco del Gobierno, de dobles dimensiones que los demás, decorado con cenefas de seda celeste y blanco (o de color punzó en la época de JUAN MANUEL DE ROSAS).  Los palcos, durante muchos años, no tenían puertas y cuando las tuvieron, casi nadie las usaba. La cazuela, vulgarmente llamada gallinero, estaba colocada sobre los palcos altos y era ocupada sólo por espectadores de sexo femenino.

El español BLAS PARERA (el futuro coautor del Himno Nacional Argentino) fue designado Director de la orquesta, que contaba con 26 o 28 integrantes, que no siempre eran músicos profesionales. La “Compañía Cómica” de LUIS AMBROSIO MORANTE, tuvo a su cargo la primera representación que se ofreció en ese escenario y fue este mismo MORANTE el que luego, aquel 24 de mayo de 1812, presentara una pieza teatral que había escrito especialmente para la ocasión, llamada “El 25 de Mayo”, como homenaje a estas gloriosasa jornadas y cuyo himno de cierre, inspirara a uno de sus espectadores, el músico VICENTE LÓPEZ Y PLANES, para componer el Himno Nacional Argentino.

En 1811, en Buenos Aires, comenzó a padecerse una época de desaliente para las actividades artísticas. Los residentes españoles y sus familias no concurrían ya al teatro y los criollos estaban demasiado ocupados en sus reyertas partidarias y en la consolidación de su Independencia para asistir a espectáculos.  La actividad teatral comenzó así a declinar y el gobierno decidió clausurarlo «por razones de seguridad pública»,

Más tarde, la Policía, luego de reparar el techo que era de paja y pintar su interior, lo reabrió y desempeñándose como empresaria, lanzó un abono que tuvo mucha aceptación, En esa temporada se dieron obras como «El Hijo Pródigo» de Voltaire y «El avaro», de Molière, con traducción en ambas de SANTIAGO WILDE y «MONOMANÍA» con la actuación de FELIPE DAVID, un actor de renombre de aquella época.

Pero, a pesar de estos nuevos vientos que parecían impulsar la actividad teatral, hubo muchas voces que se alzaron contra la gestión policial diciendo «La policía es un pésimo administrador; además, los que pretenden organizar un nuevo país, ignoran que, al abandonar el teatro a su propia suerte, en manos de pésimos administradores, mediocres comediantes, con obras venidas de España e ideas de otros pueblos y épocas, pueden llegar a distorsionar el proceso e incubar un verdadero refrito cultural, que nos aleje de nuestras verdaderas esencias”.

“El mundo ha cambiado mucho en estos últimos años, pero el teatro es el mismo de hace doscientos años. A pesar de que España, según dicen, ya no debe gobernarnos, sus comedias siguen dirigiendo el corazón y la fantasía de nuestro pueblo. En vano es que se corrijan los textos borrando las palabras rey, trono, soberano, monarca, etc., o se reemplacen los colores de las cenefas del palco oficial del gobierno, antes rojo y ahora azul y blanco, si el teatro no nos representa verdaderamente”.

El Teatro Coliseo fue luego el escenario donde se presentaron las más notables figuras nacionales y extranjeras que nos visitaban: Allí actuaron TRINIDAD GUEVARA (1798-1873), considerada como la primera actriz argentina, y  el actor JUAN JOSÉ CASACUBERTA (1789-1849). En 1821 se estrenó el drama en verso “Túpac Amaru”, del mismo MORANTE y en 1825 se cantó, por la primer en la Argentina, una Opera: fue la Opera “El barbero de Sevilla de ROSSINI.

Recordemos también que en ese viejo Teatro Coliseo, la noche del 24 de mayo de 1806, estaba el  Virrey SOBREMONTE presenciando la obra de MORATÍN, “El si de las niñas”, cuando recibió el parte que le enviaba SANTIAGO DE LINIERS comunicándole la llegada de los ingleses a Ensenada, durante la primera invasión que realizaron sobre Buenos Aires.

Aunque fue «provisorio», duró más de 30 años. Fue demolido en 1834 y sobre el terreno que ocupaba, se construyó un nuevo Teatro, que con el nombre de “Teatro Argentino” iniciará una existencia caracterizada por contínuos cambios de ubicación, estructura y género.

 

1 Comentario

  1. Anónimo

    Charcas Libertad no corresponde a Palermo

    Responder

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *