BATALLA DEL BOQUERÓN DEL SAUCE (16/07/1866)

Durante la guuera con Paraguay, las fuerzas de la Triple Alianza son derrotadas por las paraguayas y obligados a retirarse, dejando gran número de sus efectivos muertos en el campo de esta batalla,

El Boquerón del Sauce escenario de una de los más duros enfrentamientos que se produjeron en esta contienda, especialmente recordado por la heroica muerte que allí encontró el jefe del Batallón Florida, de la División Oriental, el Coronel LEÓN DE PALLEJA (imagen), militar de origen español y veterano de las Guerras Carlistas, uno de los oficiales más profesionales y capaces del Ejército Uruguayo.

Historia Argentina - La organización Nacional - Guerra Triple Alianza 1865-1870 - Batalla de Boquerón del Sauce

El 18 de julio de 1866, habiendo dejado 30 kilómetros  sur el caudaloso río Paraná, efectivos del Ejército Aliado, avanzaron hacia el Norte, por el camino de la margen oriental del río Paraguay, en busca del enemigo, con la intención de desalojarlo de sus posiciones, en el Boquerón del Sauce, donde se hallaban fuertemente atrincherados.

Las vanguardia del Ejército Paraguayo, al mando del Mariscal SOLANO LÓPEZ, para llegar a ese lugar, se había internado por sinuosos senderos selváticos que sólo ellos conocían, confluyendo hacia un punto de emboscada donde el camino torcía al Este conformando un “boquerón” (una abertura grande en la espesura del monte), vía que tenía unos cuarenta metros de ancho, encajonada entre muros de árboles enmarañados que le daban un aspecto sombrío y premonitorio de desastre. Allí esperaban a los aliados protegidos por un foso en una trinchera resguardada con un alto parapeto y defendida por un gran número de fusileros paraguayos, que contaban además, con el apoyo de 3 piezas de su Artillería.

Los efectivos aliados, compuestos por el Batallón Florida de la Brigada de Infantería Oriental, al mando del Coronel LEÓN DE PALLEJA, reforzado con dos Batallones de la Guardia Nacional de Argentina y una Compañía de Zapadores de Brasil, finalmente logran tomar contacto con el enemigo Y decididos a atacar, recorrieron  a “paso ligero” los cuatrocientos metros de aquella calle del infierno orillando los dos lados del camino, bajo nutrido fuego de metralla por el frente y por los flancos y el impacto directo de la Artillería, cuyas granadas estallaban causando grandes estragos entre los atacantes.

Pero tanto coraje no alcanzó y las tropas aliadas, luego de ser repetidamente rechazadas en sus ataques, debieron desistir y emprender el repliegue. Y allí surgió en toda su dimensión las capacidades profesionales y el coraje del Coronel DE PALLEJA, porque estando al frente de sus hombres en la primera línea, no se apercibió de la orden de retirada y siguió combatiendo hasta que comprendió lo peligroso de su situación. Ordenó entonces el repliegue y supo conducir a sus hombres en una retirada ordenada, siempre combatiendo, hasta que él mismo se vio rodeados por el enemigo.

De  pronto un disparo hecho casi a quemarropa, impacta en este bravo Coronel. Herido de muerte, cae de su caballo ante la angustia de sus oficiales y tropa del Florida, que habiendo acudido rápidamente, aunque no a tiempo para salvarlo, estuvieron junto a él, para acompañarlo con su respeto y afecto en los últimos instantes de vida. Ignorando la cercana presencia del enemigo y aún bajo fuego, todo el Batallón Florida, viendo a su jefe caído, formó en cuadro y le rindió homenaje presentando armas, protagonizando un acto de valor sin precedentes, para testimoniar lo que su jefe representaba para ellos.

A partir de entonces es que el recuerdo de nuestro héroe y su coraje ante la muerte vuelve a la vida, cuando los sones de la “Diana de León de Palleja”, creada para rendir honores al Patrono de la Infantería Oriental, se escuchan para festejar el Día de la Reina de las Batallas y para enmarcar el juramento de fidelidad a la Patria, que los cadetes de Escuela Militar de Uruguay prestan en ocasión de su egreso como Oficiales, mientras las salvas de cañón llevan a todos los confines de América, el mensaje de respeto y amor de un pueblo libre y valeroso, a uno de esos soldados que lo hicieron libre y valeroso (ver La guerra con Paraguay).

1 Comentario

  1. Anónimo

    Bien muerto el sanginario y mercenario ese!

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