GORRITI, JUANA MANUELA (1816-1892).

Escritora y una de las figuras femeninas más extraordinarias de la historia argentina. Nació en «Los Horcones», la hacienda familiar de Rosario de la Frontera, Salta, el 15 de junio de 1816, seis días después de que su padre hubiera suscrito la Declaración de la Independencia, pues era hija del general JOSÉ IGNACIO DE GORRITI, compañero de luchas del general Güemes, y de FELICIANA DE ZUVIRÍA Y CASTELLANOS.

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En 1824 fue enviada al Convento de monjas Salesas de Salta, con quienes estudió francés, literatura y religión, mostrando desde niña su aficción por las letras y la poesía, pero permaneció poco tiempo allí porque no podía soportar el encierro conventual. Continuó entonces sus estudios bajo la tutela de su tío, el sacerdote e intelectual JUAN IGNACIO GORRITI.

En 1831 viajó con su familia a su exilio en Bolivia. Se instalaron en Tarija  y en 1833. contando catorce años de edad, contrajo matrimonio con MANUEL ISIDORO BELZÚ, joven militar que con el tiempo llegó a ser presidente de Bolivia.

Se instalaron en La Paz y de este matrimonio nacieron tres hijas, Edelmira, Mercedes y Clorinda, muerta en la niñez, pero el matrimonio comenzó a tambalear y en 1842, con sus dos hijas  se radicó en Arequipa y se dedicó a escribir y a los estudios literarios.

Acuciada por problemas económicos, se trasladó a Lima, donde comenzó a dar clases para poder sobrevivir y en esa ciudad abrió un salón literario que se convirtió en el centro cultural más importante de la vida intelectual del lugar y allí completó su primera obra, “La Quena”, que fue publicada en 1845 en la “Revista de Lima”.

Su marido había llegado ya a la presidencia de Bolivia, pero ella rehusó acompañarlo, pero le envió a su hija Edelmira, para que estuviera junto a él. Logró conquistar gran prestigio y su Salón fue centro de reuniones  intelectuales.

Prolífica escritora, desde que en 1845, se publicara su primera obra, escribió sin interrupción y sus cuentos, esbozos históricos, memorias de la infancia y novelas aparecieron en publicaciones literarias del Perú y de otros países latinoamericanos —incluyendo a Argentina después de la caída de Rosas—, así como también de París y Madrid. En 1848 se separó definitivamente de su marido y decidió regresar a Salta.

En 1866, cuando sicarios de MELGAREJO, mataron a quien fuera su marido, el ex presidente de Bolivia, BELZÚ, ella recogió el cadáver, lo veló y le dio cristiana sepultura, y luego, respondiendo al clamor popular, se puso al frente de la revolución que entonces estalló. Fracasada esta intentona se trasladó a Lima (Perú) con sus dos hijas.

Ese mismo año de 1866, cuando el puerto de El Callao fue sitiado y bombardeado por los españoles, JUANA MANUELA se enroló como enfermera y junto con las hermanas de caridad, asistió a los caídos durante esa contienda, por lo que el gobierno peruano la condecoró con la “Estrella del 2 de Mayo”.

En 1874 se estableció en Buenos Aires, recomenzó su tarea literaria, se dedicó también al periodismo, fundando la revista “La Alborada del Plata”, y realizó algunos viajes, en dos ocasiones al Perú.

Escribió numerosos relatos, cuentos, le­yendas y páginas autobiográficas e históricas. Aparte de lo publicado en Lima, la mayor parte de sus trabajos apareció en Buenos Aires desde 1865, cuando se conoció un volumen titulado “Sueños y realidades”, editado  por  Casavalle y reeditado por La Nación a comienzos de este siglo.

Lajouane dio a la imprenta dos tomos, en 1876, titulados “Panoramas de la vida”, que contienen relatos fantásticos,  así como  pinturas costumbristas de valor informativo  y  pintoresco.  “El  mundo de los recuerdos”, publicado por Lajouane en 1886, evoca la infancia de la autora en su tierra salteña. Después  aparecieron  “Misceláneas”,” y “Cocina ecléctica”,  “La hija del mazorquero”, “El tesoro de los incas”, “Güemes”,  “El guante negro” y “El lucero del manantial”.

En 1892, había dado a conocer parte de su obra “Perfiles y veladas de Lima” y estaba terminando “Lo intimo” cuando ocurrió su fallecimiento, en Buenos Aires, el 6 de noviembre de ese año (ver La muerte de Juana Manuela Gorriti).

Los modernos críticos literarios tienden a otorgar mayor importancia a su sorprendente personalidad (descrita por uno de ellos como “el temperamento más raro poseído por mujer alguna nacida en la Argentina”) que a sus contribuciones o talento literario.

Consideran que su estilo es poco menos que elegante, que su trabajo es desorganizado e inclusive crudo a veces, prefiriendo sus esbozos históricos, tales como la “Biografía de Dionisio de Puch” (París, 1869), aquellas obras que tratan sobre su provincia natal (Salta) y sus memorias de la infancia (especialmente “La peregrinación a la tierra natal” (1889), por el colorido que contienen y por el interés humano que despiertan, ya que JUANA MANUELA se describe a sí misma en sus memorias. Incluyéndola entre los escritores románticos.

Los críticos también señalan especialmente, sin embargo, su insólito talento creativo, tal como es revelado en sus obras “Sueños y realidades”, editada por Vicente G. Quesada (1865, edición posterior, 1907). Ricardo Rojas ha manifestado que su novela “El pozo de Yocci”, puede ser considerada como la precursora de la novela argentina.

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