UN CRIMEN PASIONAL EN BUENOS AIRES (30/01/1872)

Un terrible crimen conmueve a los habitantes del Buenos Aires Colonial. En 1862 MARTÍN DE ALZAGA, miembro de una de las familias más ricas y tradicionales del país,  se casó con FELICITAS GUERRERO, una joven de apenas quince años, que era famosa por su belleza.

Al año de casados tuvieron un hijo que no vivió mucho tiempo y poco después murió don MARTÍN, dejando viuda a FELICITAS a los 22 años y dueña de una inmensa fortuna.

La joven viuda se dedicó a administrar sus campos y volvió a frecuentar los salones donde se reunían conspicuos miembros de la alta sociedad.

Allí conoció a un tal ENRIQUE OCAMPO, un hombre de 30 años que se enamoró perdidamente de ella (se rumoreaba que más que amor, lo que sentía por ella, era una gran atracción por su fortuna).

Pero FELICITAS se había enamorado de un estanciero vecino llamado SAMUEL SÁENZ VALIENTE. Sospechando algo de esto, OCAMPO se apresuró a proponerle matrimonio y al ser rechazado por la viuda, se enfureció y la mató de un balazo en la boca. FELICITAS apenas sobrevivió algunas horas y su asesino fue condenado a la horca (ver Amores y amantes).

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