TROPAS PARAGUAYAS OCUPAN LA CIUDAD DE CORRIENTES (13/04/1865)

El 13 de abril de 1865, día de Jueves Santo,  cinco buques de guerra paraguayos, «Tacuarí», «Igurey», «Paraguarí», «Marqués de Olinda» y «Salto de Guairá» se acercaron a Corrientes a las cinco de la mañana y ocupan la ciudad.

El presidente de Paraguay, mariscal FRANCISCO SOLANO LÓPEZ, decidido a llevar un ataque a la provincia brasileña de Río Grande, luego de que el presidente de la República Argentina, BARTOLOMÉ MITRE  le negara  usar el territorio argentino, como puente para invadir al Brasil con quien estaba en guerra,  dispone esta maniobra que significa  un injustificado acto de hostilidad contra la Argentina.

Los cinco buques paraguayos pasaron a toda máquina frente a la ciudad y a la altura de la Columna viraron y volvieron aguas arriba. En esos momentos, estaban atracados para ser reparados, en el extremo este de la muralla del puerto, dos pequeños barcos argentinos: el «25 de Mayo» y el «Gualeguay», que estaban amarrados a dos cuadras, uno de otro.

Fueron rápidamente abordados y apresados por los paraguayos, que pasaron a cuchillo a la mayor parte de sus tripulantes. Luego, los paraguayos dispararon unos doce tiros de cañón a bala y metralla sobre la ciudad. Una comisión de vecinos, la mayoría de ellos extranjeros, pasó a bordo del Guairá para decirle a su capitán que cesara ese bombardeo, pues el pueblo estaba indefenso.

A la salida del sol del siguiente día, las tripulaciones de paraguayos desembarcaron y el gobernador LAGRAÑA ordenó evacuar la ciudad y con las escasas milicias que había podido reunir, se instaló en la localidad de San Roque.

Los invasores, unos 3.000 hombres de infantería y 800 de caballería al mando del general WENCESLAO ROBLES, ocuparon el cuartel de la Policía y el Municipio, donde un herrero hizo saltar la cerradura de la sala de gobierno para ingresar.

Un grupo de correntinos expresó su intención de colaborar con el invasor y se formó un triunvirato de colaboracionistas que integraron SINFOROSO CÁCERES, VÍCTOR SILVERO Y TEODORO GAUNA, quienes se ofrecieron al jefe paraguayo para servir a sus órdenes.

El 25 de mayo, desde Buenos Aires, llegó a Corrientes a bordo de la corbeta italiana «La Velocce», una fuerza organizada como «La Legión Valiente», que estaba integrada por una mayoría de voluntarios italianos y desembarcó con la intención de retomar el control de la ciudad.

La lucha fue terrible en el Puente de la Batería y en la Avenida Victoria y los paraguayos se retiraron hacia el Riachuelo y Empedrado, donde estaba el grueso de sus fuerzas. Pero al anochecer, sin saberse aún, cuál fue la razón que tuvieron para ello, las ropas argentinas abandonaron la ciudad, permitiendo que al anochecer, fuera nuevamente ocupada por los paraguayos.

Finalmente, el 22 de octubre los paraguayos evacuaron definitivamente la ciudad de Corrientes, que se salvó de ser saqueada, por la intervención del comandante CAIMI, capitán de la «La Veloce», amarrada en el puerto local.

El doctor SANTIAGO DERQUI poseía una chacra en los alrededores y en enero de 1866, escribió a su hijo, refiriéndose a estas jornadas y a la mala actitud de los soldados paraguayos durante su presencia en Corrientes: «Se han llevado las cerraduras de las puertas que han roto, así como todos los muebles, incluso las cajas de fierro, no dejaron un solo animal, ni los petisos de las niñitas» (ver La guerra de la Triple Alianza con Paraguay).

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