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PAROISSIEN, DIEGO (1781-1827)
Médico, cirujano, químico, empresario minero, militar, diplomático, espía, negociador, amigo. Un hombre muy hábil que puso sus destrezas, voluntad e inteligencia, al servicio de los esfuerzos independentistas en el Río de la Plata.
Tal la semblanza de DIEGO PAROISSIEN (1), un personaje no tan conocido pero directamente relacionado con la historia de la independencia argentina».
Nacido Essex (Inglaterra), en noviembre de 1781 (algunos autores dicen que fue en 1783) en el seno de una familia de origen protestante francés. Realizó estudios de medicina (aunque no hay constancias de que se haya recibido) y de química avanzada.
En 1806, estando en Londres y cuando ya se había producido la primera invasión de los ingleses al Rio de la Plata, decidió viajar a América en busca de su destino. Llegó a Brasil (algunos autores dicen que lo hizo como espía de la corona británica) y se instaló en Río de Janeiro, centro de la actividad británica en América del Sur en aquel tiempo.
Allí se vinculó con SATURNINO RODRÍGUEZ PEÑA y algunos otros patriotas residentes en Brasil y decidió embarcarse hacia estas tierras. En enero de 1807 llegó a Montevideo poco después de concretada la Reconquista de la ciudad de Buenos Aires y allí se quedó.
Pasó el año ocupado en actividades comerciales y cuando las fuerzas inglesas, derrotadas en Buenos Aires luego de su segundo intento de invasión, llegaron con Whitelocke a la cabeza, asistió a los británicos, y fue nombrado cirujano del ejército de Whitelocke con el grado de subteniente.
En 1809, cuando los ingleses ya se habían marchado y estando la Banda Oriental bajo la autoridad de JAVIER D’ ELÍO, fue acusado de espiar a favor de los patriotas criollos. Se lo detuvo y envió preso a Buenos Aires, donde se le inició un juicio. El fiscal pidió para él la pena de muerte por conspiración contra los españoles y en su defensa, actuó el doctor JUAN JOSÉ CASTELLI, el mejor abogado de la época, que logró la postergación de la pena, una y otra vez.
En 1810. cuando se produjo la Revolución de Mayo, PAROISSIEN fue liberado y se radicó en Buenos Aires donde retomó el ejercicio de su profesión.
El 9 de julio de 1810, partió acompañando como Cirujano y Secretario del Delegado de la Junta, JUAN JOSÉ CASTELLI, al Ejército del Norte en la Primera Expedición Auxiliadora al Alto Perú, prestando asistencia a los combatientes en Cotagaita, Suipacha y Huaqui y durante la retirada que siguió a esta derrota, ayudó a JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN en la evacuación de los caudales de la Casa de Moneda de Potosí.
El 25 de noviembre de 1811, como premio a sus servicios patrióticos, el Primer Triunvirato le concedió la ciudadanía (2) por medio de un rimbombante documento como se estilaba en aquella época, pero que por fallas administrativas, recién pudo hacerse efectivo, mediante el «cúmplase», días después (ver Primera Carta de Ciudadanía concedida a un extranjero).
En 1812, el Triunvirato le asignó un destino que nada tenía que ver con su profesión (quizás tuve en cuenta sus conocimientos de Química). Lo nombró director de la Fábrica de pólvora de Córdoba y le otorgó el grado de teniente coronel de artillería.
En abril de 1815 estalló la fábrica de pólvora, causando varios muertos. El gobierno local lo consideró responsable del accidente y se inició una investigación para procesarlo. Pero en ese momento estaba avanzando el federalismo en Córdoba, lo que le dio la oportunidad de retirarse a Buenos Aires, llamado por JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN, quien lo nombró Cirujano Mayor del Ejército de los Andes que ya se estaba preparando Mendoza.
Muy pronto se convirtió en un extraordinario colaborador de SAN MARTÍN en la increíble epopeya del cruce de la cordillera y el cuidado que brindó a los enfermos y a los heridos fue una de las razones del éxito de la empresa.
Más tarde, acompañó a San Martín al Perú y llegó a ser hombre de su más absoluta confianza, participando activamente en la gestión desarrollada allí luego de la declaración de su Independencia.
En agosto de 1821, SAN MARTÍN lo invistió como enviado diplomático, para que junto con JUAN GARCÍA DEL RÍO gestionaran en Chile, Buenos Aires y Europa, el reconocimiento de dicha gesta. No tuvieron éxito en Chile, en Buenos Aires fueron muy mal recibidos por BERNARDINO RIVADAVIA y cuando llegaron a Londres, los sorprendió la renuncia de SAN MARTÍN al gobierno de Perú, lo que hizo que cancelaran de inmediato su misión.
PAROISSIEN se quedó en Londres, donde recibió a SAN MARTÍN en la primera etapa de su exilio, le consiguió alojamiento y fue uno de sus sostenes espirituales hasta que en 1824 regresó al Perú, donde se puso a órdenes de SIMÓN BOLÍVAR.
Incorporado al «Ejército Libertador del Sur de Colombia» , acompañó al general JOSÉ ANTONIO DE SUCRE y el 24 de mayo de 1822, estuvo en la batalla de Pichincha, donde las fuerzas realistas al mando del general español MELCHOR AYMERICH, sufrieron su última derrota, y Colombia logró su independencia.
En abril de 1825, fue nombrado Director de minería del gobierno peruano, con la misión de organizar las minas de Potosí. A fines de ese año volvió a viajar a Europa, para realizar consultas con especialistas y organizar la concesión de las minas de Potosí a alguna empresa europea.
Pero, la independencia de Bolivia canceló estas operaciones y se abocó a un importante proyecto que impulsaba la construcción de un canal para unir el Océano Pacífico con el Atlántico, a través de la Cuenca del río Amazonas.
Su empresa minera quebró a fines de 1826 y perdió todos sus bienes, incluidos los terrenos concedidos por San Martín en Mendoza, como premio a su actuación en Maipú.
En setiembre de 1827 se embarcó hacia Chile, pero falleció en el viaje, antes de llegar a Valparaíso, lugar donde fue sepultado
(1). Cuando llegó a América se cambió el nombre y reemplazó el JAMES original por DIEGO.
(2). Durante algún tiempo se afirmó que Billinghurst era el primer extranjero que había recibido la ciudadanía, pero en un acta del Cabildo, figura que cuatro días antes de que se le concediera a él, ya se había otorgado ese honor al doctor Paroissien.
Fuentes. Fuentes. “Ellos hicieron la Historia”. Biografías varias. Ed. Larousse, Buenos Aires, 1998; “Biografías y vidas”. La Enciclopedia Biográfica en línea; “Diccionario Histórico Argentino”. Ione S. Wright y Lisa M. Nekhom. Emecé Editores, Brasil 1994; “Nuevo diccionario biográfico argentino”, Vicente Osvaldo Cútolo, Ed. Elche, Buenos Aires, 1985; “Vidas Argentinas”, Octavio R. Amadeo, Buenos Aires, 1934; “El revisionismo responde”. José María Rosa, Ed. Pampa y Cielo, Buenos Aires, 1864;