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BAIGORRIA, MANUEL GUALA, «MARICO» (1837-1879)
Conocido como “BAIGORRITA”, nació en La Pampa hacia 1837. Era hijo del cacique Pichun Guala y de la cautiva puntana Rita Castro. Nieto del célebre Yanquetruz, el Grande.
A la muerte de su padre, fue criado por Manuel Baigorria, un coronel unitario que se había refugiado en las tolderías ranqueles. En 1862 asumió el cacicazgo de Poitahué (Quenqué) y en enero de 1867 participó en la “Revolución de Cuyo”, en apoyo de los hermanos SAA, disconformes con el gobierno de Buenos Aires.
Durante la estadía del coronel LUCIO V. MANSILLA entre los ranqueles en 1870, firmó un Tratado de Paz, que fue ratificado en 1872, oportunidad en la que el padre ÁLVAREZ, uno de los firmantes expresó: “este es el indio más sincero que he encontrado en Tierra Adentro; dice lo que siente, sin rodeos, y manifiesta sus temores sin reservas…”
En 1877 realizó devastadores malones sobre Villa Mercedes (San Luis) y al año siguiente sobre Villa La Paz (Mendoza) donde inclusive la iglesia fue saqueada.
A diferencia de otros caciques de la época, nunca se incorporó a las tropas nacionales. Según el misionero franciscano MARCO DONATI, con quién lo unía una sincera amistad, Baigorrita por temperamento y crianza, era más propenso a aceptar el cristianismo que los demás caciques ranqueles.
El 24 de julio de 1878 firmó junto al cacique EPUMER ROSAS, el que sería el último “Tratado de Paz” que se firmó entre los ranqueles y el gobierno de Buenos Aires, representado en esa oportunidad por el Ministro de Guerra, general JULIO ARGENTINO ROCA.
Decidido el gobierno de NICOLÁS AVELLANEDA a llevar la frontera hasta el Río Negro, RUDECINDO ROCA, nuevo jefe de la Frontera Sur, recibe instrucciones de detener a BAIGORRITA y EPUMER, por lo que, en noviembre de 1878 avanza sobre las tolderías de Baigorrita y las encuentra abandonadas. El cacique ranquel había optado por eludir un enfrentamiento abierto y se había internado en el monte con su gente.
Nunca pudo ser hecho prisionero en territorio pampeano y se dirigía hacia la Cordillera, tal vez con intención de pasar a Chile, con su pueblo diezmado por el hambre y las enfermedades y todavía resistiendo los embates de las tropas que lo perseguían, hasta que el 15 de julio de 1879, es alcanzado en las cercanías de la Sierra de «Auca Mahuída», cuando intentaba cruzar el río Colorado. Allí fue herido de gravedad y tomado prisionero. Los soldados le vendaron las heridas y lo montaron en un caballo, pero el cacique se arrancó las vendas y atacó a sus captores, seguido de sus últimos cinco guerreros; todos fueron muertos a tiros.