MANIFIESTO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA ARGENTINA (21/06/1918)

En el “Manifiesto Liminar”, del 21 de junio de 1918, dirigido a los “hombres libres de Sudamérica”, los estudiantes de Córdoba reclaman participación estudiantil en el gobierno de la universidad, una profunda renovación pedagógica y científica y una vinculación con las luchas del pueblo.

Este documento, que fue publicado bajo el título de “Manifiesto de la Reforma Universitaria”, expresaba los ideales de los estudiantes, protagonistas de los grandes cambios en la organización de la universidad nacional.

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“Nuestro régimen universitario es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino: el derecho divino del profesor  universitario. La autoridad  en un hogar de estudiantes no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando, enseñando.

Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente, infecunda.  Por eso queremos arrancar de raíz, en el organismo universitario, el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia”.

Así decía una parte del manifiesto que apareció en la “Gaceta Universitaria” de Córdoba”, periódico de esa ciudad, donde se inició el movimiento que iba a extenderse por toda la América Latina.

Hasta entonces, las universidades nacionales habían sido un reflejo de los intereses políticos y económicos de la clase dominante, pero la llegada de HIPÓLITO YRIGOYEN a la presidencia de la Nación, creó las condiciones para un profundo cambio en esta situación y  tras arduas sesiones,  se logró una amplia reforma que significó la revocación, modernización y adecuación a la realidad nacional, de una serie de medidas y disposiciones, entre las que se destacaban la obtención de una mayor  participación de los estudiantes en el control de la universidades, el acceso a los cargos por concurso público y la  posibilidad de que la clase media accediera a ese nivel de estudios.

Finalmente, el 12 de octubre de 1918, el gobierno de HIPÓLITO YRIGOYEN, suscribió un decreto de reformas que contempló ampliamente los reclamos estudiantiles y a fines de 1918,  es la Universidad de Buenos Aires, la primera que introduce la participación de los estudiantes en el gobierno.

Para completar este tema, reproducimos algunos de los párrafos del denominado” Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria”, redactado por DEODORO ROCA y que apareció en la “Gaceta Universitaria”  de la ciudad de Córdoba, el 21 de junio de 1918.

“Nuestro régimen universitario, aun el más reciente, es anacrónico. Está fundado  sobre una especie de derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a si mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La federación universitaria de Córdoba se alza para luchar contra ese régimen y entiende que en ello le va la vida».

«El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando».

«Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden».

«Fundar la garantía de una paz fecunda en el articulo conminatorio de un reglamento  de un estatuto es,  en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados, es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades”

“Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo  universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad, que en estas casas de estudio, es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente, la falsa dignidad  y la falsa competencia.  La juventud ya no pide».

«Exige que se le reconozca el derecho  a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios,  por medio de sus representantes Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa. La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su Federación,  saluda a los compañeros de la América toda y los incita a colaborar en la obra de libertad que inicia hoy” (ver La Reforma Universitaria).

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