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LOS CARROS FÚNEBRES (1821)
El empleo del carro fúnebre en los sepelios, en Buenos Aires comenzó en el año 1821.
Eran totalmente negros igual que los caballos que lo arrastraban, los atalajes y una especie de penacho también negro coronando su testuz.
En cambio los que transportaban a los niños (que llamaban “de los angelitos”), era blancos, más pequeños y conducidos por un muchachito vestido todo de blanco. Eran arrastrados por medio de dos mulas (o caballos), también blancas, cuyos correajes y los penachos que llevaban sobre sus cabezas, eran del mismo color (ver Recuerdos, usos y costumbres en el Buenos Aires de de antaño).