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LAS ESCUELAS DE LA PATRIA (31/03/1813)
Son llamadas Escuelas de la Patria, las cuatro escuelas que el GENERAL MANUEL BELGRANO dispuso fueran financiadas con un premio en efectivo que se le había oorgado por sus triunfos ante los realista.
En 1813, el General MANUEL BELGRANO fue gratificado por el Cabildo de Buenos Aires con la suma de $ 40.000 por haber obtenido las resonantes victorias logradas en las batallas de Salta y Tucumán sobre las fuerzas realistas al mando del General español PÍO TRISTÁN.
El 31 de marzo de 1813, en nota dirigida al Cabildo, MANUEL BELGRANO, luego de agradecer la decisión del Cabildo y expresar que el cumplir con su deber no le daba derecho a recibir premio alguno, diciendo
«…. he creído de mi honor y de los deseos que me inflaman por la prosperidad de la patria, destinar los expresados cuarenta mil pesos para la dotación de cuatro escuelas públicas de primeras letras», dispuso que la suma asignada sea destinada al sostenimiento (recordar que en su nota dice «dotación»), de cuatro escuelas, que se deberán construír en las ciudades de Tarija, Salta, Jujuy y Santiago del Estero, adjuntando en la nota que remitiera, los contenidos del Reglamento que debía regirlas.
Cada establecimiento dispondrá de $10.000 cada uno, que colocado a intereses, deberá rendir $500 anuales, lo que será suficiente para pagar el sueldo de un Maestro ($400) y $100 para comprar papel, plumas, tinta, catecismos y libros con destino a los alumnos más pobres. Habrá dos semestres de clases: de octubre a marzo y de abril a setiembre, a cuyo término se rendirán los exámenes.
Los pocos asuetos que disponía BELGRANO, demuestran que su intención era beneficiar a los jóvenes con la mayor cantidad de días de clase para aprender a leer, escribir y contar y estudiar la gramática castellana y el catecismo, También se impartirán lecciones rudimentarias sobre el origen de la sociedad y los derechos y obligaciones del hombre en ésta, “debiéndose imitar el ejemplo de moderación, dulzura y amor a la virtud y al orden que debe dar el maestro”, agregaba.
Un riguroso sistema de oposiciones (exámenes públicos delante de las personalidades más notables de la ciudad), garantizará la idoneidad de los docentes, cuyo rango en la sociedad, de acuerdo al concepto de BELGRANO, debe ser muy elevad (ver Belgrano, Manuel).
Fuente: «Manuela Belgrano, la hija del general». Isaías García Enciso, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 2003.