LA TIENDA HARRODS (31/03/1914)

El 31 de marzo de 1914 abrió sus puertas en Buenos Aires la tienda Harrods que, durante muchos años fue símbolo de exclusividad y refinamiento y lugar de reunión de la clase alta porteña.

Por entonces el país era  «el granero del mundo» y la capital albergaba a muchas familias que habían hecho fortuna con la producción agropecuaria. Esos grupos consumían teniendo en cuenta las tendencias vigentes en Europa y para responder a sus demandas se abrieron muchas tiendas que importaban objetos suntuarios.

Por eso, Buenos Aires pareció una plaza adecuada para la única sucursal de la tradicional Harrods, fundada en Londres en 1849. WOODMAN BURBIDGE, hijo del gerente general de la casa central inglesa llegó al país en 1913 y dio su aprobación al proyecto.

El edificio de la tienda, ubicado en la esquina más elegante de la calle Florida, se levantó en tiempo récord con materiales importados y sin ahorrar ningún lujo como lo demostraban sus pisos de cedro o sus imponentes escaleras de mármol. Para muchas generaciones de argentinos con medios económicos,

Harrods fue el sitio donde se podía adquirir ropa, muebles, joyas y distintos enseres de alta calidad y última moda. En su Salón de Té las señoras se encontraban después de terminar las compras y la Peluquería de Caballeros era la cita obligada de los políticos conservadores. En 1922 Harrods se fusionó con Gath y Chaves, la otra gran tienda porteña. Esta firma cerró sus puertas en 1974 mientras Harrods iniciaba su decadencia.

8 Comentarios

  1. Martha

    HARRODS fue la tienda departamental por excelencia . D,
    DISTINCION BUENGUSTO CON PERSONAL DE MAXIMA ESDUCACION . EL SALON DE TE DE MARAVILLAS ALLI FUE MI DESPEDIDA DE SOLTERA,CON LA ORQUESTA DE OSCAR ALEMAN.

    EDUCACION REFINAMIENTO .EN LA PUERTA DOS AMABLES PORTEROS CON UNIFORME VERDEERAN CABALLEROS , UNO ALTO ROBUSTO IMPONENTE Y EL OTRO UN ENCANTADOR ENANITO

    Responder
    1. camilaho88

      Marta, me gustaría contactarla.

      Responder
    2. Santos borre

      Muy bien marta

      Responder
  2. Anónimo

    esta muy lindo todo pero estaria bueno destacar tambien las clases altas en un porcentaje son muy mal educados no saben saludar no preguntan con amabilidad y no son pacientes su vida llena de quejas je

    Responder
  3. Gustavo

    Fue en Harrods donde mis ojos maravillados contemplaron el nacimiento de un fenómeno que desde entonces no ha dejado de capturar la imaginación de millones. Ante la puerta central del todavía coqueto department store me interceptaron dos Jawas de ojitos encendidos (yo no sabía qué era un Jawa, nunca había visto uno) que me regalaron figuritas de una oscura película de sci-fi aún no estrenada. En el tercer or cuarto piso, no recuerdo, descubrí una estructura retro-futurista, en el estilo arquitectónico que en el futuro sería fácilmente reconocible como «Tatooine». Allí, luego de esperar pacientemente en fila junto a docenas de nenes y sus padres, se podía ingresar a una salita oscura y un poco agobiante, de techo muy bajo (los adultos debían caminar doblados en humildad) un proyector de 16mm conjuraba en una pantalla momentos inconclusos, gloriosos, de «STAR WARS: A New Hope». No era ni siquiera un trailer editado, eran realmente escenas de la película. Cada sesión duraba cinco o seis minutos, y mi misión aquel día fue hacer la cola, ver, salir, y hacer la cola otra vez para verlo de nuevo.

    Si Kubrick habia deslumbrado en el ’68 con su «2001: A Space Odyssey», George Lucas nos llevó a pasear por el hiperespacio sin aviso en 1977. No pude dormir por dos semanas luego de ese día, y fue terrible la espera hasta el estreno del film. Durante uno de mis progresos en fila, me dí vuelta y quedé mudo ante la aparición de un personaje que nadie había conocido jamás antes de ese momento: enfrente mío apareció un alto guerrero, mitad androide y mitad soldado japonés medieval, todo de negro, las botas, la armadura, la capa, el casco, y la máscara de calavera high-tech. Colgando de su cinturón se balanceaba el mango de una peculiar espada sin hoja…

    Responder
    1. Horacio (Publicaciones Autor)

      Sin dudas, un singular recuerdo muy bien escrito. Espero que su comentario inspire a otros usuarios para poder disfrutar como lo hacemos con el suyo, la lectura de ricos textos que nos enriquecen emocional y culturalmente.

      Responder
  4. Haroldo B Mc Loughlin

    HARRODS Buenos Aires fue la unica sucursal fuera de Inglaterra, lo que da la pauta,la importancia que los Ingleses le daban a estas tierras, otros comercios Mappin y Webb, Maple,Shearer’s,etc

    Responder
  5. Ricardo Rivarola

    Poseo un cajón de madera maciza con tapa corrediza de terciado. Medidas 53 X 35 X h.23 cm. En sus laterales impreso en mayúsculas grandes «HARRODIAN», en su tapa, restos de etiqueta de envío a casas u hoteles. Consulto: ¿sería el embalaje para objetos frágiles, juegos de té, etc. Lo recibí con trenes de juguete, usados, ingleses, de latón.
    Puedo enviar fotos. Gracias por info.

    Responder

Responder a Anónimo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *