HUELGAS Y PROTESTAS EN EL PASADO ARGENTINO

Las “huelgas”, realizadas por los sectores de la sociedad, que afectados por la banalización de sus derechos, buscan presionar en la búsqueda de reconocimiento para sus demandas, fue una metodología, que también trajeron los españoles a América, en sus viajes de conquista y colonización.

Pero no hay registros que hagan mención a las realizadas en Hispanoamérica durante esa etapa de nuestra Historia. Recién en 1858 aparecerá y quedará registrada como la primera huelga que se realizó en el Río de la Plata, la que fue protagonizada por la Unión Tipográfica Bonaerense.

A esta, seguramente le habrán seguido otras, que lamentablemente nosotros no conocemos, pero lo que si sabemos, es que fue recién a partir de los finales del siglo XIX que las huelgas adquieren ese carácter violento que caracterizó, tanto a los huelguistas como a los que los reprimieron.

En esos años, las ideas anarquistas alcanzaban cierta popularidad en las clases obreras. Aquellas propuestas de una sociedad con criterios humanistas, que le daban alta prioridad a lo sindical, buscaban ser la base para tener una vida sin un gobierno que dirigiera a las comunidades.

Creían que las normas sociales debían surgir de acuerdos voluntarios que marcaran las reglas de convivencia, sin imposiciones autoritarias. Uno de los líderes de aquel pensamiento era Errico Malatesta (1853-1932), filósofo italiano que vivió en la Argentina entre 1885 y 1889.

Los ecos de la revolución rusa comenzaban a tener repercusión en las masas obreras argentinas. “El maximalismo”, programa máximo de la revolución socialista soviética, hallaba muchos adeptos en nuestras organizaciones obreras que vivían un período de agitación después de la terminación de la primera guerra mundial.

Por otra parte, la llegada de dirigentes y militantes anarquistas al país, integrando la ola inmigratoria que comenzó a fines del siglo XIX, instaló aquí los principios del sindicalismo obrero y se vieron rechazados por una sociedad y un gobierno no preparados aún para aceptar esos cambios que se le proponían.

Todo esto, había creado un clima de desasosiego en las clases dirigentes que en cada movimiento obrero veían el propósito de una amenaza para la seguridad pública y afirmaban que los maximalistas pretendían apoderarse del país.

Pero los reales motivos desencadenantes de los sucesos producidos entonces en Buenos Aires, fueron la inestabilidad económica y social y las aspiraciones de los obreros de la industria y otros, que conducidos por líderes revolucionarios anarquistas y bolcheviques, desde 1917, venían organizando una serie de protestas por el alza del costo de la vida y para tener participación real en la creciente economía argentina (ver El anarquismo en la Argentina).

A fines del siglo XIX entonces y principios del XX, una larga lista de conflictos sociales sacudió al país. Las durísimas condiciones laborales aplicadas a hombres, mujeres y niños y la injusta distribución de los beneficios, provocaron la reacción popular, liderada por los sindicatos, que alcanzaban cada día mayor influencia y el Estado respondió con la violencia para detener las protestas.

Los conflictos se multiplicaron durante 1906 y 1907 con huelgas y marchas que se realizaban en todo el país. Más de ochenta huelgas y protestas estallaron en diversos puntos del territorio nacional y una de las situaciones más graves, se produjo cuando los obreros de los frigoríficos Swift y Armour trataron de organizar la Federación Obrera Regional Argentina, adherida a la FORA sindicalista, que era la anarquista (ver IX Congreso de la FORA).

Entre 1917 y 1922 se produjo un ascenso de la conflictividad obrera que era parte de la oleada revolucionaria iniciada con la Revolución rusa de 1917.

Durante la primera mitad del año 1919, e produce un pico de movilización sindical: telefónicos, textiles, empleados de la Tienda Gath y Chaves, metalúrgicos, tranviarios, peluqueros y panaderos se suman a la huelga general. Hay también movimientos de los jornaleros rurales, que obstaculizan la cosecha y al comenzar el mes de mayo, es la Federación Agraria la que lleva a sus afiliados, a la huelga.

Los enfrentamientos que esta situación produjo, en la República Argentina, tuvo sus hitos más dramáticos con la Semana Trágica (del 7 al 14 de enero de 1919), las huelgas de La Forestal (enero de 1921 a noviembre de 1922) y la rebelión de los peones rurales de la Patagonia (noviembre de 1920 a enero de 1922).

Consignaremos a continuación algunas de estas huelgas que por alguna razón han dejado un rastro indeleble en nuestra Historia. Unas, por el dolor y la muerte que provocaron, otras por ser muestras de nuestra idiosincrasia o símbolo de justas luchas reivindicatorias y algunas, por los insólitos y a veces disparatados fundamentos que las potenciaron.

Huelga de la Unión Tipográfica. La primera huelga en la República Argentina (02/09/1858)
El 2 de setiembre de 1858, se declara la primera huelga en la historia de la Argentina, protagonizada por los obreros de la industria gráfica, que buscaban una reducción de los horarios de trabajo en los talleres y un aumento del jornal (ver Sociedad Tipográfica Bonaerense)

Huelga de vientres (1860)
La Historia registra que en 1850 se produjo un paro de vientres, que quizás fue el precursor de los actuales paros promovidos por quienes piensan que éste es el único camino para lograr sus objetivos.

Dice la crónica que en aquellos años, hubo un paraje perdido en Entre Ríos llamado «Tabacué», en el que sólo habitaban mujeres que cansadas de llorar la muerte de padres, hermanos, hijos y esposos, decidieron protagonizar lo que la historia llamó un paro de vientres, y comenzaron a negarse a seguir pariendo niños, que al crecer les serían arrebatados por el ejército» (ver Paro de vientres en la provincia de Entre Ríos).

Huelga de lecheros (1863)
Los lecheros de Buenos Aires, protagonizaron una insólita huelga porque se los obliga a maniatar a sus caballos, mientras efectúan su venta de leche. La mecha la enciende don CAYETANO CAZÓN, jefe de Policía, con una disposición para que «los lecheros, al igual que los demás transeúntes a caballo, usen la «manea» en su trabajo (ver Las maneas).

Huelga en la “República de La Boca (1882)
Niebla gris que no cortan los techos de chapa ni el fuego de las discusiones en La Boca. Corrillos cerca del paredón de la fábrica. Murmullos calientes, cigarrillos «chupados hasta el final», gestos del mar Tirreno.

Los trabajadores del Barrio La Boca se lanzan a la huelga. Los patrones no ceden y los obreros tampoco. La Boca es un área caldeada.»¡ Más jornal, menos horas»!. «A nosotros no nos intimida nadie”. “O vuelven al trabajo o pedimos intervención policial»!.

Acaloradas jornadas porque «el gobierno argentino no puede mezclarse en cuestiones de genoveses». A falta de mejor solución, viene la segregación. En un mástil cercano izan la bandera de Génova y firman un acta por la cual informan al rey de Italia que acaban de constituir la República Independiente de la Boca. Los disidentes pasean en grupos; piensan seriamente en nombrarse autoridades y si es necesario, una milicia (ver La República de la Boca).

La rebelión de los carteros 1888
El Director de Correos RAMÓN J. CÁRCANO
ratifica la vigencia de la ordenanza que dispone que los carteros de Buenos Aires vistan uniforme, lleven una bolsa de cuero colgada al hombro para llevar la correspondencia y porten una linterna para repartos nocturnos, pero los carteros se rebelan contra la medida.

Inaudito!! Proclaman los más exaltados. “No somos soldados para que nos uniformen”. Respaldados por la opinión pública y capitaneados por un inmigrante catalán llamado JOSÉ CORELEU se hacen fuertes, se lanzan a la huelga  y llevan su protesta a las calles de Buenos Aires (serán acaso lo primeros piqueteros??).

La ley de Residencia (22/11/1902)
Como respuesta a los desórdenes y huelgas propiciadas por grupos de exaltados, que propiciaron el camino de la lucha y la confrontación violenta por sus derechos como trabajadores, a fines del siglo XIX, el Congreso Nacional. Dando por aprobado un proyecto de MIGUEL CANÉ (padre), sanciona la llamada “Ley de Residencia” que autorizaba al Poder Ejecutivo a expulsar del país a todo extranjero que perturbara el orden público y el Ministro del Interior JOAQUÍN V. GONZÁLEZ anuncia que la Ley sólo se dirige contra los agitadores y anticipa la promulgación de una ley más amplia, que contemplará el conjunto de los problemas de los trabajadores.

Huelga de panaderos (00/05/1903)
En 1887, ENRICO MALATESTA, junto con ENRICO FERRER, otro impulsor del anarquismo, promovieron la creación de la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, organización que realizó la primera huelga de ese gremio en mayo de 1903, reclamando mejores salarios y una jornada laboral de ocho horas.

Huelga de mozos y cocineros en defensa de sus bigotes y barbas (00/05/1903)
A raíz de que la patronal exige a sus empleados que se afeiten el bigote, los trabajadores de la gastronomía realizan una huelga  que se concreta durante tres jornadas de “trabajo a desgano”, luego de las cuales, vuelven a ser autorizados los bigotes y las barbas.

Huelga de estudiantes de Derecho (01/12/1903)
En la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, los estudiantes reaccionan violentamente (debido a una interpretación caprichosa según la Academia) del Reglamento de Exámenes (dictado en diciembre de 1902) y declaran una huelga total del estudiantado.

Huelga estudiantil en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (00/09/1905)
En setiembre de 1905, la Facultad de Medicina de Buenos Aires fue escenario de una serie de protestas estudiantiles que culminaron en una huelga, en reclamo de una medida ue consideraban injusta. En un concurso de Clínica Médica, la Academia de Medicina, había excluido de la terna al doctor JULIO MÉNDEZ, que era apoyado por los estudiantes.

Huelga de los “mensajeritos”. Primera huelga infantil (1908)
A principio del siglo XX eran varias las mensajerías porteñas que se dedicaban a llevar y traer mensajes, sobres y paquetes a domicilio. La mayoría de ellas estaban ubicadas en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires y casi todas, contaban para realizar este servicio, con chiquilines de no más de 15 años. Iban en bicicleta y la mayoría de las veces a pie. Corrían y hacían gambetas por entre peatones, carros y automóviles, presurosos siempre para llevar sus recados, sabiendo que quedaba en sus manos (mejor dicho, en sus pies), que el nombre de su agencia, estuviera acorde con su servicio

La juventud, la simpatía, la eficiencia y porque no, muchas veces su picardía, hacía de estos personajes el medio más eficaz, rápido y seguro para prestar un servicio, cuando no había muchos otros medios que lo pudieran reemplazar y tan fue así, que aunque parezca mentira, estos “simpáticos mensajeritos” protagonizaron la primera huelga infantil de la que se tenga memoria. Fue en 1908 y exigían mejores salarios y una reducción de las distancias que debían recorrer.

Una huelga de inquilinos (1907)
En 1907 los altos alquileres encarecían notablemente la vida en Buenos Aires y la dificultad para pagarlos, creó un conflicto insólito, no conocido hasta entonces: una huelga de inquilinos.

El punto de partida fue una solicitud de los moradores de conventillos que comprendía una rebaja del 30 por ciento en los alquileres, la abolición de las garantías, el compromiso de no desalojar a los inquilinos cuando no mediase falta de pago y mejoras en las condiciones de higiene.

Este conflicto se inició en un conventillo de la calle Ituzaingó 255 y se propagó a otro de la misma calle, participando 130 familias y se extendió con rapidez a otros barrios.

Huelga trágica en Ingeniero White (1907)
A fines de julio de 1907, en Ingeniero White se produjo una huelga de remachadores que pedían una jornada laboral de ocho horas, aumentos de salario y la expulsión de un capataz autoritario y violento.

Los obreros se reunieron para deliberar en la Casa del Pueblo y allí fueron atacados por un grupo de cuarenta marineros de la subprefectura de Ingeniero White, enviados por el jefe de dicha repartición, comandante Astorga y que sin aviso previo, abrió fuego desde la puerta del local, donde estaban reunidos los trabajadores (ver Huelga trágica en Ingeniero White).

Huelga de los picapedreros de Tandil (1911)
Las canteras de Tandil crecieron con la demanda de adoquines para empedrar las calles y quienes trabajaban en ellas, los llamados «picapedreros» eran trabajadores muy especializados, casi artistas y también muy combativos.

En 1908 ganaron la huelga grande. En 1911, vigente la Ley de Defensa Social, la policía detiene a tres trabajadores y sus compañeros bajan de las canteras para liberarlos, cantando “Bandiera Rossa” y “La Internacional” y van armados. Frente a la comisaria se produce un tiroteo, con dos muertos y varios heridos. A ello sigue una verdadera cacería de trabajadores. Cien de ellos son enviados a La Plata, para ser juzgados, pero sorpresivamente son absueltos.

Huelga de los maquinistas ferroviarios (06/01/1912)
El 6 de enero de 1912 amaneció con el personal de locomotoras de paro y así comienza la primera huelga general de maquinistas y fogoneros de los ferrocarriles argentinos. Un viejo desacuerdo originado allá por 1906, fue el origen del conflicto, que surgió violentamente, cuando los maquinistas y fogoneros agremiados en La Fraternidad, elaboraron un proyecto de escalafón que uniformara las condiciones de trabajo en todas las empresas, que no fue aprobado por el empresariado. Con una duración de cincuenta y dos días, este conflicto implicó un desafío para los dirigentes y socios de La Fraternidad, y también para las empresas y el gobierno, quienes debieron enfrentar las consecuencias de la paralización del tráfico ferroviario en plena época de cosecha y en el contexto de otros conflictos obreros que afectaban la actividad portuaria.

Huelga de chacareros. El grito de Alcorta (25/06/1912)
El 25 de junio 1912, en el pueblo santafecino de Alcorta, un grupo de 300 colonos chacareros, en su mayoría de origen italiano, encabezados por Francisco BULZANI y apoyado por los hermanos NETRI (uno sacerdote y el otro abogado), se reunió en la Sociedad Italiana de Alcorta e iniciaron lo que fue la primera huelga agraria que se produjo en el país y que tuvo luego, decisiva importancia para erradicar el sistema de “contratos de arriendo” que consideraban abusivos e injustos.

El presidente Hipólito Yrigoyen y las huelgas (1917)
Las huelgas que tuvieron lugar en la República Argentina, en los comienzos del siglo XX, afectaron el corazón de la economía del país, principalmente en el quehacer de las empresas navieras, las ferroviarias y los frigoríficos.

Fueron casi todos, consecuencia de la inflación, la desocupación y la dureza de las condiciones de trabajo y su secuela más peligrosa, fue la política que los gobiernos adoptaban ante estas situaciones.

En el caso del Presidente Yrigoyen, un gobernante que no reprimía, sino que prefería dialogar con los dirigentes y ofrece su arbitraje, las cosas casi nunca se pusieron violentas ni fueron desgastantes. A lo largo del año 1917, varios movimientos de protesta lograron finalmente sus objetivos, luego de sensatos arreglos, pero una larga y agresiva huelga promovida por los ferroviarios, cambió el clima y la metodología que fue necesaria para enfrentarla.

Fue entonces cuando se comienza a hablar de agitadores” e “infiltrados”, presumiblemente anarquistas alemanes que se emplean, para lograr una mayor exposición de sus demandas, ante la opinión pública, mientras las empresas se asocian y cierran filas.

Abroquelados así ambas partes en un insensato enfrentamiento, en noviembre de 1917, ante una huelga en los frigoríficos de Berisso, Yrigoyen, por primera vez, opta por enviar a los infantes de Marina (ver Presidencias de Hipólito Yrigoyen).

Huelga de los estudiantes de la Universidad de Córdoba (11/04/1918)
En la provincia de Córdoba, los estudiantes universitarios lanzan un manifiesto exigiendo la Reforma Universitaria. Con este llamado «Manifiesto Estudiantil Universitario», también conocido como el “Manifiesto a los Hombres Libres de Sudamérica”, se inicia la huelga de los estudiantes de la provincia de Córdoba, en reclamo de una Reforma Universitaria que aspira a mejorar la educación superior. Fue redactado por DEODORO ROCA y rápidamente se suscriben a él varios reformistas y los estudiantes de todo el país se pliegan a la huelga iniciada en Córdoba (ver La Reforma Universitaria).

Huelga de los trabajadores de los Talleres Metalúrgicos Vasena (07/01/1919)
Una huelga de los trabajadores de los “Talleres Metalúrgicos Vasena”, en Nueva Pompeya, ciudad de Buenos Aires, iniciada en diciembre de 1918, fue la chispa que encendió uno de los acontecimientos más trágicos de la historia laboral argentina, identificado por la Historia como “la semana trágica”.

Los obreros de los “Talleres Metalúrgicos Vasena”, una empresa de capitales ingleses y argentinos, con 2.500 empleados, reclamaban la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas, la vigencia del descanso dominical y aumentos de sueldo y el movimiento, hasta ese momento se venía desarrollándose en forma pacífica, hasta que a las 5,30 horas de la mañana del 7 de enero de 1919, se produjo el primer capítulo sangriento, cuando  una piedra salió de un  grupo de trabajadores apostados en las puertas de la fábrica y rompió un vidrio.

Y así empezó un caos que durante ocho días tuvo a la ciudad de Buenos Aires sumida en el terror, con sus calles cubiertas con la sangre de argentinos que no supieron dirimir sus diferencias sin violencia (ver La semana trágica en Buenos Aires)

Huelga de los trabajadores de La Forestal (1919)
En 1919, durante la presidencia de HIPÓLITO YRIGOYEN (1916-1922), los trabajadores de La Forestal lograron organizar una sólida estructura sindical y se afiliaron a la FORA del IX Congreso (Sindicalista) y declararon una huelga general que finalizó con la firma de un avanzado convenio colectivo (ver La Forestal y el fin de los quebrachales argentinos).

Huelga de la Federación Obrera Marítima (12/02/1920)
La Federación Obrera Marítima, que controla las actividades del Puerto, inicia acciones contra la empresa Mihanovich, la naviera más importante que opera en el país, no acepta que el gremio seleccione a los tripulantes.

Al boicot obrero, le sigue un lockout patronal y la huelga se extiende a lo largo de todo el año. Mihanovich, que no consigue el apoyo de las otras empresas, cambia la bandera de sus buques y contrata personal en el Uruguay, pero debe retroceder por la resistencia sindical. La FOM, que tiene el respaldo del gobierno, organiza el apoyo para los huelguistas: distribuye subsidios, organiza comedores gratuitos, alienta paros solidarios de la FORA y luego de casi un año, consigue doblegar a la patronal.

Huelga de los trabajadores rurales de la Patagonia (01/11/1920)
El 1º de noviembre de 1920 los trabajadores rurales de la Patagonia inician una huelga en demanda de mejores condiciones de trabajo y del cumplimiento de los compromisos asumidos por los estancieros y empresarios vinculados al sector.

Fue un movimiento que se dio en el marco de una lucha por el poder, que enfrentaba a la Sociedad Obrera de Río Gallegos, filial de la FORA, orientada hacia la anarquía y la FORA (sindicalista), de clara adhesión al “yrigoyenismo” y así comenzó uno de los más tristes episodios de nuestra Historia, que sembró de terror y sangre en el territorio sureño de nuestra Patria. Fue reprimido en forma sangrienta por el gobierno nacional y dejó un saldo de cerca de 1.500 obreros muertos.

Huelga de Actores (1921)
ACTORES EN CONFLICTO. Una manifestación de actores genera un tumulto frente al teatro San Martín, donde estrena la compañía Arata-Simari-Franco: son los militantes de la Sociedad Argentina de Actores, acompañados por taxistas, coristas y escritores, que se enfrentan con la Unión Argentina de Actores. Ésta reunía a las principales figuras del espectáculo y aquélla, a los de ideas sociales y políticas avanzadas. La división alcanza a los empresarios y a los autores: hay huelgas, listas negras, cooperativas de trabajo y escritores que escriben especialmente para los contestatarios: Pico, Defilippis Novoa, Eichelbaum, Discépolo. En 1924, ambos grupos se unirán para formar la «Asociación Argentina de Actores»

Huelga en contra de la ejecución de Sacco y Vanzetti (10/04/1927)
Para oponerse a la ejecución de estos dos agitadores políticos, se unen socialistas, sindicalistas, comunistas y hasta anarquistas. Se realizan dos huelgas generales y dos grandes manifestaciones. Estalla una bomba en una fábrica de tabacos que tuvo la descabellada idea de lanzar al mercado “cigarrillos Sacco y Vanzetti para obreros”.

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