EL SISTEMA LANCASTER PARA LA ENSEÑANZA. (18/06/1818)

No nos atrevemos a pensar que Joseph Lancaster, creador del Sistema Lancasteriano de Enseñanza (o de instrucción mutua), en 1805, haya tenido en cuenta lo dicho por Séneca “el joven” en el año 35 d.C.: “Aprendemos enseñando”, pero curiosamente, ese es el fundamento principal de este revolucionario método educativo, que intentaba mejorar los paupérrimos resultados de la educación clásica de aquella época, que demandaba la presencia de un Maestro, gran cantidad de alumnos y la vara de castigos.

Resultado de imagen para sistema lancaster de enseñanza

El Sistema Lancaster de Educación, fue ideado en 1805 por el educador cuáquero inglés JOSEPH LANCASTER (imagen). Proponía que los alumnos más capaces fueran utilizados como «ayudantes» del maestro (los llamados alumnos-maestros), transmitiendo la información que previamente, ellos habían aprendido, a otros estudiantes.

Era un sistema de enseñanza diferente al vigente en esa época, que recurría a honores y castigos, más racionales que los palmetazos con que se castigaba habitualmente a los alumnos británicos y otros novedosos caminos para lograr mejores resultados en la enseñanza primaria.

Pero lo más interesante del nuevo sistema consistía en el empleo de «monitores» ya que el docente (Maestro/Director) era asistido por un grupo de instructores subordinados, seleccionados de entre los mismos alumnos y cada uno de ellos, le enseñará luego a un grupo determinado de niños. Gracias a este económico ardid, un solo profesor podía controlar eficazmente a cien alumnos.

Lancaster lo empleó por primera vez en su Colegio de Chelsea (Londres), como un intento de enseñar a gran número de niños con mayor rapidez, mediante su ayuda recíproca. Rápidamente se comenzaron a ver los excelentes resultados que brindaba y varios países de Europa, Rusia y finalmente de América, lo adoptaron.

El nuevo método había enfrentado, sin embargo, una decidida oposición de la Iglesia Anglicana (muy poderosa en Inglaterra) que le criticaba limitar la enseñanza de la religión a la simple lectura de la Biblia, sin añadir el Catecismo ni definirse acerca de ninguna secta reformada.

“Quizás no lo haga tan bien como con los antiguos métodos, pero al menos la enseñanza estará al alcance de mayor número de personas”, decía Lancaster sobre su sistema. Y explicaba que este método pedagógico solo requería un maestro por escuela, sin tener en cuenta la cantidad de alumnos que concurrieran. Este maestro, que a la vez era el Director, debía instruír suficientemente a varios alumnos seleccionados (elegidos entre los más capaces), que a su vez, debían enseñar luego a un grupo de 10 niños como máximo, utilizando el método seguido para capacitarlos a ellos. Era en realidad un tipo de enseñanza mutua, efectuada por medio de instructores.

El método Lancasteriano suponía, en definitiva, una enseñanza de tipo recursiva en la que los estudiantes más avanzados, llamados “monitores”, impartían sus conocimientos a sus compañeros. De esta manera, se rompía con el modelo tradicional en el que, únicamente el docente puede trasmitir sus conocimientos.

El Sistema Lancasteriano en Buenos Aires
18 de junio de 1818 llegó a Buenos Aires DIEGO G. THOMPSON, quien, representando a la Sociedad Lancasteriana Inglesa y a la Sociedad Bíblica, había llegado a América para difundir el sistema, logrando que rápidamente éste ganara adeptos entre los países que acababan de conquistar su independencia, ávidos de promover la instrucción pública.

A poco de su llegada, el señor THOMPSON realizó una entusiasta defensa de este método y se ofreció para ponerlo en práctica, comenzando por aplicarlo en sólo algunas escuelas primarias de la ciudad de Buenos Aires. Aquí, el método propuesto por Lancaster ya era conocido en 1816, pero recién comenzó a ganar adeptos a partir de entonces

Aunque al principio no halló buena predisposición entre las autoridades y los educadores, en 1819, el Cabildo de Buenos Aires, lo autorizó a fundar una Escuela Lancasteriana modelo, e iniciar adiestramiento de maestros en ese método.

Por el año 1821, ya funcionaban ocho de esas Escuelas en Buenos Aires, incluyendo una para niñas, fundada por JOSÉ CATALÁ y dirigida por la señora HYNE. También se fundó una “Sociedad Lancasteriana” para que la obra siguiera avanzando y para promover actividades culturales conexas.

La Sociedad de Beneficencia adoptó el uso del método Lancaster en sus colegios para niñas y cuando se estableció el Departamento de educación primaria (o elemental), en la Universidad de Buenos Aires, el sistema de “enseñanza mutua” o por método Lancaster, se hizo obligatorio.

El movimiento se difundió entonces rápidamente por las provincias. La primera Escuela argentina lancasteriana la estableció el ciudadano chileno SOLANO GARCÍA en Concepción del Uruguay (provincia de Entre Ríos) y fue PASCUAL ECHAGÜE quien introdujo el sistema en la provincia de Santa Fe.

Luego, en 1822, la Escuela Normal de Maestros de Paraná adoptó el sistema; en Salta fue JUAN ANTONIO ÁLVAREZ DE ARENALES quien lo introdujo ; a Tucumán llegó llevado por ARÁOZ DE LAMADRID y a Mendoza llegó en 1822 introducido por el Doctor JUAN CRISÓSTOMO LAFINUR.

BERNARDINO RIVADAVIA, trajo al erudito español PEDRO BALADIA, para que coordinara la aplicación del sistema en Escuelas de Buenos Aires (en la campaña ya existían dieciséis escuelas que lo aplicaban), pero no tuvo éxito y prefirió establecer su propio Colegio particular, conocido como el “Gimnasio Argentino”.

En 1828 llegó al país JOSÉ ANDRÉS GARCÍA, enviado por la Sociedad Lancasteriana de Londres y fundó la Escuela Infantil en Buenos Aires, una escuela elemental donde se aplicaba el sistema, mientras que ese mismo año, PEDRO DE ÁNGELIS fundo su Escuela Lancasteriana.

Durante los primeros años de la aplicación del sistema, tanto el Gobierno como la Iglesia Católica (a pesar de los esfuerzos que realizaba TTHOMPSON en favor de los protestantes), habían auspiciado y apoyado efectivamente el movimiento lancasteriano por los beneficios que éste parecía prometer, pero las reformas eclesiásticas de RIVADAVIA comenzaron a suscitar divergencias entre quienes lo apoyaba y quienes lo consideraban una forma sutil de introducción de la Iglesia Metodista.

La Iglesia y los conservadores comenzaron a manifestar su oposición expresando que las escuelas lancasterianas reflejaban la negligencia política de los liberales y disminuía, casi en proporción directa al acrecentamiento del poder católico.

El resultado fue que pronto se apagaron los fuegos del entusiasmo por este sistema. Hoy sólo queda reconocerle el mérito de haber traído un beneficioso ímpetu al sistema educativo argentino.

En Mendoza, provincia donde tuvo su mayor éxito, siguió vigente hasta 1883, pero en el resto del país, en menos de dos décadas cayó en desuso, a partir de la sanción de la Ley 1420 del 8 de julio de 1884, mediante la cual se definieron las características, métodos y metas del sistema educativo argentino.

Final previsto
La enseñanza mutua, lancasteriana o monitorial, aunque ampliamente difundida y con muchos defensores en el mundo entero, tuvo también importantes enemigos entre quienes veían perder las posiciones logrados luego de muchas luchas y componendas. Cayó primero, paradójicamente, donde había nacido: en Inglaterra. Un nuevo sistema que se conoció como «Sistema de Glasgow», pergeñado por David Stow, abogaba por la presencia excluyente del maestro, para la educación de los niños y así murió otra buena idea.

Qué lastima no?. A la distancia es difícil comprender qué fue lo que pasó. Si brindó tan buenos resultados, porque no se afianzó el sistema?. Si ofrecía ventajas tan relevantes como que con su aplicación, se reducían notoriamente los costos de la educación, se priorizaba la educación de las niñas y niños de menores recursos y se estimulaba la aparición de las “escuelas normales”, exigiendo solamente la disponibilidad de suficientes y adecuados ámbitos para su práctica, es incomprensible que hayamos optado por un sistema que nos ha ubicado en los últimos puestos de la escala que cuantifica el resultado de la educación primaria en todos los países del mundo.

Sabemos que la presión que pueden ejercer la Iglesia, los sindicatos y la militancia política, en muchas ocasiones ha sido intolerable y a logrado satisfacer sus objetivos, pero quizás sea la hora de que los intereses personales o corporativos, se subordinen a los de la Nación y sus habitantes.

Expresiones de una voz autorizada
Por considerarlo muy ilustrativo y ecuánime en sus consideraciones, nos permitimos reproducir fielmente aquí, un texto publicado en Internet por Webnode, titulado “Modelo pedagógico lancasteriano”, que dice así:

Características del sistema
Actividad permanente. El niño que se entretiene no molesta. (razones disciplinarias, no psicológicas).
Contenidos. Orden, lectura, escritura, gramática, dibujo, costura y canto.
Didáctica. Mecánica repetitiva, memorística.
Eliminación de castigos corporales y castigos morales (orejas de burro, el rincón, etc.)

Thompson introdujo el sistema lancasteriano en el Rio de la Plata. El afán ilustrado de Rivadavia era coherente con el apoyo de estas iniciativas que se mantuvieron vigentes hasta la década del 60. Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, criticó el sistema lancasteriano por su método memorista y su rígida disciplina. De espíritu russoniano, Rodríguez consideraba que los niños debían preguntar y no repetir para obedecer a la razón y no a la autoridad.

Por otra parte, los monitores, tendían a abusar de la «situación de poder», transformando la clase (según términos de Weimberg) en una suerte de cuartel. También se ha señalado que el sistema era conveniente para la enseñanza elemental, pero ponía en evidencia visibles limitaciones cuando los temas avanzaban en complejidad. Además, alejaba al niño del maestro.

Otras críticas, provendrían de sectores católicos que acusarían al sistema de difundir el uso de la biblia protestante, lo cual se interpretaba como un abuso de confianza, dado que sacerdotes católicos había prestado su apoyo.

El sistema lancasteriano, ocupó un lugar prácticamente vacío en la cultura pedagógica latinoamericana, dando una cierta continuidad a los postulados de la ilustración. Más que virtudes pedagógicas/metodológicas, el sistema era la única alternativa posible para satisfacer la necesidad de educación promovida desde los sectores ilustrados urbanos.

Esperanzas y desesperanzas del método lancasteriano
Las ventajas que desde el punto de vista discursivo enarbolaron el éxito propagandístico del método en América Latina, se respaldaron en cuatro variables: el tiempo, la administración, la amplitud, y la uniformidad-homogeneidad

La variable tiempo encierra la rapidez, la expeditividad, la brevedad, la prontitud en el aprendizaje y la reducción de la escolaridad, dado que bajo este método de enseñanza era suficiente la mitad de tiempo en años para aprender, que con el método tradicional

La variable administración abarca la economicidad en dinero, el ahorro y el menor gasto, por la exigencia que cada escuela tuviese un maestro único ayudado por sus monitores, lo que implicaba una disminución en la contratación de docentes, en este sentido se afirma que: “el sistema tenía por objeto la educación de los pobres y lo barato que resultaba era su atractivo principal. El costo por alumno era muy pequeño cuando las escuelas eran grandes ya que sólo requerían una persona asalariada: el director

La amplitud del método estuvo determinada por el intento de escolaridad masiva, para que ésta se extendiera a la mayor parte de la población y por no limitarse exclusivamente a la escuela, ya que el modelo de este método no solo era propicio para el ámbito escolar, sino que se prolongaba también en el sector extraescolar, como el trabajo.

Con la variable uniformidad y homogeneidad en los procesos escolares, se buscó que todas las escuelas enseñaran lo mismo y al mismo tiempo, a tal punto que si un alumno se cambiaba de escuela pudiera retomar en el punto donde había dejado. De este modo se brindaba la posibilidad de educar pública y gratuitamente a todos los ciudadanos, en especial al sector infantil pobre y marginado de la enseñanza, por eso sea firma que con este sistema hay “posibilidades de extensión de la oferta de educación escolar”

Así como hubo ventajas que enaltecieron el método, poco a poco comenzaron a surgir desventajas que dieron por tierra a las anteriores. Entre las inconvenientes más destacadas referidas a América Latina se encontraron (Querrién, Narodowski,Szuchman). La reducción de los salarios de los maestros, las resistencias al método por parte de los maestros y padres, y la falta de capacidad para llevarlo a cabo:

La primera desventaja pone en evidencia el disconformismo de los mismos maestros, ya que para llevar adelante este método debían estudiarlo formándose ellos primero en él, para poder emplearlo en segundo término. Los maestros estaban disconformes porque su autoridad estaba desligitimada, e invadido su poder pedagógico por los especialista y el Estado.

La segunda hace referencia por un lado, a la supresión de los ayudantes de los maestros, por lo que el trabajo que aquellos realizaban recayó sobre éstos últimos y por el otro lado, el conflicto entre dos bandos bien diferenciados unos, los que se ocupaban de la educación desde el punto de vista de la planificación como las autoridades, los políticos y los pedagogos especialistas, partidarios del método y los otros, los maestros a quienes les competía poner en práctica el método diariamente;

La tercera manifiesta un punto de vista común, tanto los maestros como los padres de los alumnos coincidían en que era mejor el manejo tradicional del salón de clases, sostenido por el método simultáneo. También existieron conflictos con éstos últimos, dado que “muchos padres no admitían la absorción de sus hijos por parte de la institución escolar y celaban que una organización tan pulcra no tuviera otro objetivo que la leva de los jóvenes a los ejércitos.

La cuarta desventaja refleja la desesperanza del método con respecto al aprendizaje de los contenidos curriculares, dado que este sistema no enseñaba con la facilidad y rapidez prometida sino que lo hacía con lentitud, lo cual denuncia su falta de eficiencia.

A esto se suma “el desorden escolar, que se opone al disciplinamiento, al ser trastocada la autoridad, dado que el lugar del saber no era fijo y se ponía en cuestión quien mandaba en la institución escolar, razón por la que este método de enseñanza se vuelve incontrolable”, según decía bastante cáusticamente un inspector respecto a las clases “a gritos” de Borough Road: “el Sr. Lancaster tuvo una buena idea: si permitía a los niños que hiciesen ruido, nunca se les pasaría por la cabeza que la enseñanza les resultara un trabajo pesado”-

Por otro lado, el castigo fue un elemento central para mantener el orden frente a las extralimitaciones, sin embargo, un autor señala que “muchos de los motivos utilizados no eran precisamente los más adecuados. Se hacía buen uso de castigos, así como de recompensas y competencias, pero tales métodos hacían que los niños fuesen engreídos y fatuos y no acrecentaban su sed de conocimientos ni su deseo de cooperar entre sí”. Por eso fueron reemplazados poco a poco por una moral utilitarista.

Fuentes: “El método de enseñanza mutua de Joseph Lancaster”. Ana Martín García. Ed. Universidad Internacional de La Rioja, España, 2016; “Modelo pedagógico lancasteriano”. PDF; “El sistema lancasteriano en Chile”. Andrés Baeza, Chile, 2017; “Las escuelas lancasterianas en México”. Dorothy T. Estrada y varios autores más, Ed. El Colegio de México, 2021; “El método de Lancaster”. Ramón M. Jáuregui, Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela, 2003.

 

 

 

 

5 Comentarios

  1. Anónimo

    muy buen material para comprender con gran facilidad

    Responder
  2. Susana

    La lectura es una ventana siempre abierta al conocimiento. Leyendo un artículo sobre la no discriminación en las escuelas, topé con Simón rodriguez, a quien vincula en cierto modo, el artículo con <joseph <láncaster, Muchas gracias por esta página a la que recurriré con frecuencia.

    Responder
  3. Alejandro landa

    Investigo el trabajo del pastor Diego Thomson.y la sociedad bíblica de entonces. El deseo que lo más pobres sean educados.atravez de este método lancasteriano.

    Responder
  4. Teresa Pillet

    Excelente reseña, clara y precisa

    Responder
  5. PASSUCCi Marta

    Sería un buen momento para reflotar este sistema en el cinturón de la provincia de Buenos Aires , dónde la educación se ve seriamente afectada.llamar a maestras jubiladas para ayudar a grupos pequeños de niños .Yo me ofrecería de mil amores

    Responder

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *