EL REGRESO DE DOS SUPERVIVIENTES (08/01/1899)

Los peones FLORENCIO LEIVA Y RÓMULO GIRÁLDEZ, únicos sobrevivientes de un expedición al río Pilcomayo, que dirigía el explorador PEDRO ENRIQUE DE IBARRETA, llegaron a Buenos Aires.

Eran los únicos sobrevivientes de los ocho hombres que el explorador había destacado para pedir auxilios. Expresaron que al llegar la expedición a los rápidos del río Pilcomayo aparecieron núcleos de indígenas en las barrancas, en actitud amenazadora, procediendo entonces IBARRETA a arrojar al agua unas bombas de dinamita que levantaron inmensas columnas de líquido.

Esto provocó el espanto de los salvajes. Dos intérpretes indígenas hablaron con sus semejantes de la orilla, previniéndoles que los cristianos no eran enemigos. Así avanzaron las chalanas, mientras IBARRETA practicaba sondeos, tomaba las latitudes, vistas fotográficas y otros estudios.

En los esteros de Patiño faltaron los víveres, y por la escasa caza resolvió que regresaran ocho hombres para pedir auxilio. De ellos, después de terribles jornadas, murió, primero TOMÁS MOYANO por agotamiento, luego ELOY RIVERA, después CEFERINO AYALA, BELTRÁN, el Aragonés, enfermó de chucho (paludismo) y reumatismo, y quedó bajo un árbol.

La situación era desesperada, y más tarde ANTOLÍN, agotado, quedó en el camino voluntariamente. Sólo LEIVA y GIRÁLDEZ cruzaron bosques, selvas y riachos y llegaron a las Misiones Inglesas, en Villa Concepción, Paraguay.

Así fue como se organizó luna expedición argentina de socorro al mando del capitán de fragata JOSÉ MONTERO, que de inmediato partió y remontó, luego, el río Pilcomayo en busca de los expedicionarios sobrevivientes (ver Combate con los aborígenes en el río Pilcomayo)..

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