EL PRÉSTAMO DE LA BARING BROTHERS A BUENOS AIRES (28/11/1822)

El préstamo de un millón de Libras esterlinas, negociado con la Casa Baring Brothers, equivalente a $5.040.000 de pesos  moneda nacional, a una tasa del 6,5% anual (6% para pago de la renta y el 0,5%, para amortización), fue el primer compromiso que, como Estado independiente, contrajo la provincia de Buenos Aires (ver El capital inglés en el desarrollo de la economía argentina).

En agosto de 1822, La Junta de Representantes de Buenos Aires autorizó por Ley al gobierno provincial, a contratar en Londres un empréstito de cinco millones de pesos fuertes que equivalían a un millón de libras esterlinas y así se inició el tristemente célebre caso del préstamo de la Baring Brothers.

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El origen de esta operación fue el proyecto de Ley elevado por el gobernador MARTÍN RODRÍGUEZ y su Ministro BERNARDINO RIVADAVIA, (imagen) a la Legislatura porteña, destinado, a conseguir fondos para financiar diversas obras que consideraban era una necesidad imperiosa ya desde la época de la Colonia.

La difícil situación financiera por la que atravesaba el país y la necesidad de contar con fondos suficientes para saldar la deuda pública de la provincia, instalar nuevos servicios de aguas corrientes y desagües pluviales, solucionar el problema que la mala operatividad del Puerto de Buenos Aires ocasionaba para el arribo y/o el despacho de pasajeros y/o mercaderías y fundar tres nuevos nuevos pueblos en el sur del país, fueron argumentos que sumados a los expuestos por RODRÍGUEZ en su presentación, potenciaron la idea de buscar en Inglaterra los fondos que harían posible socorrer a las arcas del estado y encarar estas obras.

El 28 de noviembre de 1822, la operación fue acordada con la fuerte casa bancaria «Baring Brothers» de Londres, por un millón de libras esterlinas, con un interés del 6 %. «obtenido el préstamo, escribe el historiador Piccirilli, la finalidad para la cual se lo contrajo, no fue cumplida y la oposición encontró motivos más que suficientes para formular serios cargos al Gobierno» (1).

Como las tierras públicas eran una rica fuente de recursos para el gobierno, pero por Ley, no podían ser vendidas ni donadas, para obtener una renta que permitiera afrontar el pago de intereses y la amortización de la deuda, por exigencias del acreedor, debió disponerse la aplicación del sistema de «enfiteusis», por el cual, las tierras podrían ser entregadas a particulares por un plazo establecido, a cambio de una renta, pero reservándose el gobierno la propiedad de las mismas.

El empréstito se concretó el 1º de julio de 1824. Ese día, durante el gobierno del general LAS HERAS, los agentes Castro y J. P. Roberston otorgaron escritura pública en Londres, ante los escribanos Newton, declarando haber expedido a nombre del gobierno de Buenos Aires, 2,000 obligaciones especiales (Bonos), de 500 libras cada una, hasta la cantidad de 1.000,000 de libras, habiendo adscrito 300,000 pesos fuertes para el pago de los intereses y 25,000 pesos fuertes para el pago de la prmera amortización.

Pero no fue sino en diciembre de 1825, cuando se desembarcó de los bergantines “Julia” y “Wovelpar” el primer envío con la cantidad de 10.991 onzas de oro. La llegada de este oro dio una tregua al Banco de Descuentos, pero no pudo detener la carrera inflacionaria que soportaba el país.

Del millón nominal de libras solamente se recibieron 560.000. La casa Baring retuvo 130.000 libras en concepto de cobro por anticipado de intereses y el resto se lo llevaron los comisionistas intervinientes en la operación. Como intermediarios del gobierno porteño actuaron los comerciantes ingleses JUAN y GUILLERMO PARISH ROBERTSON y el criollo FÉLIX CASTRO, que se embarcaron en una turbia tramitación y cobraron por sus servicios 100.000 libras, a descontar de los fondos del empréstito.

La casa Baring Brothers descontó a su vez, en forma adelantada, dos anualidades de intereses y amortizaciones, más su comisión, por lo que la suma acreditada en Buenos Aires se redujo a 560.000 libras. La suma tampoco llegó en una sola entrega, ya que la banca británica la envió en remesas fraccionadas.

El coronel TOMÁS DE IRIARTE, que estaba en Londres en 1824, dice en sus «Memorias» que uno de los comisionistas tuvo una utilidad clandestina de más de millón y medio de pesos, pues hizo la transacción «ad libitum», de acuerdo con los banqueros».

Las casas bancarias europeas se beneficiaban frecuentemente con este tipo de empréstitos, concedidos a las inestables repúblicas americanas en condiciones realmente onerosas. La guerra con el Brasil y las luchas civiles impidieron que se destinara el empréstito a las obras proyectadas.

El país arrastró esta deuda hasta el año 1904 y cuando en ese año se terminó con esta obligación, se habían pagado en total 23.734.766 pesos fuertes y ninguna de las obras que debían realizarse con este dinero llegó a concretarse (ver Rivadavia, Bernardino).

Recomendamos ver “Informe del Presidente del Crédito Público, doctor Pedro Agote sobre la deuda pública argentina, Libro I,  Buenos Aires, octubre de 1881).

10 Comentarios

  1. titi

    hola tut

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  2. Nélida

    Perón dice que cuando canceló la deuda argentina, pagó también el crédito de la Baring, Gaggero, lo afirma, cuando se terminó de pagar realmente???

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    1. Ariadna

      Entonces se pago toda la deuda?

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  3. Julio

    Se pago en 1904. Se utilizo para guerra con Brasil. Nunca le creas a Peron ni a los peronistas pues ellos siempre mienten, no hacen historia, hacen politica demagogica

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    1. Walter

      Cierto, solo los liberales dicen la verdad, son honestos y patriotas. Ejemplos: MAcri, Dujovne, Caputo, Cavallo, etc.

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      1. Roberto

        Y Cristina y su banda, que me contas

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      2. Anónimo

        Uds. los peronistas nunca dan una respuesta con críticas constructivas, solo son chicanas de descalificaciones, pregunto Cavallo, en que gobierno actuo? ah, claro Menem no era peronista.

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  4. Anónimo

    Una pregunta quienes resultaro beneficiados y quienes no en este «negociado»

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  5. ana

    no entiendo nada, resumen de q fue el emprestito de baring por favor

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  6. Ricardo Ruiz Vega

    La corrupción y su consecuente impunidad, acompaña la historia argentina desde sus comienzos.

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