EL FARO DE PUNTA MOGOTES (1891)

El «Faro de Punta Mogotes» es el faro que millones de argentinos tienen en mente cuando se habla del tema, porque esta emblemática construcción, es un símbolo de la ciudad de Mar del Plata.

Inaugurado en 1891 en Mar del Plata, en tierras donadas por JACINTO PERALTA RAMOS. El sitio está repleto de historia y basta recordar que durante el siglo XVIII el lugar era asiduamente visitado por los piratas; que no muy lejos, en el Cabo Corrientes, en 1826 ancló la flota del Almirante GUILLERMO BROWN, durante la guerra contra el Brasil; que en 1916 encalló ante sus costas el vapor «Mendoza» y el accidente impulso que se le agregara una «sirena de niebla» para aumentar su eficacia y que ya más adelante en el tiempo, el lugar ofrece un inmejorable escenario para el avistaje de ballenas.

A fines del siglo XIX, el Faro de Punta Mogotes, supo tener un torrero austríaco llamado FERNANDO MÜLLER, que recibía a sus visitantes vestido de traje con levita gris y una flor en el ojal. Hacia el año 1903 el personal del faro disponía de dos coches de caballos, un bote salvavidas para tareas de rescate en el mar y un molino de viento que no desentonaba con las chacras y tambos cercanos.

En invierno, la carne y el pan cotidianos para los fareros se entregaba cada dos días, porque no había buenos caminos. La lámpara original de Punta Mogotes, que giraba sus sistemas ópticos con un mecanismo de relojería que pesaba 120 kilos, tenía cinco mechas que que­maban gas de querosén y emitían luz cada 10 segundos.

En 1928 llegó la última palabra en iluminación: lámparas suecas AGA alimentadas a gas acetileno, que tenían un alcance óptico de 33,8 millas náuticas. En 1938 se instaló el radiofaro, que emitía una señal de dos minutos de duración, muy útil para la navegación cuando hay niebla. En 1975 se instalaron los equipos de iluminación eléctrica, actualmente en uso (ver Los Faros marítimos argentinos).

Actualmente, en el predio ocupado por el Faro, se ha instalado el «Parque del Faro»: diez hectáreas donde funciona el Museo del Mar y un anfiteatro donde se representan hechos históricos y quienes quieran saber cómo trabaja el faro, pueden visitar la «campana de los sonidos», desde donde se transmiten señales a los barcos cuando hay niebla.

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