EL FACÓN

El gaucho usaba cuchillos con gran variedad de tamaños y diseños y entre ellos, el de más fama, por sus características, tamaño e historia fue el facón (A).  Es un cuchillo de grandes dimensiones, recto, afilado en ambos lados y de punta muy aguda. Tiene hasta 70 centímetros de largo (dicen que eso medía el de JUAN MOREIRA), resguardo para la mano que lo empuña y es de acero bien templado, pues frecuentemente se utilizaban las hojas de espadas para fabricarlos. Se lo llevaba cruzado por la espalda (B), por debajo del “tirador” y era, además de una temible arma que se utilizaba en los combates cuerpo a cuerpo y en los duelos criollos, un muy útil herramienta para el trabajo del gaucho. Se valían de él tanto para faenar vacunos, como para comer.

También era común el uso del llamado “verijero” (C), de hoja mucho más corta y por ende más apropiado para realizar las tareas del campo. El “caronero” (D), era otro que con su larga y fuerte hoja, se llevaba oculto entre los cueros del recado, del lado de montar o del lazo, según fuera su destreza para usarlo con la derecha o la izquierda. La “daga”, era un cuchillo de tamaño menor que era el preferido por los hombres de pelea, porque permitía una esgrima más variada y letal y finalmente, no debemos olvidar el “el cuchillo mangorrero”, un cuchillo tosco y ordinario que debido a sus innumerables afiladas y asentadas, impuestas por el intenso uso que se le da en muy diversas tareas, su hoja ha ido reduciéndose de tamaño, llegando al extremo de que, a veces, ésta es más chica que el mango (ver Cuchillito mangurrero).

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