EL CHIRIPÁ

El chiripá, pintoresco atavío del gaucho; de paño negro para el criollo acomodado, hacendado que lo usa de a ratos, para lucirse como costumbre vieja. De tela liviana de algodón, vistosa, con rayas coloradas o verdes, azules y blancas, para los mortales menes afortunados; de tela fuerte, azul obscuro con cruces blancas, “pampa”, para algunos vascos rancios, que miran la moda con desprecio.

Según autores bien informados,  “chiripá” deriva de  “chiripak”, voz que en la  lengia “quichua”, quiere decir “cubrirse del frío (“chiri”=frío, “pak”= cubrir o tapar). Otros autores dicen que la palabra”chiripá”, proviene y designaba inicialmente al “chamal”, voz del “mapundungun” con la que se nombraba a un paño de forma rectangular que los mapuches usaban para envolverse las piernas, para protegerse del frío. También los misioneros jesuitas dejaron su versión, afirmando que “chiripá” es una palabra de origen guaraní, que significa “cosa de poca monta” o “escaso valor”. Originariamente era nuestro conocido  ”poncho”,  que colocado en forma de pañal y sujeto a la cintura, servía para cubrirse del frío a los aborígenes  (los ranqueles, araucanos, tehuelches y  guaraníes lo usaban así). Se dice a este respecto que nació a fines del siglo XVIII.

Cuando los indios, iban a caballo, usaban el “poncho”,  que les cubría el cuerpo y parte de las piernas, protegiéndolos así  del frío y como, cuando bajaban del caballo, siempre se ponían en cuclillas y el poncho alcanzaba para taparlos enteritos, nunca pensaron en cubrir sus desnudeces cuando iban a pie. Por eso, se dice que la primera vez que un jefe indio tuvo que acercarse a los cristianos, los vió tan vestidos, que al apearse, con sólo el poncho puesto y nada por debajo, se avergonzó de su desnudez, y quitándoselo de las espaldas, se lo ató en la cintura, como si fuera un pañal.

Pronto esta nueva prenda fue adoptada por los “cristianos”.  El gaucho rápidamente lo encontró práctica y la incorporó a su vestimenta. Algunos dicen que más que su practicidad para cubrir desnudeces, lo que más los entusiasmó para comenzar a usarlo, fue, que al estar gran parte del tiempo a caballo,  poniendo el poncho pasando por debajo de su entrepierna, evitaban el desgaste prematuro de sus “calzones” y les era más confortable el galope, sin olvidar que le servía también para protegerse del frío, las espinas etc. e incluso era una suerte de ligera aunque bastante efectiva «armadura» ante los posibles ataques a los genitales con armas blancas o por parte de fieras como los hoy casi extintos jaguares y pumas. Hasta aproximadamente 1860 lo usó sujeto a la cintura por medio de la”faja”, el “tirador”  o la “rastra”; por sobre los “calzones” o “calzoncillos” que eran los que hoy son nuestros pantalones, pero cribados y a veces hasta con flecos de adorno. Pero llegando a los ’70  del siglo XIX,  ya lo habían reemplazado por las “bombachas”, más prácticas y cómodas.

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