LAS CATAPLASMAS

Las cataplasmas eran un emplasto caliente, hecho con una gran diversidad de ingredientes, como frutas, hortalizas, plantas y hierbas que se colocaban entre dos trozos de tela y se le ponía al paciente en el pecho o la espalda, cuando tenía algun problema en el aparato respiratorio.

Tradicionalmente se hacían con harina de trigo, lino u otros cereales especialmente ricos en fibra vegetal, ya que de esta forma se podían aprovechar –y mejorar- la calidad de absorción de esta fibra.

Los fríos, lluvias y vientos que debían soportar nuestros hombres de campo, cumpliendo sus tareas, muchas veces les provocaba el lógico estado gripal, los resfríos, tos  y congestiones que también hoy son habituales, pero en aquellos tiempos no acudían a los descongestivos, antigripales, antihistamínicos y otros remedios que compramos en las Farmacias. En casos así, se recurría a “las cataplasmas” (ver Voces, usos y costumbres del campo argentino).

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