ÁLVAREZ, JUAN CRISÓSTOMO (1819-1852)

Coronel. Nació en Tucumán en el año 1819 y en 1835, ingresó en la carrera de las armas en calidad de Portaestandarte de la escolta del Gobernador JUAN MANUEL DE ROSAS.

Ya con el grado de teniente de coraceros, el 30 de octubre de 1839, actuó en la batalla de Chascomús y su comportamiento en esa acción fue descrito así por el  historiador ARTURO J. CARRANZA: “En semejante conflicto, un pelotón de coraceros dirigido por el teniente Juan Crisóstomo Álvarez, joven de coraje romancesco y el, que en pelo, con la cabeza ama­rrada con un pañuelo, al estilo “pampa”, con llamas en los ojos, espuma en los labios y los puños de la camisa vueltos atrás hasta más arriba del codo, desfigurado por el sudor, el polvo y la fiebre sangrienta del combate, blandiendo su terrible lanza al frente de ese grupo de titanes de rostro humano…”

Ligado por lazos de parentesco con el general GREGORIO ARÁOZ DE LA MADRID e influido por este ilustre guerrero no titubeó en pasarse al bando de los unitarios. Así, tomó parte, activamente, y con el vigor que lo caracterizaba, en los principales acontecimientos que sucedieron en esa época turbulenta, en la sangrienta lucha entre federales y unitarios.

En 1841 emigró a Chile y cuando regresó a Tucumán, volvió a luchar contra ROSAS en Angaco (16 de agosto 1841) y Rodeo del Medio (24 de setiembre 1841).

El 26 de diciembre de 1846 cayó prisionero de las tropas rosistas y fue encarcelado durante más de dos años. Logró su libertad gracias a la intervención del Ministro plenipotenciario de Inglaterra, ENRIQUE SOUTHERO, que rogó por él a doña MANUELITA ROSAS, la hija de JUAN MANUEL DE ROSAS.

Recuperada su libertad se trasladó y radicó en Copiapó, Chile y el 12 de enero de 1852 pasó a la frontera argentina, acaudillando cuatrocientos hombres a fin de derrocar al gobernador de Tucumán, general CELEDONIO GUTIÉRREZ, a quien, el 4 de febrero, después de un sangriento combate, derrotó en Los Cardones.

Prosiguíendo su marcha sobre Tucumán, el día 10 dc febrero, derrotó al comandante PÉREZ en el combate de Las Tapias. Finalmente, la suerte le fue adversa el 15 de febrero de 1852 en «Paso del Rincón», provincia de Tucumán, donde fue vencido por una partida enviada por el general CELEDONIO GUTIÉRREZ al mando del comandante MANUEL ESPINOSA y de inmediato, fue fusilado por orden de GUTIÉRREZ (ver Fusilamiento del coronel Juan Crisóstomo Álvarez).

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