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PROYECTOS DE MONARQUÍAS PARA LAS PROVINCIAS UNIDAS DEL SUD
Cinco fueron los proyectos para instalar una monarquía en el Río de la Plata, que en algún momento de nuestra historia, estuvieron en estudio.
Luego de las invasiones inglesas (1806 y 1807), el germen de la independencia comenzó a buscar la luz y en la mente y el corazón de muchos criollos y aún españoles, ya arraigados material y emocionalmente en estas tierras, se sintieron conmovidos con los sucesos protagonizados por los guaraníes en marzo de 1641 (combate de Mbororé), por Tupac Amarú en 1780 y por los héroes de Chuquisaca y La Paz en1809, y en sus mentes, la idea de libertad, se transformó en una decisión inquebrantable.
Fue entonces, que entre 1814 y 1820, hubo en el Río de la Plata una fuerte tendencia a la monarquía constitucional y numerosas ideas, proyectos y gestiones comenzaron a circular. Unos, irrealizables por razones políticas, otros por delirantes (ver Alvear pide la protección de Inglaterra), y la mayoría, por proponer una solución, que chocaba frontalmente con el tipo de gobierno que ansiaba el pueblo.
Obviando el increíble y desconcertante ofrecimiento que CARLOS MARÍA DE ALVEAR le hiciera a Inglaterra en 1815, solicitando poner bajo la autoridad de la corona británica a estos territorios, varios fueron los proyectos que estuvieron en estudio. Los enumeramos a continuación, con las aclaraciones que demanda cada caso.
- La princesa Carlota Joaquina hija de Carlos IV de España, hermana del rey Fernando VII y esposa del rey de Portugal, que se encontraba en Río de Janeiro, Brasil.
El 3 de marzo de 1808, luego de que Napoleón invadiera España, la Infanta Carlota, princesa de Portugal, envió al Río de la Plata, con un mensaje para Liniers, al médico italiano CARLOS JOSÉ GUEZZI, que también desempeñaba el papel de espía. En el documento anunciaba que ante la usurpación del trono español y la prisión de su hermano Fernando, se consideraba depositaria y defensora de los derechos de la dinastía borbónica en América y se ofrecía para trasladarse inmediatamente a Buenos Aires.
Aunque parezca extraño, el ofrecimiento fue apoyado con entusiasmo por un grupo de criollos, entre los que se contaban MANUEL BELGRANO, JUAN JOSÉ CASTELLI, ANTONIO LUIS BERUTI, HIPÓLITO VIEYTES y NICOLÁS RODRÍGUEZ PEÑA, quienes dos años más tarde iban a liderar la Revolución de Mayo (ver Belgrano y la infanta Carlota).
- El Infante español Francisco de Paula hijo de Carlos IV y hermano de Fernando VII.
En 1814, el Director Supremo GERVASIO ANTONIO DE POSADAS, previa aprobación del Consejo de Estado, confió sendas misiones diplomática a MANUEL BELGRANO y a BERNARDINO RIVADAVIA, cuyos propósitos eran obtener el reconocimiento de nuestra independencia por parte de las grandes potencias de Europa, abrir negociaciones ante la Corte española para llegar a un arreglo pacífico y asegurar la neutralidad de las autoridades portuguesas establecidas en el Brasil, siempre prontas a colaborar con cualquier intento de agresión al Plata.
Secretamente, los comisionados debían proponer al monarca español el establecimiento de una monarquía, representada por un príncipe de la familia reinante, para que gobernase el Río de la Plata “bajo las formas constitucionales que estableciesen las provincias”.
Este sometimiento se aceptaba a cambio de una total autonomía en materia administrativa, pues los cargos quedarían “en manos de los americanos”. Por otra parte, la adopción de la “monarquía constitucional” sólo sería una “concesión transitoria para obtener una paz ventajosa o simplemente para ganar tiempo, si todo procedimiento de arreglo fracasara”.
El 7 de mayo de 1815 BELGRANO y RIVADAVIA llegaron al puerto de Falmouth y de allí pasaron a Londres, donde se pusieron al habla con MANUEL DE SARRATEA, que se encontraba allí desde mediados del año interior y que con la mediación del conde de CABARRÚS, había iniciado negociaciones con el ex rey de España Carlos IV (en esos momentos exiliado en Roma) para crear en el Río de la Plata, un “reino constitucional” que sería gobernado por el infante FRANCISCO DE PAULA, hijo menor del citado monarca, proyecto que contaba con el apoyo de Napoleón, deseoso de ayudar a Carlos IV.
BELGRANO y RIVADAVIA, de buena fe, se expresaron de acuerdo con este plan, pues les era evidente que dadas las circunstancias de la actualidad europea, les iba a ser muy difícil lograr que países de ese continente, reconocieran la independencia del Río de la Plata bajo el sistema republicano y que sólo sería bien aceptada una monarquía independiente basada “en el principio de la legitimidad.
A fines de julio, CABARRÚS salió de Londres con instrucciones y documentos, llevando entre éstos, un proyecto de Constitución —redactada por BELGRANO— para aplicarlo en el futuro “Reino Unido de la Plata, Perú y Chile”.
Cuando llegó a Italia ya se había producido la caída definitiva de Napoleón en Waterloo y así fracaso el plan. Carlos IV se negó a continuar las negociaciones, pues “su conciencia le mandaba no hacer nada que no fuera favorable al rey de España”.
Enterado de esta novedad MANUEL DE SARRATEA, propuso en última instancia raptar al Infante y trasladarlo secretamente hasta el Río de la Plata, pero Rivadavia y Belgrano se opusieron terminantemente y así concluyó este proyecto para establecer una monarquía con FRANCISCO DE PAULA a la cabeza (ver Belgrano y Rivadavia embarcados en un proyecto monárquico)..
- El proyecto incaico
En 1816 MANUEL BELGRANO presentó ante el Congreso Constituyente reunido en Tucumán, una propuesta destinada a establecer una “monarquía constitucional” y coronar a un Inca, como rey de las Provincias Unidas del Sud”.
Un plan concebido para adecuar las instituciones del nuevo estado a la restauración absolutista implantada en Europa por la “Santa Alianza”, logrando el apoyo de Perú, el Alto Perú y Ecuador.
Proponía tres candidatos: a) DIONISIO INCA YUPANQUI, educado en el Seminario de Nobles, coronel del regimiento de Dragones y diputado a las Cortes representando al Perú. b) JUAN ANDRÉS XIMÉNEZ DE LEÓN MANCO CAPAC, descendiente legítimo de los emperadores del Perú, sacerdote y primer capellán del ejército argentino. c) JUAN BAUTISTA TÚPAC AMARÚ, quinto nieto del último emperador del Perú, quien en 1816 hacía treinta y cinco años que se encontraba prisionero de los españoles.
Aunque la propuesta recibió el apoyo de JOSÉ DE SAN MARTÍN, MARTÍN MIGUEL DE GÛEMES y todas las provincias del Norte, fue tenazmente resistida por los diputados de Buenos Aires, que preferían estimular más que una coalición de países, establecer una gran cantidad de repúblicas independientes en Hispanoamérica.
En una carta que le escribió a su amigo GODOY CRUZ, el general SAN MARTÍN calificó al proyecto de admirable: “y ya le digo a Laprida lo admirable que me parece el plan de un inca a la cabeza. Sus ventajas son geométricas, pero por la patria les suplico, no nos metan en una regencia de personas”.
Finalmente, el Congreso de Tucumán decidió rechazar el “Proyecto incaico”, para abocarse a la creación de un estado republicano y centralista.
- Luis Felipe de Orleans, Duque de Orleans, quien luego, sería coronado como rey de Francia
En 1818, el Director Supremo JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN con el objeto de obtener una paz ventajosa con España o quizás, simplemente para ganar tiempo que permita afianzar la supervivencia como estado independiente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, envió a JOSÉ VALENTÍN GÓMEZ a Europa, en misión diplomática a Francia, con el objeto de lograr el reconocimiento de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, por parte de las potencias europeas, y si esto fracasaba, la designación de un príncipe francés para establecer una “monarquía constitucional” de carácter transitorio con una total autonomía en materia administrativa, pues los cargos quedarían “en manos de los americanos”. Hasta el nombramiento de GÓMEZ, la representación diplomática en Europa la había tenido Bernardino Rivadavia, con la misma misión, pero había regresado sin haber logrado sus objetivos.
En París, GÓMEZ no logró nada útil, pero pronto recibió la visita del coronel HILARIO LE MOYNE, de cuyas gestiones en Buenos Aires no se tenía conocimiento. Este le expuso los supuestos deseos de Luis XVIII de crear una monarquía en las Provincias Unidas a favor de su primo el duque de Orleáns y todo hacía pensar que LE MOYNE obraba en esto por cuenta propia y que no expresaba la opinión del rey.
El 1º de junio de 1819, GÓMEZ se entrevistó con el Ministro de Negocios Extranjeros de Francia, el marqués DESSOLLÉ, quien pretendiendo despegar a su gobierno de las propuestas de LE MOYNE, negó la existencia de una candidatura del duque de Orleáns.
”La impedían la situación política de Francia y los lazos que unían a las familias reales francesa y española”, pero no dejó de exponer las ventajas de fundar una monarquía independiente en el Río de la Plata, aunque, para evitar las rivalidades entre las potencias, deslizó sutilmente, “que habría que coronar a un príncipe de una casa de segundo o tercer orden”.
GÓMEZ informó al secretario de Gobierno de las Provincias Unidas, GREGORIO TAGLE, que DESSOLLÉ le había propuesto, reservadamente, al duque de LUCA, un príncipe cuyas particulares circunstancias eran las más oportunas (aunque lo único que se sabía de él, era que le gustaba tocar el violín) y así terminó el proyecto de coronación del duque de Orleans.
- Carlos Luis de Borbón, duque de Luca, sobrino de Fernando VII
Fue quizás, el proyecto que tuvo las mayores posibilidades de salir airoso. Francia, luego de abogar por el duque Luis Felipe de Orleans, candidato del mismo PUEYRREDÓN, una vez que comprendieron la imposibilidad de lograr su objetivo, se decidieron apoyar la candidatura de Carlos Luis de Borbón, duque de Luca. Nieto de Carlos IV de España que tenía en ese momento dieciocho años.
La negativa total del rey Fernando VII a reconocer la independencia de sus antiguas colonias, sumada a otros motivos, hizo fracasar este proyecto, que fue, indudablemente, de origen francés y no nacido en el Río de la Plata, como Francia pretendió hacer creer para no quedar vinculada al fracaso en que terminó el proyecto, ante las demás potencias europeas que podrían acusarla de transgredir los principios de la Santa Alianza.
La constitución de 1819 estaba destinada a albergar alguno de estos proyectos monárquicos, que se vieron fracasados por distintas circunstancias históricas.
Fuentes. “Historia Argentina”. José María Rosa, Editorial Oriente S.A., Buenos Aires, 1981; “Historia de la Argentina”. Ernesto Palacio, Ed. Peña Lillo, Buenos Aires, 1868;“Artigas, San Martín y los proyectos monárquicos en el Río de la Plata 1818/1820”. Joaquín Pérez, Buenos Aires, Editorial Misión, 1979; “El plan de una monarquía rioplatense con el joven duque de Luca como rey”. Abelardo Levagi, Ed. Universidad del Salvador, Buenos Aires, 2019; “Historia Europa Moderna y América Colonial”. H. Alonso H., R. Elizalde R. y E. Vázquez E., Ed. Aique, Buenos Aires, 1994; “Actas y Asientos del extinguido Cabildo y Ayuntamiento de Buenos Aires”. Manuel Ricardo Trelles, Ed. Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1885; “A 200 años de la Constitución de 1819”. Diego Gabriel Presa, Revista Derecho en Acción, Ed. por la Universidad Nacional de la Plata, La Plata, 2019.