EL RIO DE LA PLATA, UNA OBSESIÓN PARA BRASIL (1865)

En el mes de mayo de 1865 apareció en París un pequeño folleto en francés titulado “Les Dissensions des Républiques de La Plata et les Machinations du Brésil”, de autor anónimo. Llegó semanas después a Buenos Aires y tuvo rápida difusión.

Algunos diarios, entre ellos La Nación Argentina”, lo atri­buyeron, con  fundamento, a JUAN BAUTISTA ALBERDI y su contenido desató una campaña contra el emigrado argentino y ex diplomático de la Confederación, por  parte de la prensa porteña, en la que se lo calificaba de traidor y se lo acusaba de venalidad y ambición política.

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ALBERDI (imagen) respondió a esos ataques con un nuevo folleto, también editado en Pa­rís en el mes de julio, esta vez en castellano, titulado “Los Intereses argentinos en la guerra del Paraguay con el Brasil”.

En este nuevo escrito, ALBERDI reconoce que el folleto anterior, que se le atribuye, si no es su hijo es su nieto, «pues nace de mis escritos anteriores a él» y afirma que la razón de sus escritos es «resistir, protestar, oponerse al plan tradicional del Brasil, renovado esta vez con proporciones aterrantes, de reconstruir su Imperio en detrimento del pueblo, del suelo y del honor de las repúblicas del Plata (Ver La provincia Cisplatina).

“Qué busca el Brasil —dice— en el Río de la Plata?.  Lo que le falta desde el día en que los portugueses tomaron posesión de la parte del nuevo mundo que les habían abandonado los primeros conquistadores españoles. Confinados en la zona tórrida, los brasileros ocupan un suelo hermoso sin duda, pero que en sus inmediaciones al mar,  sólo puede ser habitado por las razas de África, y cuyas regiones interiores son inaccesibles por falta de vías de comunicación.

El Brasil necesita salir de la zona tórrida en que está metida la casi totalidad de su territorio y no tiene más que una dirección para buscar los territorios templados de que carece. Esta dirección es el sud y los territorios que necesita son la Banda Oriental o el Estado del Uruguay, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y el Paraguay: es decir, todo el territorio que queda a la izquierda de la linea Norte a Sud que forman los ríos Paraguay, Paraná y Plata.

Tres causas hacen esenciales a la vida del Brasil esos territorios templados que busca en el Plata: 1º. La necesidad de poblarse con razas blancas de la Europa, para las cuales busca territorios templados que no tiene; 2º.  La necesidad de tierras apropiadas para la producción de artículos de alimentación v sustento de su pueblo, que no tiene, al menos, disponible;  y 3º. La necesidad de asegurar sus actuales territorios inmediatos a los afluentes del Plata, por la adquisición y posesión de los países propietarios de la parte Inferior de esos ríos.

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Asi, el Brasil, en su propensión histórica y tradicional a extender sus límites hasta el Plata y sus afluentes, cede a la fuerza de invencibles necesidades que interesan a su población, a su subsistencia y a su seguridad. Para el Brasll y para la República Argentina, su política tradicional en la Banda Oriental ha consistido en intervenir o conspirar con el fin de instalar gobiernos orientales de su mano, para gobernar por ellos en el sentido de sus viejas miras respectivas, sobre los países interiores”.

“Todo se confunde y oscurece porque se parte de un hecho que no existe —la neutralidad argentina—. El gobierno que ha puesto a Flores y al Brasil en la Banda Oriental no puede ser neutral: es beligerante. Cuando Flores  desembarcó en la Banda Oriental procediendo de Buenos Aires, el cuerpo diplomático extranjero no se dirigió al Brasil, sino al presidente Mitre, pidiéndole ex­plicaciones de esa agresión, que la opinión general le atribuyó desde el primer instante”  («Crónica Argentina». Editorial Codex, Buenos Aires, 1979).

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