El arcón de la historia Argentina > Crónicas > NAVES VELERAS QUE VIMOS EN EL PASADO
NAVES VELERAS QUE VIMOS EN EL PASADO
Entre los siglos XVI y XIX hayan sido empleados por expedicionarios españoles, portugueses, ingleses u otros; por piratas, o comerciantes; o hasta durante nuestra guerra por la Independencia o en las que debimos librar con Brasil y Paraguay, vimos surcar por nuestra aguas, diversos tipos de naves veleras, cuyas principales características hemos considerado de interés recordar aquí.
Comenzaremos diciendo que lógicamente, debido a la presencia pionera de España en estas tierras, las primeras naves que vimos fueron las “carabelas” (1), unas de las tantas embarcaciones que integraba el numeroso grupo que heredado de la antigüedad, o producto de los avances que ya experimentaba la industria naval, surcaba los mares del mundo desde tiempos muy remotos.
Nuestra primigenia relación con España, hizo que las conociéramos a todas ellas con el nombre de “naos” (del latín “navis”, “navío, derivado del catalán “nau”), porque “navío” fue una palabra que sobre todo entre los siglos XIV al XVI, se empleaba para designar genéricamente a todas las embarcaciones, cualesquiera fuese su tamaño, característica o destino.
Luego, ya más avanzado el siglo XVII, el término se usó solamente para designar a los veleros muy grandes con dos o más puentes, con aparejo semejante al de la fragata (pero no con remos) y artillados con más de 45/50 cañones de grueso calibre y se comenzó entonces a emplear nombres más apropiados para designar a cada una de las embarcaciones de distinto tipo, que por su desplazamiento, velamen, estructura y destino, conformaban distintas “clases”, según lo consignamos a continuación:
Balandra (imagen arriba)
Embarcación pequeña de un palo y con cubierta. Por velamen puede llevar foque (vela triangular que va a proa) y un cangreja ( vela trapezoidal de forma irregular que se une por su relinga (borde) superior, a una percha llamada pico y por el inferior a la botavara).
Barca
Nave de tres palos en que los dos de proa cruzan y tienen velas rectangulares y el de popa, no cruza y tiene velas cangrejas.
Batel
Embarcación menor que llevan los navíos, generalmente arrastrada por la popa.
Bergantín
Nave de sólo dos palos cruzados y velas «cuadras» (rectangulares). Son menores que las corbetas y las fragatas y fueron más numerosas en el Río de la Plata, ya que, el escaso calado de éste, era una seria preocupación para otro tipo de naves.
Bergantín-goleta
Tipo mixto de bergantín y goleta, con dos palos, uno con velas cuadradas, generalmente el de proa y el otro con vela cangreja.
Clipper
Veleros de gran tamaño, mucho velámen, líneas finas y armoniosas y gran velocidad de marcha.
Corbeta
Nave igual a la fragata, pero de menores dimensiones y desplazamiento. Llevaban hasta 30 cañones de medio y pequeño calibre.
Cutter
Embarcación muy ancha desde el centro hacia la proa y mas estrecha hacia la popa. Con palo mayor y bauprés. Su aparejo era como el de la balandra, pudiendo llevar otros tipos diferentes de velas.
Falucho
Embarcación de un solo palo y una vela latina (de forma triangular). El palo suele estar inclinado hacia popa.
Fragata
Embarcación de tres palos con vergas (perchas que las cruzan) y velas cuadras (rectangulares). Estas se envergan en las vergas y son orientadas al viento, haciéndolas girar sobre su eje medio que coincide con la posición del palo. Las de la guerra de la Independencia tenían de 400 a 600 toneladas de desplazamiento, dos cubiertas y de 30 a 42 cañones.
Filibote
Embarcación de dos palos, de popa redonda y alta y de unas cien toneladas de porte.
Galeón
Nave de alto bordo, más afinado que la nao, del siglo XVI. Eran muy altas en la popa.
Galeota
Galera más pequeña de 16 a 20 remos por banda y un hombre solo para cada remo.
Galera
Embarcación guerrera de remo y vela, de mucha eslora (largo). Se usó sobre todo en el mar Mediterráneo a partir del siglo XVI, hasta el siglo XVIII. Tenía espolón a proa y llevaba hasta 51/61 bancos de remeros, que ocupaban 5 remeros por cada uno de ellos.
Goleta
Otra de las naves modestas pero que fue de suma utilidad para la navegación por nuestros ríos. Generalmente tenía dos palos (aunque podía llegar a tener hasta 7), armados todos con velas cangrejas.
Lancha cañonera (imagen arriba)
Embarcaciones pequeñas, pero muy útiles para atacar embarcaciones mayores, ya estuvieran varadas o al pairo (detenidas)- Tenían uno o dos palos y estaban armadas con uno o dos cañones de entre 18 y 24 pulgadas. Iban tripuladas por unos 25/30 hombres y fueron muy empleadas durante la guerra por la Independencia y la guerra que se libró contra Brasil.
Lugre
Nave pequeña de forma fina a popa y más ancha a proa. Tenía dos o tres palos algo inclinados hacia la popa y velas tarquinas (una vela rectangular con uno de sus lados fijo al palo y extendida por una “percha en diagonal).
Patache (o Patacho)
Nave de dos palos simples, sin cofas ni crucetas; antiguamente era de guerra. Se dice también despectivamente de un buque lento y poco marinero, debido a sus nada gráciles líneas..
Queche
Nave de aparejo igual a la goleta, pero con el palo de popa muy chico y situado bien hacia popa. Generalmente de líneas finas.
Sumaca
Embarcación de cabotaje especialmente utilizada en el Río de la Plata y la costa sur del Brasil. Su construcción era rústica. De fondo aplanado, tenía aparejo de goleta o bergantín-goleta, con dos palos, pero pequeños. Muy apta para navegar en el Río de la Plata por su poco calado.
(1).- La “carabela era una embarcación utilizada para realizar viajes interoceánicos durante los siglos XV y XVI por España y Portugal. Era de una sola cubierta y elevado castillo de popa. Larga (de hasta 30 metros de eslora), de poca manga (estrecha) con tres mástiles y aparejo latino, que navegaba a una velocidad de 8 nudos (aproximadamente 15 kilómetros por hora, llevando un tripulación de 25/40 hombres según el tamaño.
Fuente: «Manual de Historia Marítima Argentina». Comando General de la Armada, Buenos Aires, 1975.