DE LUCA, ESTEBAN (1786-1824).

Coronel y Poeta, ESTEBAN DE LUCA nació en Buenos Aires el 2 de agosto de 1786. Pertenecía a una noble, antigua y distinguida familia de Buenos Aires. Estudió en el Colegio de San Carlos. Producida la primera invasión de los ingleses en 1806, abandonó sus estudios y se alistó en el Batallón de Patricios, destacándose por su valor y el entusiasmo que sabía trasmitir a quienes combatían con él.

Tomó parte en hechos preliminares de la Revolución de Mayo y durante esas jornadas gloriosas, como a toda la juventud de Buenos Aires fue llevado a los cuarteles, siendo uno de los primeros en tomar las armas, como lo había hecho también en 1807 formando nuevamente en las filas de los Patricios.

El movimiento de Mayo lo contó entre sus más ardientes defensores y aquel inolvidable 25 de Mayo encauzó su entusiasmo, arengando a los porteños con encendidas proclamas que despertaron en él, su vena poética.

Fueron suyos, los primeros cantos exaltando la libertad que se escucharon durante esas jornadas y ya acallados los clamores de ese día, eternizó esos sucesos en su composición más difundida, la «Marcha patriótica», a la que le puso música BLAS PARERA y cuyos 40 versos se publicaron en la “Gazeta de Buenos Aires” el 15 de noviembre de 1810. Se entonaban en ámbitos porteños, hasta que la Asamblea General Constituyente aprobó como canción patria el Himno Nacional, de VICENTE LÓPEZ Y PLANES.

En agosto de 1812, era ya capitán de Artillería del “Regimiento América” y en setiembre de 1815, fue ascendido a sargento mayor. Ingeniero autodidacta distinguido y hábil mecánico, fabricó un par de pistolas, las primeras que se construyeron en el país, que fueron mandadas, como regalo, al presidente de los Estados Unidos.

El éxito que obtuvo en la fabricación de este par de pistolas, en 1815, le valió ser nombrado Director de la primera Fábrica Nacional de Fusiles del Estado, puesto, que las circunstancias hacían de suma responsabilidad e importancia.

El primer trabajo que se hizo bajo su dirección, fueron doce sables de caballería y algunos fusiles de muestra, todo lo cual presentó al gobierno, que aprobó entusiastamente el trabajo. Luego, a fuerza de sacrificios y tenacidad, bajo su dirección, se fundieron los primeros cañones y morteros y se fabricaron fusiles, pistolas, sables y herraduras, todo esto sin elementos y con hierros de campanas y de rejas de las ventanas y otros materiales que recolectaba.

Al año siguiente DE LUCA se hizo cargo del Arsenal del Estado. Un conflicto con el personal, por cuestiones salariales, coincidió con el pedido de SAN MARTÍN de que le enviara 10.000 herraduras destinadas al cruce de los Andes, diciéndole «Cuento con sólo 3 operarios”.

“Veré qué puedo hacer para satisfacer su pedido», le contestó DE LUCA y de inmediart reunió a todo el personal y pronunció una arenga, con base en la necesidad de una «actitud patriótica». Elocuencia de por medio, el militar y poeta tuvo éxito y poco después la primera carga de herraduras salía con destino a Mendoza. Ya existían los problemas gremiales, pero -como se ve- eran otros tiempos.

Pero no es únicamente como militar y como creador de armas y material de guerra, que tiene derecho al respeto de la posteridad. Además de soldado, fue también periodista y un inspirado poeta de raíces neoclásicas, lleno de apasionada elocuencia y hondo fervor patriótico.

Tuvo, para cada uno de los hechos que presenció, o a los que estuvo vinculado, bellas palabras que los hicieron imperecederos. Escribió en las páginas de los periódicos de aquella época, entre otros, “Argos” y “La Abeja Argentina” y en 1822 fue uno de los socios fundadores de la Sociedad Literaria Argentina.

Como poeta produjo hermosas y vibrantes páginas, como lo prueban sus odas “A la victoria de Maipú”, “A la muerte de Belgrano” y “Al pueblo de Buenos Aires”, tanto como sus cantos a la rendición de Montevideo y al héroe de Maipú.

Pero fue el “Canto lírico a la libertad de Lima”, la obra que compuso por encargo de BERNARDINO RIVADAVIA para celebrar aquel episodío histórico la que será, la que finalmente finalmente lo consagrará. Es, después del Himno Nacional, por su entonación vibrante y la grandeza del pensamiento que expresa, el primer canto heroico de la Revolución.

Fue tanta la impresión que produjo al aparecer este canto, que el gobierno, a fin de divulgarlo, ordenó que se hiciera de él una edición oficial y ofreció al poeta, como muestra de aprecio, una edición de lujo de las obras de Homero, Ossián, Virgilio, Tasso y Voltaire.

La figura de DE LUCA en las letras argentinas es de las más destacadas y por eso, otro gran poeta, OLEGARIO ANDRADE, llega a considerarlo el “Homero argentino”.

Antes de consagrarse como Himno de la Patria, la canción nacional de VICENTE LÓPEZ, las canciones patrióticas eran ya populares en el país; cantándose especialmente una de ellas: la que empieza: …”La América toda se conmueve al fin”, en todas las escuelas y hogares del país, canción que se cantó cuando fue inaugurada la Sociedad Patriótica, fundada por los morenistas en 1811.

En 1824 partió en misión diplomática hacia el Brasil, como Secretario del canónigo VALENTÍN GÓMEZ, para reclamar el retiro de las tropas brasileñas que ocupaban la Banda Oriental. El 17 de marzo de ese año, cuando regresaba en el bergantín de bandera inglesa Agenoria (o “Agenor”), que encalló a unos kilómetros del puerto de Buenos Aires, en el Rio de la Plata, tras una semana sin poder zafar de la varadura, DE LUCA y otros tres pasajeros, con sus equipajes, decidieron alcanzar la costa en un bote, que poco antes de llegar a destino naufragó, pereciendo ahogados DE LUCA y sus acompañantes.

Pese a la búsqueda realizada por la Prefectura, nunca se encontró nada. Coo si fuera una burla del destino, mientras los cuatro tripulantes del bote desaparecían bajos las agias, el bote desaparecía, el “Agenoria” lograba ser reflotado y retomaba su rumbo.

Así murió a los treinta y ocho años de edad, este ilustre militar argentino, hombre de ciencia, poeta laureado y ardiente patriota, que ha sido considerado como él poeta de mayor inspiración y de mejores formas literarias de la época de la Revolución de Mayo. El arsenal principal de nuestro ejército lleva su nombre para perpetuar así el recuerdo su trascendente protagonis como un de los hacedores de nuestra Patria..

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