BIENES DE USO COMUNITARIO EN LAS MISIONES JESUÍTICAS (1738)

Refiriéndose al sistema de acopio para el uso comunitario de los productos necesarios para el mantenimiento y sostén de las Misiones Jesuíticas, hablando específicamente del maíz que cosechaban los aborígenes de las Misiones , decía el sacerdote de la Compañía de Jesús, JOSÉ CARDIEL: “Si esto, lo tiene en su casa, desperdicia mucho y lo gasta luego, ya comiéndolo sin regla, ya dándolo de balde, ya vendiéndolo por una bagatela,  por esto se lo obliga a traerlo a los graneros comunes, cada saco con su nombre, y se le deja uno solo en su casa, y se le va dando conforme se le vaya  acabando.

Para remediar tan grande desidia, están entabladas sementeras comunes de maíz, legumbres y algodón; y estancias de ganado mayor y menor. A las sementeras van en los seis meses de su tiempo los lunes y sábados, excepto los tejedores, herreros y demás oficiales mecánicos, que no van a las faenas de comunidad en todo el año y se remudan para la labor de sus tierras, una semana a ella, otra a su oficio…

Estos bienes de uso comunitario sirven para dar qué sembrar al que no tiene, por habérselo comido o perdido;  para avío y provisión de los viajeros en pro del pueblo; para dar de comer a los muchachos y muchachas cuando van a las sementeras comunes, para los caminantes, para agasajarlos y a los huéspedes, que a todos, sea español, mulato, mestizo, negro o indio, esclavo o libre, se les hospeda y da de comer…

Los algodonales comunes sirven para vestir a todos los muchachos de uno y otro sexo: que si el Padre no los viste, los más andarían del todo desnudos. Dase también el lienzo que de! algodón se hace, a los que van a hacer yerba del Paraguay, a las viudas y recogidas, viejos e impedidos..Y se guarda una gruesa porción  para enviar a vender a Buenos Aires y a Santa Fe, y comprar con ello lo necesario . para el pueblo y sedas y adornos para las iglesias.

Los otros bienes comunes y más principales,  son el ganado mayor y el menor. Los indios no tienen en particular vacas, ni bueyes, ni caballos, ni ovejas, ni muías, sino gallinas, porque no son capaces de más. Hemos hecho en todos tiempos muchas pruebas para ver si les podemos hacer tener y guardar algo de ganado mayor y menor y alguna cabalgadura y no lo hemos podido conseguir. En teniendo un caballo, luego lo llena de mataduras: no le da de comer ni aun le deja ir a buscar y luego se le muere.

Además de los bienes comunes de vacas, algodón, etc., hay otro muy particular y cuantioso que es de la yerba del Paraguay que comúnmente llaman yerba, sin más ádito. Siémbrase además en todos los pueblos tabaco para el común. De éste envían también algunos pueblos a las ciudades, que allí se usa mucho para fumar y mascar…» (ver Las misiones jesuíticas).

Extraído de “Breve relación de las Misiones del Paraguay”, José Cardiel, citado en “Organización social de las doctrinas guaraníes de la Compañía de Jesus”, del sacerdote  Pablo Hernández.

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