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UNA DIFÍCIL SITUACIÓN ECONÓMICA (00/03/1817)
En 1817, suscitados por los grandes gastos provocados por la necesidad de atender varios conflictivos de carácter militar, comienzan a aflorar, serios problemas en el comercio, la industria y las finanzas en general del país.
Si bien se notaban paulatinos cambios favorables en el desarrollo de las manufacturas regionales y la actividad comercial en general, las necesidades bélicas, cada vez más urgentes, retardaba o detenían los justos reclamos de una parte importante de la sociedad.
A partir del último semestre del 1816, ante la disminución de las recaudaciones fiscales, se intentaron medidas coercitivas hasta con amenaza de prisión a fin de recuperar lo adeudado al gobierno por contribuciones atrasadas y se adoptaron diversas disposiciones para incrementar las rentas aduaneras.
Los proteccionistas. El Consulado, desde la propuesta que en 1814 había realizado JUAN JOSÉ DE ANCHORENA, continuaba firme en sus pretensiones proteccionistas, el combate al contrabando y la defensa de la moneda y el crédito nacionales.
En enero de 1816 elevó al gobierno un plan, redactado por una comisión «ad hoc», en el que se estudiaba el problema en su compleja totalidad; proponiendo fuertes gravámenes a aquellos artículos extranjeros que competían con los nativos e incluso la prohibición de otros meramente suntuarios. El Administrador de Aduana desechó el proyecto por inadecuado a las circunstancias.
Otros intentos tuvieron el mismo fin. Por su parte, «El Censor», órgano periodístico del Cabildo, desde sus primeras tiradas, comenzó una campaña de fomento de las artesanías locales y de defensa de los productores afincados en el país.
Puso por ejemplo, el caso de las costureras, seriamente perjudicadas por la introducción de ropa hecha extranjera, cada vez más favorecida por la disminución de los aranceles aduaneros.
Es de destacar que entre los redactores de ese periódico, figuraba el coronel MANUEL DORREGO y MANUEL MORENO, ambos retirados de circulación por diferentes motivos. «El Censor», incluso, llegó a pedir la prohibición total de la importación de textiles, jabones, ropa hecha, naipes, etc..
Con respecto a los naipes, recordemos que el gobierno había autorizado el año anterior la instalación de dos fábricas de ese producto y los había liberado del pago de impuestos por dos años, gravando además, los de procedencia extranjera.
Pero a pesar de todos esos beneficios, al término del primer año, sólo quedaba en funcionamiento una sola de esas fábricas.
Otro periódico, «Los amigos de la Patria y la Juventud» adhería a esa prédica e insistió en la necesidad de contar con un buen reglamento de Aduana.
Proyecto de Banco. La aplicación de empréstitos forzosos a españoles y otros extranjeros fue hecho por decreto de enero de 1816. Esto provocó violentas protestas no sólo de los afectados sino también de algunos órganos periodísticos.
Por la misma fecha se suspendió el pago de créditos estatales atrasados. Evidentemente nuestro sistema rentístico era deplorable y toda medida tendiente a restringir el contrabando estaba condenada de entrada al fracaso total. Esta era una constante. al igual que la exportación clandestina de metálico.
Y aquí también «El Censor» editorializó criticando el sistema de empréstitos forzosos, por considerarlos atemorizantes de los capitalista y continúa diciendo que «debilita sus recursos y favorece el tráfico ilegal, aumentando la escasez de numerario».
Propicia, en cambio, la creación de un Banco Nacional y esta propuesta concreta, es por fin elevada a las autoridades, el 16 de mayo de 1816.
Comisión económica. El gobierno trató de variar el rumbo de la política económica y para ello, procuró disminuir los impuestos, crear nuevas fuentes de recursos y en setiembre de 1816, estableció, una Comisión Económica compuesta de 5 miembros, cuya función sería la de un organismo asesor especializado en materia económica.
Se le encomendó redactar planes relativos al régimen aduanero, determinar el estado de la deuda pública y proponer los medios a emplear para amortizarla. Además, sugerir la forma fácil y equitativa, cosas difícilmente compatibles, de percibir contribuciones, estudiar proyectos para establecer bancos y casas de moneda y fomentar la minería, pero entre los objetivos que se le fijaron, no hay una sola mención del tema industrias.
Por los resultados que se obtuvieron, este fue un intento loable pero utópico de conciliar el incremento de los fondos del Estado con el menor gravamen posible.
Esta Comisión presentó un proyecto de Reglamento de Aduanas, que puesto en vigor en diciembre de 1816 y cuyo fin principal consistió en la aplicación de nuevos métodos para combatir el contrabando, cosa que no se logró, ni entonces ni en estos días.