RIVERA INDARTE Y LA MAZORCA (1835)

JOSÉ RIVERA INDARTE (1814-1845), es principalmente conocido por sus célebres «Tablas de Sangre», escrito publicado en Montevideo con violenta propaganda antifederal, en el cual atribuye a ROSAS, la responsabilidad directa de todas las muertes acaecidas en el país como consecuencia de las luchas civiles que se desarrollaron entre 1829 y 1843.

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Rivera Indarte hace ascender la cuenta de las víctimas de Rosas, en ese período de catorce años, a la cifra de 22.030 individuos, y en esa suma incluye a todos los soldados muertos con las armas en la mano, en los innumerables combates y batallas sostenidos por unitarios y federales.

El número de soldados caídos en pelea sería, según Rivera Indarte, de 14.290 individuos. El resto de los muertos de su lista está integrado por «envenenados, degollados, fusilados y asesinados». Existe, sin embargo, otra faz de Rivera Indarte, que es poco conocida.

Antes de pasarse a las filas de los enemigos de Rosas, el escritor cordobés fue ardiente militante federal (ver Adhesiones cambiantes).

Con la misma pasión con que posteriormente atacó desde Montevideo a Rosas y su política, Rivera Indarte, fustigó desde Buenos Aires a los unitarios, a través de distintas composiciones poéticas. Entre estos versos se destacan un «Himno a los Restauradores» y un «Himno Federal», donde realiza una apasionada exaltación de la figura y la obra de Rosas y condena violentamente a los unitarios calificándolos de «bando traidor y parricida».

También existe una curiosa poesía, escrita por Rivera Indarte en 1835, donde aparece por primera vez el término marlo (o mazorca), utilizado como símbolo federal. Corresponde así a Rivera Indarte la invención literaria de la Mazorca.

Reproducimos el verso citado, que la Gaceta Mercantil de Buenos Aires se encargó de exhumar en 1844, para recordar al exaltado autor de las «Tablas de Sangre», su vieja devoción federal:

«Aqueste marlo que miras, De rubia chala vestido, En los infiernos ha hundido, A la unitaria facción Y así con gran devoción, Dirás para tu coleto, Sálvame de aqueste aprieto ¡Oh Santa Federación!, Y tendrás cuidado Al tiempo de andar, De ver si este santo, Te va por detrás» (ver La mazorca).

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