LOS GREMIOS EN ESTADO DE ALERTA (22/12/1812)

Ante reformas que los afectan, los gremios de las Provincias Unidas se declaran en estado de alerta.

«El progreso que comienza a evidenciar la actividad industrial, pone en peligro la supervivencia de los llamados «gremios independientes, pero esto no implica que una prudente reforma pueda transformar al sector gremial en un vehículo para el estímulo industria».

«Es evidente que en nombre de ese progreso actual de la industria obliga a eliminar los gremios cerrados y las trabas al desarrollo económico», se leía en los periódicos de esa época.

Al parecer los gremios no se adecuaban a las nuevas estructuras de este convulsionado siglo XIX y aún cuando todavía existían quienes opinaban que éstos podían ser instrumentos útiles para el Estado en materia laboral o industrial, muchos pretendían considerarlos como una institución caduca.

En este orden de cosas los gobiernos revolucionarios aún no se habían expedido categóricamente, hasta que el 22 de diciembre de 1812, se publicó un «Reglamento Provisional de Policía», donde se decía que todos los artesanos serán reducidos a gremios, pero sujetos a una reglamentación especial del Intendente General de Policía.

De acuerdo con esto, el 28 de enero de 1813, se aprobó una instrucción para los artesanos donde se estipulaban procedimientos a seguir en cuanto a la relación laboral, al aprendizaje, la persecución de la vagancia y la administración de justicia.

«Todos estos aspectos serán resueltos con sentido verticalista por un maestro mayor, que será obedecido y respetado como un jede del arte, en todo lo concerniente al oficio», decía el edicto.

Por otra parte, el funcionario DAMIÁN DE CASTRO redactó por encargo oficial, un proyecto en el cual se propone exigir un examen previo a todo aquel que pretenda instalarse independientemente, luego de cumplidos los años correspondientes en las etapas de aprendiz v oficial.

Además obligaba a cada maestro con tienda pública a recibir por lo menos 4 discípulos que deseen aprender con él. Este proyecto no será aprobado, pues se lo censuró por vulnerar el derecho de propiedad, mientras los diarios editorializaban diciendo: «Creemos que con esto no mejorará la suerte de nuestros zapateros, herreros, carpinteros o plateros que se verán desguarnecidos de apoyo oficial frente a la competencia extranjera» (ver El gremialismo en Argentina. Su origen remoto).

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