LA JABONERÍA DE VIEYTES EXISTIÓ O ES UN MITO? (00/04/1810)

En 1806, después de las Invasiones Inglesas, HIPÓLITO VIEYTES y su amigo NICOLÁS RODRÍGUEZ PEÑA se asociaron en un negocio para la elaboración de jabón y para ello se instalaron en un local que conocido por la Historia como “La Jabonería de Vieytes (aunque RODRÍGUEZ PEÑA era tan dueño como VIEYTES), se constituyó en el lugar de reunión preferido por los patriotas que se hallaban decididos a romper los vínculos que unían a estas tierras del virreinato del Río de la Plata con la corona española.

A los dueños de casa se sumaban JUAN JOSÉ CASTELLI, MANUEL BELGRANO, FELICIANO CHICLANA, MANUEL ALBERTI AGUSTÍN DONADO, FRANCISCO y JUAN JOSÉ PASO, MANUEL AGUIRRE, los jefes y oficiales de las milicias urbanas FRANCISCO ORTÍZ DE OCAMPO e ILDEFONSO PASOS (Arribeños), JUAN FLORENCIO TERRADA (Granaderos), JUAN RAMÓN BALCARCE (Húsares), JUAN JOSÉ VIAMONTE (Patricios), CRUZ, RAMÓN RODRÍGUEZ, BUSTOS, PEREYRA y muchos otros oficiales subalternos adheridos a la causa.

Hasta aquí lo que dice la Historia Argentina sobre la «Jabonería de Vieytes», pero no hubo certezas de que en verdad haya existido, hasta que en 1966, el gobierno de la Municipalidad de Buenos Aires se expidió al respecto.

Pero antes, muchas páginas se habían dedicado a darnos detalles referidos a su protagonismo como lugar de reunión de los patriotas que preparaban el movimiento que estalló el 25 de Mayo de 1810, de quienes eran sus asiduos participantes, sus entusiasmos y sus proyectos. Pero es muy poco lo que ha quedado para confirmar su existencia.

Lo que si se sabe es que JUAN HIPÓLITO VIEYTES -cuyo primer nombre quedó relegado- nació, de madre criolla y padre gallego, el 12 de agosto de 1762 en San Antonio de Areco (hoy provincia de Buenos Aires).

Que estudió filosofía en el porteño Colegio de San Carlos y aun cuando frecuentó las aulas de jurisprudencia, no coronó su carrera con la licenciatura, según RAÚL A. MOLINA, “por haber comprendido que no satisfacía a su manera de ver ni pensar” y que, en cambio, se lo puede considerar el primer periodista criollo por haber sido el editor, entre 1802 y 1807, del Semanario de agricultura, industria y comercio”.

Que reemplazó a MANUEL BELGRANO en la Secretaria del Consulado de Buenos Aires y que durante las invasiones inglesas, se desempeñó como capitán de Patricios.

Sabemos también, y sirve como antecedente referido al tema que nos ocupa, que en su Semanario”, publicó artículos, salidos de su pluma o no, sobre la fabricación del jabón, asunto que parecía interesarle a la par de los principios económicos sostenidos por los fisiócratas, en lo que coincidía con su amigo MANUEL BELGRANO.

En 1964 el historiador ROBERTO H. MARFANY nos decía que «Después de dar por terminada su labor periodística, que a decir verdad, no tuvo toda la repercusión que él esperaba y de cuyo retraimiento dejó oír en el Semanario” palabras de amargo reproche, VIEYTES decide encauzar sus actividades en una rama de la industria, que nunca fue especificado».

«Ningún autor hasta ahora, que sepamos, dijo ENRIQUE MARIO MAYOCHI, «ha dado noticias ciertas acerca de la época ni de las características de esta explotación que VIEYTES inició, asociado en la empresa con NICOLÁS RODRÍGUEZ PEÑA, pero hemos logrado sin embargo, encontrar una información precisa a ese respecto».

«Se trata de una carta particular de un comerciante de Buenos Aires, fechada el 16 de junio de 1808, donde se lee: «Vieytes, creo, ha dejado su carrera, porque se ha metido a fabricante de jabón en que gana muchos pesos. El allá en sus libros, ha encontrado el modo de fabricar el buen jabón y con poco gasto y también trajo marquetas de sebo».

 Opiniones y constancias
«La casa del señor HIPÓLITO VIEYTES en la calle Venezuela y la de NICOLÁS RODRÍGUEZ PEÑA, en la calle de la Piedad tras la iglesia de San Miguel, servían de punto de reunión a los iniciados en el pensamiento de formar un gobierno independiente».

“Una carta particular de un comerciante de Buenos Aires, fechada el 16 de junio de 1808, donde se lee: «Vieytes, creo, ha dejado su carrera, porque se ha metido a fabricante de jabón en que gana muchos pesos. El allá en sus libros, ha encontrado el modo de fabricar el buen jabón y con poco gasto y también trajo marquetas de sebo» (dice Enrique Mario Mayochi).

«Se reunían con este objeto en la jabonería de los doctores PEÑA y VIEYTES y en otras casas particulares. PEÑA, VIEYTES Y CASTELLI, eran acompañados por MANUEL BELGRANO, FELICIANO CHICLANA, MANUEL ALBERTI, AGUSTÍN DONADO, FRANCISCO PASO, MANUEL AGUIRRE y otros.

También participaban los jefes de las milicias urbanas (patricios, granaderos, húsares y arribeños), VIAMONTE, PEREYRA, TERRADA, CRUZ, RODRÍGUEZ, BUSTOS, OCAMPO, BALCARCE y muchos otros subalternos que estaban decididos por la patria» (Tal es lo que se pudo leer en «El 25 de Mayo de 1810» de Tomás Guido (1855) y en «La Gaceta Mercantil» del 25 de Mayo de 1826.

Su ubicación
Quedaba así registrado para la Historia, que uno de los más frecuentes lugares de reunión de los promotores porteños de la revolución de Mayo, fue la casa donde funcionaba la fábrica de jabón de NICOLÁS RODRÍGUEZ PEÑA y JUAN HIPÓLITO VIEYTES, lugar que pasó a la historia con el famoso nombre de la «Jabonería de Vieytes».

Sin embargo, la falta de pruebas fehacientes ha impedido a los especialistas ponerse de acuerdo sobre su exacta ubicación.

Una versión de antigua data señala su emplazamiento en el solar que perteneció a RODRÍGUEZ PEÑA, comprendido por los actuales números 1050 al 1068 de la calle México, declarado «lugar histórico nacional» el 17 de marzo de 1966 y que muestra una vieja fotografía guardada en el Archivo General de la Nación.

Según otra tradición más que centenaria, avalada por la opinión de algunos especialistas, la jabonería estaba situada en la esquina sudeste de las actuales calles Venezuela y Lima, donde ahora funciona un bar. La casa ostenta ahí una placa que dice: «En este solar don Hipólito Vieytes redactó el «Semanario de Agricultura, Industria y Comercio» (1802-1807)».

Ante una consulta formulada expresamente en 1961, la Academia Nacional de la Historia produjo un dictamen que en su parte esencia expresa: «Ante la carencia de un documento fehaciente que autorice a señalar con precisión el lugar en que funcionó la jabonería de Vieytes, dejamos de momento en suspenso nuestra opinión, pero establecemos que la casa situada en la esquina de Lima y Venezuela, a la que alude el expediente, no es mencionada en prueba alguna por los historiadores del pasado».

De todas maneras, este dictamen de la Academia, no puso punto final a la discusión, que sigue ocupando y preocupando a no pocos especialistas.

Como dato anecdótico, recordamos que hay una caldera de hierro que se usaba en la jabonería de Vieytes, conservada durante mucho tiempo en la quinta de los Rodríguez Peña, en la actual calle Callao al 900, de la Capital Federal, que luego fue donada al Museo Histórico Nacional, donde se halla ahora (Según el historiador ROBERTO H. MARFANY, este establecimiento se hallaba ubicado en la calle Méjico, entre Lima y Bernardo de Yrigoyen).

Armando Alonso Piñeiro, referido a la “jabonería de Vieytes dice que
“Quién no recuerda, de sus viejas lecturas históricas, el relato de aquellas reuniones secretas en las que los patriotas de Mayo debatían los prolegómenos de la Revolución? Logias misteriosas, sesiones nocturnas en casas particulares —como la de Viamonte al 600—, en quintas suburbanas —como las de SAAVEDRA y RODRÍGUEZ PEÑA— o en inocentes comercios porteños como la celebérrima jabonería de Vieytes”.

“En 1806, después de las Invasiones Inglesas, HIPÓLITO VIEYTES y su amigo NICOLÁS RODRÍGUEZ PEÑA se asociaron en un negocio para la elaboración de jabón. En ese mismo local tuvieron lugar varias reuniones patriotas en las jornadas previas al 25 de mayo de 1810, lo que ha convertido a la célebre jabonería, en un lugar de leyenda que Buenos Aires hubiera gustado conservar y que —como se verá más adelante— hoy sólo es posible evocar en los papeles».

«Andando el siglo XX, historiadores y cronistas y aun conocedores de la vieja arquitectura porteña, se enzarzaron en. una interesante discusión sobre la ubicación de la jabonería».

«Descartadas varias posibilidades, las alternativas quedaron bastante reducidas. Una de ellas, establecía la ubicación en la esquina del cruce de las calles Lima y Venezuela (en la época, calle Rosario entre las de San Cosme y San Damián)».

«En 1960 el director del «Museo de Arte Hispano Americano Isaac Fernández Blanco», el señor LUIS AQUINO, propuso al gobierno que la casi bicentenaria casa fuera declarada monumento nacional, destinándola, además, a cumplir un fin cultural para asegurar su permanente conservación. “Esta pequeña y humilde reliquia de la arquitectura de nuestro período hispánico —argumentaba Aquino—, previas las reparaciones indispensables y mínimas, se podría destinar para reinstalar cuadros, objetos, documentos y muebles antiguos que revivieran el clima de la época y evocaran su alma, o el Gabinete Municipal de Numismática”.

«Prudentemente omitía toda referencia a la jabonería. En el mismo año del Sesquicentenario nacional, el Concejo Deliberante de entonces, hizo suya la propuesta de AQUINO, disponiendo las gestiones correspondientes para declarar monumento nacional a la supuesta jabonería que —y vale la pena recalcarlo— suele ser injusta y parcialmente denominada «jabonería de Vieytes», cuando en realidad sus propietarios eran tanto Vieytes como Rodríguez Peña».

«Pero el expediente se atascó, y dos años más tarde, le Academia Nacional de la Historia —entonces presidida por CARLOS ALBERTO PUEYRREDÓN— estudió los antecedentes y dictaminó que “ante la carencia de un documento fehaciente que autorice a señalar con precisión el lugar en que funcionó la jabonería de Vieytes, dejamos de momento en suspenso nuestra opinión, pero establecemos que la casa situada en la esquina de Lima y Venezuela, a la que alude el expediente, no es mencionada en prueba alguna por los historiadores del pasado”.

Y así era. Porque luego de nuevos estudios, en 1966 —bajo la presidencia del doctor ARTURO ILLIA— declararon «lugar histórico» al solar ubicado en la calle México números 1050- 52-62-68, de esta Capital, que fuera de propiedad del prócer NICOLÁS RODRÍGUEZ PEÑA y donde funcionó la jabonería de Vieytes, establecimiento en el que se realizaron trascendentales reuniones en vísperas de la Revolución de Mayo».

La precisión de la nueva ubicación se debía al historiador MANUEL CARLOS MELÓ, quien había dedicado varios estudios al problema, juzgando que en la entonces México al mil había funcionado el legendario establecimiento colonial. En rigor de verdad no existen pruebas documentales incontrovertibles de ninguna de las dos localizaciones edilicias sino meras inferencias, las cuales parecen acumularse en favor de la de México al mil.

En 1963 la inminencia de la ampliación de la avenida 9 de Julio hizo que el problema saltara a primer plano, entablándose una discusión sobre la necesidad de conservar una u otra casa. “La diversidad de opiniones autorizadas, dudas y contradicciones sobre la verdadera ubicación de la jabonería de Vieytes —insistía Aquino— demuestra que ninguna de ellas es incontrovertible.

En esta situación, ante la disyuntiva que se presentaba, no se aceptó la  opinión tradicional de más de cien años, que reconoce como su sede, la evocadora casona virreinal de la esquina sudeste del cruce de las calles Lima y Venezuela, que hasta ese entonces se había defendido heroicamente del tiempo, de los historiadores y de la dureza insensible de la piqueta demoledora, manteniendo sus muros donde resonaron los clarines de la reconquista y la ronca alegría de los tambores candomberos en viejos carnavales.

Por su parte, los arquitectos JOSÉ XAVIER MARTÍN y JOSÉ MARÍA PEÑA, miembros de la “Comisión Municipal para la Recuperación de Elementos de Antiguos Edificios de la Ciudad de Buenos Aires”, entendieron, que no solamente en aquel edificio no había funcionado la jabonería sino que el mismo carecía de cualquier valor como para justificar su conservación:

“Lamentablemente nuestra pseudo jabonería de Venezuela y Lima no posee tampoco aquellos méritos visuales que pudiesen reemplazar la parquedad con que fue tratada por la historia. Es un edificio mutilado; cortaron su esquina para formar una ochava en la que colocaron un anodino balcón de principios del siglo XX; limpiaron sus cornisas originales en algún momento en que, sin duda, amenazaron caerse y las reemplazaron por otras; dentro instalaron un bar a precio de cambiar, a principios de siglo, pisos, puertas y ventanas”.

“Sólo quedan del edificio primitivo dos rejas de balcón que datan, presumiblemente, de fines de siglo XVIII o principios del XIX. Creemos que ello no da motivo alguno para conservar tan ruinoso conjunto, particularmente en razón del perjuicio que se ocasionaría a la futura avenida, para no mencionar la injusticia que se cometería con edificios mucho más importantes que éste y cuya suerte es igualmente incierta. . .».

Implacablemente, la piqueta municipal actuó en definitiva de manera salomónica, y como lo puede apreciar cualquier habitante de Buenos Aires, ya no queda ninguno de los dos edificios.

Un último dato para la nostalgia: En el Museo Histórico Nacional hay una caldera de hierro que se usaba para elaborar la ma­teria prima en la jabonería de Vieytes y que durante muchos años se conservó en la quinta de Rodríguez Peña, ubicada en la manzana de la actual Callao al 900”.

El Instituto Histórico de la ciudad de Buenos Aires dice al respecto
«El Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, con referencia a la nota publicada en el diario La Nación, el 14 del actual sobre la ubicación de la Jabonería de Vieytes informa:

“A instancias de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, el Poder Ejecutivo, por decreto N° 1919/66 declaró lugar histórico al solar ubicado en la calle México Nos. 1050/1056/1062/1068, propiedad del prócer Nicolás Rodríguez Peña y donde funcionó la jabonería de Vieytes, establecimiento en el que se realizaron trascendentales reuniones en vísperas de la Revolución de Mayo».

«La ubicación exacta de la Jabonería de Vieytes. ratificada por la Comisión de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, fue determinada por el historiador Manuel Carlos Melo, en un exhaustivo trabajo aparecido en el suplemento de La Nación del 15/11/1961 y ampliado en su obra “Dos casas de mi ciudad, esclarecimiento histórico”, Cuadernos de Buenos Aires XXXI, Bs. As. 1969”.

«En cuanto a las calles mencionadas en la nota, se aclara que la actual Bernardo de Irigoyen y su extensión Carlos Pellegrini, se denominaban “Santos Cosme y Damian”, mientras que Lima llevaba el nombre “Monserrat” (Plano División Eclesiástica de la Ciudad de Buenos Aires hecho en 1769)”.

«Por lo tanto ese Instituto señala que es correcto el lugar donde está colocada la placa en la plazoleta “Provincia de Chubut” de la Av. 9 de Julio”. Firmado. Liliana Barela de Balbi, Directora, Córdoba 1556. Capital

Fuentes. «Cuadernos de Buenos Aires», Buenos Aires, 1969; “La Historia en mis documentos”. Graciela Meroni, Ed. Huemul, Buenos Aires, 1969; «Historia Argentina». José María Rosa, Editorial Oriente S.A., Buenos Aires, 1981; “Crónica Argentina”. Ed. Codex, Buenos Aires, 1979; «Historia Argentina», Ediciones Océano, Barcelona, España, 1982; «La Historia Argentina que muchos argentinos no conocen. Armando Alonso Piñeiro, Ediciones Depalma Buenos Aires. 1992; «Cronista Mayor de Buenos Aires», Fascículos editados por el Instituto Histórico de la ciudad de Buenos Aires, 2001.

46 Comentarios

  1. Anónimo

    no dicccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj

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  2. Anónimo
    1. Anónimo

      Z

      Responder
  3. hjk

    no entiendoooooooo

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    1. Horacio (Publicaciones Autor)

      Por favor, dígame qué es lo que no entiende. Con mucho gusto trataré de explicarle lo que no tenga claro.

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      1. Anónimo

        No entiendo solo quiero saber que sucedio
        allí y por que es tan conocida

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  4. Eduardo Guillermo Morck

    Estoy leyendo «Manuel Belgrano, el hombre del bicentenario» de F Pigna. En pag 210, alude al «grupo de los 7» (Belgrano, Vieytes, Chiclana, Paso, Castelli, Rodríguez Peña y Donado -el patriota olvidado) pero en ningún momento habla de la dichosa jabonería.
    El «lugar histórico» lo ubicaría de manera virtual, un espacio de discusión que sin duda existió y donde por un motivo u otro se creó una bisagra en nuestra historia.
    No creo que las cosas hayan cambiado demasiado antes y después de la bisagra, pero los ideales no mueren.

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  5. Anónimo

    muy largo

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  6. Xxy

    Larguísimo.

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  7. pablo garcia

    Clarito. Ahora en ese lugar está el Metrobus de la 9 de Julio.

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  8. Anónimo

    👍👍👍👍👍

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  9. Anónimo

    👍👍👍👍👍 pero es muy largo😭😭😭

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    1. Anónimo

      Hola

      Responder
  10. Elena

    De niña no existía esta controversia, comprábamos e el almacén La Parra siempre se nos decía que era Lá Jaboneria de Viytesalgo que en verdad con mis 7 años poco me interesaba, estaba en Venezuela y Lima una parte por cada cuadra, era bastante vieja en definitiva no sé si tiene la ubicación exacta, tengo 82 años y todas las compras de almacén se hacían en ese establecimiento.por Venezuela se atendía el almacén y por Lima el bar y jugaban a las cartas los vecinos, nací en el año 37y Monserrat Congreso Constitución fueron los barrios donde me crie, Que lino que todavía se acuerden de estas cosas.

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    1. anonimo

      holaaa
      me aburre y tembien es muy largo

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      1. tu bieja

        que e pasa esta buenisimo

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      2. Anónimo

        Loco

        Responder
    2. Cristina Amadei

      Felicidades, Elena, por recordar esas cosas. !!!

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  11. Anónimo

    es muy laego no entendi nada porque es largo

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  12. mica

    que lindo amigUito

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  13. el capo crack

    flaco no entendi nada

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  14. Lourdes

    Me gusto solo qur no entendi mucho y es muy larga

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  15. Anónimo

    De verdad la gente se queja porque es largo? Se nota que hace años no agarran un libro. Me pareció muy bueno

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  16. John Doe

    BRUTOS DE MIERDA, ANIMALES,LACRAS!
    Se quejan de que es largo con la justificación de responder mensajes de Whatsapp con diez palabras con errores de ortografía y veinte «emoticones»
    Una persona que no lee, no se informa, no aprende, no se cultiva y eso lo lleva a ser casi un primate. Por eso, este pueblo inculto idolatra futbolistas, vedette y políticos o sindicalistas en vez de escritores, compositores de música o científicos
    Se merecen bananas y una palmada en el hombro como los monos

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  17. gabriel

    no me resulto, largo, porque en los detalles esta el concocimiento de esta aprte de la historia, hoy se hablaba de la jaboneria de VIYTES, y quise saber mas de lo poco que sabia, y me ayudo mucho a conocer la historia nuestra,— agradecido.

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  18. Sergio

    Para existir, como existe El Cabildo, y que los abortistas lo usen para pintar estupideces y grocerías, es mejor no existir…

    Responder
  19. Anónimo

    as buscado un hotel Internet
    as visto la cantidad de precios para una misma habitación?
    trivago los ordena para que encuentres tu hotel ideal al mejor precio
    HOTEL TRIVAGOOOO

    Responder
    1. Anónimo

      :v

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  20. Anónimo

    que personajes estaban reunidos en la jaboneria de vieytes

    Responder
  21. Anónimo

    Soy Vieytes de apellido quiero saber sobre los padres de Hipolito Vieytes.si vinieron de Galicia de donde?

    Responder
    1. Anónimo

      Nono

      Responder
  22. Susana

    Soy Vieytes de apellido quiero saber sobre los padres de Hipolito Vieytes.si vinieron de Galicia de donde?

    Responder
  23. Anónimo

    si, eran de Orense pero salieron de Cadiz para aca

    Responder
  24. Mariana

    ¿Qué sucedió en la jabonería?

    Responder
  25. Anónimo

    Largo

    Responder
  26. Inés Figueroa

    Hola tengo 44 años nunca leí sobre esto en el colegio ; hoy me lleva a buscar información para ayudar a mi hija muy linda la historia no me pareció para nada larga …es más me intriga pasar por esas calles saludos .

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  27. Jeremias

    Busco novia 2020
    De 14/15
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    3624829238

    Responder
  28. Anónimo

    Cualquier chica de 14 15 16 17

    Responder
  29. Anónimo

    Mucho texto.

    Responder
  30. Liliana Fernández García

    Mi abuelo se llamaba Antonio Fernández y era el dueño de La Parra. Nacido en Asturias llegó de jóven a la Argentina y atendía tanto el bar como el almacén.Se sentía muy a gusto con su clientela. Recuerdo de pequeña ir a verlo y me viene a la memoria pasar momentos alegres en tan emblemático lugar. Había un túnel muy estrecho y escondido en la pared de una sala, el cual comentaban que se comunicaba con la Casa Rosada y El Congreso era como un pasadiso secreto. Entiendo y reconozco que al ampliar la calle Lima tuvieran que demolerlo el edificio, pero no deja de ser penoso para mi. Siempre conservaré en mi memoria los momentos vividos en ese histórico lugar.

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  31. Anónimo

    Que fácil

    Responder
  32. Alejandra

    Felicitaciones por el informe, muy bien documentado.

    Responder
  33. MONI

    EXCELENTE

    Responder
  34. Pingback: #SemanadeMayo: día 1 – El Canillita Recycler

  35. Anónimo

    La verdad no se si me gusto

    Responder
  36. Miguel

    Soy químico, y busco información sobre las sustancias que se usaban para fabricar el jabón. El sebo está claro, pero ¿qué usaba como sosa, también llamada carbonato de sodio o cenizas de soda? En España se usaba las cenizas de una planta que se llama barrilla.

    Responder

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