EL JARDÍN ZOOLOÓGICO DE BUENOS AIRES (30/10/1888)

EL JARDÍN ZOOLÓGICO DE BUENOS AIRES. El 25 de junio de 1888, el Intendente de la ciudad de Buenos Aires doctor ANTONIO CRESPO envió al Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza estableciendo la formación de “un Jardín Zoológico-Botánico”, dando curso así a una vieja iniciativa debida a DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO, quien 1874 presentó una propuesta al Congreso para que se creara en  los terrenos de «Palermo de San Benito», el denominado «Parque Tres de Febrero», «que debía contener colecciones de plantas indígenas y exóticas y representantes de la fauna autóctona y del resto del planeta».

El proyecto fue Ley en junio de aquel año y el 11 de noviembre de 1875, cuando se inauguró el Parque, era apenas un modesto paseo. sin ninguna pretensión de carácter científico, que albergaba sólo una docena de animales indígenas, donados por el propio SARMIENTO, que se alojaban en unas precarias instalaciones: un potrero para las llamas y guanacos y un pequeño edificio con jaulas para los animales peligrosos, en tanto que las aves y zancudas circulaban libremente.

Debido a la creciente popularidad del Parque, fue necesario que la Municipalidad asumiera la responsabilidad de su administración, hasta que en 1888, pasó a depender directamente de ese organismo y el 26 de junio de ese año, el Intendente de la Ciudad de Buenos Aires, doctor ANTONIO CRESPO, pasó al Concejo Deliberante, un proyecto por medio del cual, se disponía el traslado de este primer «zooario», situado entonces en el sector norte del Parque, a su actual emplazamiento, ocupando 18 hectáreas. La Ordenanza fue sancionada por el Cuerpo Legislativo y finalmente se promulgó el 30 de octubre de 1888, fecha que se toma como el inicio de la historia del Jardín Zoológico de Buenos Aires.

Pero poco antes en setiembre de ese año, EDUARDO WILDE, ministro del Interior de JUÁREZ CELMAN, citó a su despacho al doctor EDUARDO HOLMBERG para conocer al hombre que según había oído, podía serle muy útil al gobierno, considerando sus indudables méritos como hombre de ciencia. Holmberg, era descendiente de una familia austriaca que heredó la pasión de su abuelo y su padre por las ciencias naturales. Se recibió de médico en 1880 pero nunca ejerció y en cambio se dedicó al estudio de la botánica, la zoología y la mineralogía, en una época en la que, según sus palabras, “la zoología era considerada propia de carniceros, la botánica de verduleros y la mineralogía, de picapedreros”. Dominaba varios idiomas, viajó por la Patagonia y el norte argentino para estudiar la vegetación y la fauna y fue el primer profesor de Ciencias Naturales de la Universidad de Buenos Aires. También se dedicó a la literatura y escribió poemas, ensayos y novelas. Wilde le dijo que necesitaba de sus conocimientos y le preguntó que le gustaría hacer. La respuesta fue: “Quiero ser director del Jardín Zoológico”.

El 20 de setiembre de 1888, Holmberg fue nombrado primer Director del Jardín Zoológico de Buenos Aires y a partir de allí y bajo su dirección, este proyecto comenzó a ser una realidad y se destinó para el Jardín Zoológico, un extenso solar, ubicado al norte de lo que se conocía como el “barrio de las cañitas”, el mismo lugar que hoy ocupa este hermoso paseo. Holmberg dirigió el Zoológico durante 16 años y diseñó la construcción de los edificios de tipo oriental, como los destinados a los elefantes, a las jirafas y a los monos, además de comprar numerosos animales no autóctonos animales y de mejorar su trato y alimentación.

En 1893 editó el primer número de la «Revista del Jardín Zoológico de Buenos Aires, publicación que fue muy reconocida en el círculo del periodismo científico de la época. En ella escribieron FLORENTINO AMEGHINO, CARLOS SPEGAZZINI, JUAN AMBROSETTI, ENRIQUE KERNER y G. BONDENBENDER entre otros.

Cuando en 1903 HOLMBERG falleció, asumió la dirección del Zoológico CLEMENTE ONELLI, un naturalista entusiasta que siguió la línea de trabajo trazada por HOLMBERG hasta que se jubiló en 1924, habiendo logrado poner al Zoológico de Buenos Aires, entre los más completos por la cantidad de animales que allí vivían, el mejor trazado y la mejor arquitectura y reproducción de los «hábitats» de América.

El tercer Director fue el doctor ADOLFO HOLMBERG, sobrino nieto del primer Director, don EDUARDO HOLMBERG, Asumió en 1924 y quizás sea éste, el último que puede ser considerado de carrera hasta 1930,  Cuando asumió su cargo, la colección zoológica del Parque, estaba integrada por 650 animales, pertenecientes a 53 especies. Su empeño, junto con el del sucesor del Intendente Crespo, el doctor FRANCISCO SEEBER, logró que el zoo porteño, contara con ejemplares pertenecientes a más de 300 especies.

En la actualidad, se estima que desfilan anualmente por el viejo sitio de esparcimiento situado en el barrio de Palermo, alrededor de un millón ochocientas mil personas. La cifra mensual de visitantes durante el año 1958 se elevó a trescientas mil personas. Por un simpático determinismo, al cumplirse otro aniversario del Jardín Zoológico de Buenos Aires, en 1959, el Jardín Zoológico de Mendoza por primera vez recibió un ejemplar de elefante. El proboscídeo fue adquirido mediante un canje entre los zoológicos de Hamburgo, Alemania occidental, y la provincia de Mendoza. Este último envió en retribución una colección de camélidos, guanacos, cóndores y otros animales típicos de la región andina de la República Argentina.

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