ALVEAR ASUME COMO DIRECTOR SUPREMO (10/01/1815)

El 10 de enero de 1815 el general CARLOS MARÍA DE ALVEAR asume como nuevo Director Supremo de las Provincias Unidas del Sud (ver Directorio de Carlos María de Alvear).

Tras la dimisión de GERVASIO ANTONIO DE POSADAS, la Asamblea General Constituyente del Año XIII lo designa para ocupar se cargo, cuando recién ha cumplido 28 años de edad.

Según BARTOLOMÉ MITRE en su obra «Historia de Belgrano», lo hace «más por la influencia de una camarilla que por el voto público”. Recordemos que era sobrino de su antecesor, GERVASIO ANTONIO DE POSADAS.

Se lo creyó en aptitud de dominar la situación de indisciplina en que se hallaba el ejército de línea destinado en Buenos Aires y según agrega MITRE en esa misma obra,  “subió al gobierno sin tener un plan, sin ideas, sin fe en la revolución, poniendo el poder  al servicio de su ambición personal.

Ante las dificultades que se le presentaron, llega a desesperar del éxito de la revolución de Mayo, declarando la impotencia de los pueblos para declarar su independencia, por lo que llegó a negociar la alianza o el protectorado de Inglaterra, acciones que detalla MITRE en la obra mencionada.

ALVEAR compareció ante la Asamblea General Constituyente en la sesión del 10 de enero de 1815 y después de prestar el juramento de estilo, el joven Director,  pronunció el siguiente discurso:

«Señores: No es esta la primera vez que he jurado en vuestra presencia sacrificarme por la libertad de la Patria, luego que el destino de mis conciudadanos reclama el derecho que tiene a mi propia vida. Vuestra Soberanía sabe que siempre he sido fiel a este juramento y que he buscado con ardor los campos de batalla para acreditar mi celo con la victoria o con la muerte».

«Hoy me relama Vuestra Soberanía a la Dirección Suprema del Estado- Yo obedezco desde ahora la voluntad general del Pueblo, mas, permitidme asegurar que a no ser las grandes y peligrosas circunstancias en que se halla la América, yo sostendría, como hasta aquí, las autoridades constituidas, pero jamás me pondría al frente de ellas».

«Bien sabéis que antes y después de mis primeras campañas, he sido el más puntual en obedecer a los Ministros de la Ley. Yo os protesto con la misma firmeza que también seré el más inexorable en ejecutarla».

«¡Representantes del pueblo!- Dignaos aceptar mi profundo respeto y gratitud, sostened mis esfuerzos con el influjo de vuestro sublime ministerio. Mientras meditáis las leyes que convienen más a nuestro destino yo voy a organizar las legiones que deben prepararlo».

A estas palabras contestó el Presidente de la Asamblea, NICOLÁS LAGUNA, Diputado por Tucumán, diciendo, entre otras palabras: «Daos prisa en facilitar a la Patria la complacencia de ver fabricada por vuestras manos su felicidad. Sea vuestra colocación y tiempo de servicio el anillo que encadene en su centro el bien, que le asegure su tranquilidad por siglos inmortales en obsequio a la humanidad que gime, de la Patria, que os lo demanda y de vuestra gloria que os incita».

ALVEAR debió  abandonar el poder al poco tiempo de haber asumido y se alejó del país, ante el descontento y la sublevación del ejército en Fontezuela (14 de abril de 1815),  en rechazo a su presencia en el cargo (ver El Directorio).

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