5/5/1808

Llegó a Buenos Aires, como emisario de la Corte portuguesa, el brigadier Joaquín Javier Curado, con el fin de “conversar sobre asuntos graves de competencia de ambos gobiernos y negociar un acuerdo de comercio, que hasta ahora se realizaba mediante el régimen de neutrales”, pero el virrey Liniers, sospechando que eran otros los objetivos de esta visita, lo conminó a que en 24 horas abandonara la ciudad de Buenos Aires (ver Emisario portugués o espía? en Estampas”).

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