12/11/1861

El teniente coronel MANUEL JOSÉ OLASCOAGA, que por orden del Presidente de la Confederación, doctor SANTIAGO DERQUI, había sido despachado a Córdoba, después de la batalla de Pavón, para reorganizar los dispersos que allí llegasen, al no poder lograr su cometido, viéndose en la difícil situación de tener que obedecer a las autoridades de esa provincia, aún adicta a URQUIZA, decidió poner fin a este estado de cosas y arrestó en su cuartel al Comandante general de armas de Córdoba, asaltó con sus pocos hombres la guardia del Cabildo y la Casa de gobierno de la ciudad, donde también arrestó al Gobernador, doctor FERNANDO FÉLIX DE ALLENDE. Tomó luego el Cuartel de Policía y se hizo dueño así de la situación. La mayor parte de la población nativa y: extranjera, sorprendida por lo que sucedía, acudió a la plaza. El teniente coronel OLASCOAGA los arengó, recomendó mantener el orden e informó que sería sumariamente fusilado todos aquellos que fueran encontrados cometiendo robos u otras depredaciones. Luego convocó en el Cabildo a muchas de las personas más notables y allí proclamó como nuevo Gobernador de la provincia de Córdoba, al doctor JOSÉ ALEJO ROMÁN, y a él, como Jefe militar de la plaza.

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