10/1/1877

NAMUNCURÁ, el cacique más respetado del desierto por el poder de sus lanzas, hijo del célebre cacique CALFUCURÁ, fue atacado en sus propias tolderías de Chiloé por el coronel NICOLÁS LEVALLE, y después de haber perdido en el combate unos cuatrocientos indígenas, tuvo que abandonar el campo, retirándose a unas veinte leguas más al oeste, cediendo así a las fuerzas nacionales el control del desierto, por lo que también perdió para siempre su prestigio entre las tribus que lo consideraban invencible.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *