UNA PROCLAMA “SEDICIOSA” DE ÁLZAGA (1809)

El 10 de agosto de 1809, Joaquín de Molina, representante de la Junta de Sevilla en el Río de la Plata, desde la ciudad de Lima, muy excitado e indignado, le envió a su majestad, el rey de España, copia de un documento atribuido a MARTÍN DE ÁLZAGA, que  consideraba “subversivo” y que le constaba, estaba circulando profusamente por Buenos Aires y que decía así para referirse al movimiento que lideraba en Buenos Aires contra el virrey SANTIAGO DE LINIERS. (ver Primer Alzamiento de Álzaga).

“Americanos: El día 1° de enero, estuvimos para ser sacrificados por el orgullo y ambición de cuatro infelices Europeos que a nuestros ojos se han formado del polvo de la nada. Estos hombres sin talentos y sin más principios que los que adquirieron detrás de un mostrador en veinte o treinta años de un continuo ejercicio de comprar y vender al menudo, se atrevieron a querer darnos leyes.

“Americanos: no hay ya pretexto para  excusar nuestra apatía. Si sufrimos más largo tiempo las vejaciones que nos destruyen, se dirá con razón que nuestra cobardía las merece. Bajo cualquier aspecto que sea mirada nuestra dependencia de la España, se verá que todos nuestros deberes nos obligan a terminarla. Debérnoslo a nosotros mismos, por la obligación indispensable de conservar los derechos naturales recibidos de nuestro Creador, derechos preciosos que no somos de enajenar, y que bajo el pretexto que se busque, no pueden sernos quitados sin injusticia.

¿El hombre puede renunciar a su razón, o puede acaso serle arrancada por la fuerza? ¡La libertad personal es el primero, el más sagrado de sus derechos !.  Pues el libre uso de ella, es la herencia inestimable que debemos dejar a nuestra posteridad.

El valor con que las Colonias Inglesas de América han combatido por la libertad, de que ahora gozan gloriosamente, cubre de vergüenza nuestra indolencia. Nosotros les hemos cedido la Palma con que han coronado el Nuevo Mundo de una soberanía independiente. La misma España y la Francia se empeñaron en sostenerlos. El valor de aquellos valientes Americanos acusa nuestra insensibilidad: ellos y la Inglaterra protegerán la justísima causa de nuestro honor provocado con ultrajes que han durado trescientos años…

Compatriotas: ¡abramos nuestros ojos! La España está perdida, su principal apoyo son las riquezas que nosotros les damos y es tiempo de que les sean rehusadas para que sirvan a nuestra prosperidad y defensa (“Documentos relativos a los antecedentes de la Independencia”. Archivo General de la Nación).

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