ULTIMOS PREPARATIVOS DE LA EXPEDICIÓN LIBERTADORA DE CHILE (16/01/1817)

El 16 de enero de 1817, en su campamento de El Plumerillo, Mendoza, el general SAN MARTÍN convocó a sus oficiales y les expuso con claridad y sencillez el plan que había diseñado para cruzar la Cordillera de los Andes y atacar a los realistas instalados en Chile.

Al día siguiente llamó a una reunión privada al coronel JUAN GREGORIO DE LAS HERAS y haciéndole jurar por su honor, mantener en secreto lo que allí escucharía, le reveló que había sido destinado a iniciar la marcha del Ejército Libertador y que cruzaría los Andes por el Paso de Uspallata, entregándole personalmente las instrucciones a las que debía ajustar sus operaciones.

La división de LAS HERAS, con el mayor ENRIQUE MARTÍNEZ por segundo jefe, debía llevar 800 hombres seleccionados del Batallón Nº 11, un piquete de 30 Granaderos a Caballo, 2 piezas de de artillería de montaña (que iría al mando del capitán chileno RAMÓN PICARTE), 30 mineros provistos de picos y barretas, y en calidad de auxiliares, un escuadrón de milicias de San Luis, para transporte y custodia de bagajes y cuidados de las cabalgaduras.

Sus órdenes le imponían recorrer 337 kilómetros en plena Cordillera, en no más de 10 jornadas de marcha, con el objetivo de sorprender a la guardia fronteriza enemiga en el Paso de Uspallata, al occidente de la Cordillera de los Andes  y enseguida, penetrar al “Valle de Aconcagua”.

Establecer comunicación con el grueso del Ejército que llegaría allí por otros caminos y fortificarse en Chacabuco. Desde allí adelantar partidas de caballería para disimular la presencia del grueso del ejército y establecerse en Santa Rosa el 8 de febrero, nunca antes ni después (ver El cruce de la Cordillera de los Andes).

 

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